miercoles Ť 14 Ť noviembre Ť 2001

Arnoldo Kraus

Voz y disenso

ƑCuánto de lo que sucede en el México contemporáneo se debe a la falta de información? ƑQué tanto de los males actuales depende de la corrupción y cuál es el daño que jugó en los tiempos del PRI la falta de democracia? ƑQué ha implicado el deterioro causado por el silencio en el que ha estado sumida más de la mitad de la población preocupada únicamente por sobrevivir? ƑQué decir de lo acontecido recientemente cuando el presidente Fox arremetió contra los medios de comunicación? ƑSerá cierta su aseveración de que "distorsionan las noticias, calumnian, engañan y mienten"?

Sin destinatario preciso, aunque se presupone que Milenio y La Jornada son los responsables principales de sus incomodidades, Ƒqué decir de los medios que inopinadamente repiten lo dicho desde la Presidencia? Esos espacios, llamémosles "presidencialistas", Ƒno distorsionan los sucesos?, o bien Ƒincurren o no en faltas éticas por brindar sesgadamente las noticias? ƑSe beneficia más el gobierno a través de la crítica, de la información objetiva y del disenso sano, o de la zalamería y el silencio arrodillado?

Los comentarios iniciales del Presidente, aunado al epíteto que endilgó al mismo tiempo a los medios -"escriben babosadas"- y que incomoda por la dificultad de entender lo que encierra el término "babosadas", aunado a las prontas, múltiples y "objetivas" entrevistas -Joaquín López Dóriga, Pedro Ferriz de Con, Jacobo Zabludovsky, Eduardo Ruiz Healy y Oscar Mario Beteta- que como caterva pretendieron envolver a la ciudadanía, cuestionan el valor que se pretende dar a la libertad de prensa bajo el sino del gobierno del cambio. Ante la manipulación de la opinión pública y teniendo en cuenta que los comunicadores enumerados cuentan con grandes auditorios, Ƒqué decir acerca de la libertad de expresión? Asimismo, a sabiendas de que en México la población no lee, pero sí escucha radio y ve televisión -recuérdese que la conmoción por el suceso Aguas Blancas no se dio hasta que la televisión se ocupó del asunto-, Ƒes moral utilizar el peso de los mass media para verter sólo "un punto de vista"? Y, en el mismo sentido, Ƒcómo conciliar las reflexiones siguientes?

Mientras por un lado el titular del Ejecutivo comenta que "en los últimos meses ha habido un desbordamiento en los juicios que se han hecho... Por supuesto, no se trata de estar en contra de la libertad de expresión. Yo he dicho una y mil veces que para mí ése es un asunto sagrado. Yo prefiero la exageración, prefiero que se desborde esa libertad de prensa...", a los pocos días, al hablar nuevamente de los medios, aseveró que "nunca habían gozado de la libertad tan absoluta, tan total que se tiene ahora, ni estaban inmersos en un proceso de transición democrática. También los medios tendrán que encontrar su nuevo equilibrio empezando por el monetario, porque ahora ya no le damos a ningún periódico, ni a ningún escritor, ni a ninguna pluma, las gratificaciones o los dineros para que hablen bien de los gobiernos. Nosotros suspendimos totalmente esas cantidades".

Queda para el lector la difícil tarea, casi imposible, de conciliar la visión del gobierno que sostiene que "los medios distorsionan las noticias", de explicar la antítesis entre "la libertad tan absoluta (de los medios)" con la calamitosa aseveración que afirma: "ahora ya no le damos a ningún periódico ni a ningún escritor gratificaciones o dineros". Bien haría su vocero Francisco Ortiz si explicase los desencuentros entre esas ideas, y bien haría la Presidencia si aclarase quiénes eran las plumas que seguían los dictados de los gobiernos previos. La ética, el periodismo y el propio gobierno se beneficiarían aclarando esos intríngulis.

México es un país poblado por la desinformación y habitado por sesgos que distorsionan la realidad. En 1961, Jean-Paul Sartre, en el prólogo de Los condenados de la tierra, de Franz Fanon, escribió: "no hace mucho tiempo, la tierra estaba poblada por dos mil millones de habitantes, es decir, quinientos millones de hombres y mil quinientos millones de indígenas. Los primeros disponían del Verbo, los otros lo tomaban prestado". Cuatro décadas después, seguimos padeciendo los mismos males. La cruda realidad en la que se encuentra la mayoría de las naciones pobres, México incluido, se debe al insano ejercicio del poder que se obstina en no reconocer el valor de la voz y la salud del disenso.