MIERCOLES Ť 14 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
La guerra antiterrorista, lejos de haber terminado, advierte EU
Washington, 13 de noviembre. Estados Unidos manifestó hoy su satisfacción por la entrada de la opositora Alianza del Norte a Kabul, donde ya se encuentra un pequeño número de soldados estadunidenses, y sostuvo que la guerra antiterrorista está lejos de haber terminado.
"Estamos haciendo grandes progresos en nuestro objetivo, que es presionar a la red Al Qaeda y, si es posible, llevarla a la justicia, y al mismo tiempo, lidiar con el gobierno (talibán) que le ha estado brindando refugio", dijo el presidente George W. Bush, quien en días anteriores había exhortado a los opositores a no entrar en Kabul hasta que se hubiera logrado un acuerdo político para remplazar a los talibanes.
Las fuerzas militares estadunidenses, que comenzaron la operación sobre Afganistán el 7 de octubre, "continuarán trabajando con los comandantes (de la Alianza del Norte) y continuaremos instándolos a actuar con moderación", añadió Bush, en una conferencia de prensa junto a su contraparte ruso, Vladimir Putin.
Versiones de que los aliados estadunidenses estaban ejecutando prisioneros e involucrándose en saqueos revivieron temores de que se repitiera el caos y las sangrientas represalias de los "señores de la guerra" que marcaron a Afganistán a principios de la década de 1990, y a las que puso fin la llegada de los talibanes, en 1996.
Previamente, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Flescher, dijo que Bush considera importante "para todas las partes comportarse de forma consistente con los derechos humanos", y aseguró a la prensa que ese mensaje ha sido transmitido a la Alianza.
Sobre la situación política creada por el abandono de Kabul por parte de los talibanes, explicó que Bush estimaba que "Afganistán debe estar gobernada por una amplia coalición que refleje la diversidad étnica del país".
Durante su encuentro con Putin, Bush había asegurado que la Alianza del Norte "no tiene un lugar privilegiado en la mesa de negociaciones".
Poco antes de que se conociera la toma de Kabul, el secretario de Estado, Colin Powell, había dicho a la prensa estadunidense que se acercaba la hora de enviar una fuerza de países con población musulmana para garantizar la seguridad en la capital afgana y preparar el terreno para un gobierno provisional.
Turquía, Bangladesh e Indonesia, países de mayoría musulmana, han ofrecido el envío de tropas para respaldar una estructura política de consenso bajo control de Naciones Unidas. Powell precisó que el despliegue no incluiría soldados estadunidenses.
Pero fuerzas especiales estadunidenses se encontraban este martes en Kabul, así como en el sur de Afganistán, además de los equipos que trabajaban en el norte, dijo el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld.
El Pentágono había dicho previamente que menos de cien miembros de las fuerzas especiales entraron en Afganistán, pero Rumsfeld indicó además que "hay un número muy pequeño de fuerzas de Estados Unidos en la ciudad de Kabul", aunque aseguró que "no son suficientes para supervisar o vigilar la ciudad".
El jefe del Pentágono indicó que las tropas estadunidenses están ahí para aconsejar a los líderes en la ciudad e informar a Washington sobre lo que ven. En el sur, las fuerzas estadunidenses "operan independientemente de las tribus", mientras que en el norte se concentran en la tarea de abrir un puente a Uzbekistán para dar flujo a la ayuda humanitaria. REUTERS, AFP Y DPA