Ť México ganó 3-0 a Honduras y consiguió su boleto al certamen Japón-Corea 2002
¡Sí vamos al Mundial!
Ť Dos goles de Cuauhtémoc Blanco y uno de Palencia Ť Destacada actuación del Conejo Pérez
MARLENE SANTOS A.
El plan de contingencia DN-Tri funcionó. Impulsado por su público y con la determinante actuación del portero Oscar Pérez y del delantero Cuauhtémoc Blanco, México redondeó la hazaña y aseguró su clasificación al Mundial de Corea-Japón, al derrotar 3-0 a la escuadra de Honduras.
Junto con Costa Rica y Estados Unidos representará
al área de Concacaf en la justa del próximo año.
El Tricolor, bajo la dirección de Javier
Aguirre, quien al final se presentó a la conferencia de prensa con
los ojos enrojecidos por haber derramado feliz llanto, rescató lo
que parecía perdido a sólo cinco fechas de agotarse la eliminatoria:
el boleto a la Copa del Mundo.
De 15 puntos posibles conquistó 13 en una recta final plagada de angustia, determinación y una esperanza que al último resplandeció como un sol.
El marcador no refleja lo que ocurrió en el engalanado estadio Azteca, porque la tensión y el nerviosismo recorrieron cada pedazo de piel humana ahí presente.
El público apoyó en sesiones de espasmos, cuando la parálisis provocada por la incertidumbre cedía un poco, cuando los aciertos del super Conejo Pérez cedían paso a la confianza.
Blanco, inspirado
O cuando la alegría de Blanco con su cuauhtemiña sobresalía en ese mar de adustez, de futbolistas rígidos, acartonados ?mexicanos y hondureños?, a los que parecía faltarles el aire mismo.
Fue Cuauhtémoc quien abrió el ostión rival con su decisivo gol al minuto 65, justo cuando Honduras amenazaba con convertirse en una pesadilla y cuando algunos sectores del público azuzaban ya no con aplausos, sino con silbatinas.
La prosa lopezvelardina cobró vigencia: Cuauhtémoc: Joven abuelo; escúchame loarte/único héroe a la altura del arte.
Enseguida llegó el derrumbe catracho, la última ilusión se desplomó, el inmenso Azteca, su altitud y su público sepultaron la confianza, y una combinación Blanco-Palencia derivó en el segundo tanto al 72.
Y de nuevo estuvo ahí Blanco para cobrar un penal que rubricó la victoria y que desató la fiesta al minuto 77.
El primer tiempo fue nivelado, de mala calidad. Apenas destacaba Blanco provocando faltas que muchas veces sólo existieron en la imaginación del árbitro.
Al minuto 11 cobró un tiro que pasó rozando el larguero. Sin embargo, en ese periodo Honduras realizó las mejores aproximaciones y El Vasco lo vivió con malestar y nerviosismo en su área técnica.
Gerardo Torrado no sólo estuvo errático al pasar el balón, sino que se hizo amonestar al 30.
En el último susto del primer tiempo Oscar Pérez lució con una barrida para desarmar a Iván Guerrero que había recibido un excelente pase de Carlos Pavón.
Para el segundo periodo Honduras pareció más avezado, la zaga local tuvo algunos titubeos y Pavón cruzó de más su tiro al 52, luego que Milton Núñez había superado a Suárez y a Vidrio.
Al poco rato Melvin Brown recibía primeros auxilios al salir descalabrado, El Beto arrastraba los pies y Johan Rodríguez fue la viva imagen del miedo al negarse a encarar al portero Valladares en clara opción al minuto 60... El público comenzó a silbar.
Aguirre sacó a García Aspe en cambio por Ramón Morales, quien desbordó por la izquierda al minuto 65, centró a segundo poste, donde de nuevo Johan temeroso no quiso rematar, retrasó el balón y cedió la gloria a Cuauhtémoc, quien con la diestra firmó el 1-0.
La tensión se esfumó y llegó la fiesta. Al minuto 72 Blanco y Palencia cachondearon el balón, lo intercambiaron con finos punterazos y el artillero de larga cabellera cuajó el 2-0.
El festejo fue una catarsis porque el boleto ya estaba en la bolsa. El Vasco empuñaba los brazos, Palencia se despojó de la playera verde y la besó emocionado.
A los 73 de acción Johan y Amado Guevara fueron expulsados por el árbitro Carlos Batres. El primero se burló del vencido rival, simuló que le temblaban las piernas; Guevara respondió con un codazo.
El más enojado fue Aguirre, convertido en un energúmeno se quería comer vivo a Johan, con ostentosos ademanes le propinó severa regañiza que abochornó a todo el estadio.
El broche de oro llegó al minuto 77, cuando Palencia peleó como siempre el balón, provocó la falla del portero, al acoso se sumó Blanco, quien recibió falta del atribulado Noel Valladares, se decretó la pena máxima, misma que concretó el propio Cuauhtémoc: el esférico se estrelló en el travesaño y entró.
Ť Vamos a tratar de competir con los grandes, dijo El Vasco
Quiero ponerme una buena jarra: Aguirre
MARLENE SANTOS A.
Las huellas de llanto feliz estaban en la mirada de Javier Aguirre, quien confesó haberse escapado a un palco para besar a sus familiares, "a pesar de que soy feo, soy sensible", explicó.
Fue un paréntesis para la emoción y la privacidad, porque, retomada la serenidad enfrentó a la prensa con su estilo franco y dicharachero.
Como a su llegada, El Vasco sentenció que ninguno de sus pupilos tiene el puesto asegurado, dedicó el logro a su familia y a la de su antecesor, Enrique Meza, y confesó que no le gustó el partido contra Costa Rica, "ni el primer tiempo de hoy, no ligábamos tres pases, estaba tenso."
Lo importante fue que se mantuvo el orden. La primera anotación fue un buen detonante para todos... Como que ahí sentimos que estaba cerca...", señaló.
Aseguró que la conquista del boleto no lo envanece y quiso confirmarlo con su repertorio popular: "sigo siendo el mismo gandalla y cachondo de hace 26 años", dijo y las siguientes preguntas apuntadas con formalidad eran devueltas en tono bullanguero.
"ƑQué fue lo primero que pensó?", le cuestionaron. "šHíjole!, tengo ganas de ir al baño", respondió. Y sobre su siguiente deseo: "ponerme una buena jarra".
Después volvió a la solemnidad para resaltar la unidad que apuntaló su trabajo entre prensa, jugadores, directivos y público.
Aseguró que deseaba con tesón ir a su tercer Mundial, luego de haber participado como jugador en México 86 y como auxiliar técnico en EU 94.
Señaló que ahora necesitarán planear bien el camino; "vamos a tratar de competir con los grandes", remató, antes de alistar el viaje a España, a cuya selección enfrentarán el miércoles en cotejo amistoso.
Cuauhtémoc rechazó la etiqueta de héroe, "no, no. Lo más importante es que ya estamos en el Mundial", expuso. Palencia dijo que el equipo "habló en la cancha y calló muchas bocas sueltas". Explicó que "cuando Cuauhtémoc toca el balón, yo ya sé a dónde debo moverme; igual él, sabe dónde servirme el esférico".
Alberto Rodríguez habló del festejo en el vestidor: "Hubo mucha alegría, todos cantamos, nos bañamos en sidra, gatorade, agua fría. Todos reímos, casi todos lloramos, brincamos, cruzamos abrazos... fue muy bonito".
Así, el titular de la FMF, Alberto de la Torre, con la playera blanca mojada, teñida del rosa suave de sidra, aseguró que funcionó el plan de emergencia DN-Tri.
"Pero nos deja una gran experiencia para no volver a cometer errores. Aceptó que su puesto estuvo en jaque en este decisivo partido. Del festejo apuntó: "Yo casi lloro, pero no lloré".
Ť Grandes festejos para una clasificación sufrida y agónica
El fantasma del miedo recorrió el estadio Azteca
Ť Apoyo incondicional a los tricolores, que se enredaron en su nerviosismo
CARLOS HERNANDEZ
El fantasma del miedo, el terror de la eliminación rondó el estadio Azteca durante 65 minutos y se apoderó de jugadores y aficionados hasta que Cuauhtémoc Blanco, uno de los pocos que enfrentó ese espectro, anotó el primer gol y un grito de liberación surgió de más 100 mil gargantas.
Entonces todo fue fiesta. Cantos, brincos para hacer tambalear el gigante de concreto, ondear la bandera tricolor y lanzar los gritos contenidos de "šSí se pudo!", "šNos vamos al Mundial"! y a celebrar en grande, en exceso, una clasificación que se alcanzó el último día, el boleto restante en una de las peores zonas futbolísticas del planeta.
Cuauhtémoc y Francisco Palencia fueron los más ovacionados cuando se dieron las alineaciones. El Azteca, con evidente sobrecupo, se llenó una hora antes del encuentro y entre las mantas destacaba una: "El Gigante no ha muerto".
Los silbidos y abucheos contra los hondureños sólo cesaron dos veces, cuando los visitantes mostraron la frase "México, Honduras te agradece la ayuda en el huracán Mitch" y en la entonación del himno centroamericano.
Pero sólo ahí hubo silencio y respeto. Lo demás fue apoyo incondicional, sin límites, aunque en la cancha los tricolores se enredaron en su nerviosismo y lanzaron el primer disparo directo -un tirito infame del Chiquis García- hasta el minuto 62.
Dos minutos después llegó el gol de Cuauhtémoc y el jugador número 12 se despojó de la tensión, no así el temperamental Vasco Aguirre, quien regañó en público al errático y burlón Johan Rodríguez.
Con la primera anotación los hondureños bajaron la cabeza y entregaron el partido. Su nutrida porra, ubicada en la cabecera sur, ya no mereció más burlas como las que sufrieron por parte de la mascota de Pumas vestida ahora de Tricolor.
Antes del partido, el felino se les plantó enfrente, les hizo pases de torero con la bandera nacional, los amenazó con cortarles la cabeza, les hizo el ademán sexenal del "Hoy-Hoy-Hoy" y como remate se pasó el rabo entre las piernas en gesto obsceno.
El 2-0 llegó en una jugada de barrio, de cascarita, entre los españoles Blanco y Palencia. Entonces surgieron incontenibles los cánticos mundialistas y las notas sentidas del "Canta y no llores".
Llegó el definitivo tercer gol cuando el chino Bora Milutinovic ya no se veía en el palco, pero antes había festejado como un mexicano más.
Los fanáticos, ya en pleno éxtasis despidieron al relevado Cuauhtémoc como si fuera el auténtico emperador azteca, saltaron al compás de "šel que no brinque es puto!" y hasta rimaron un "y mira y mira, tómale una foto, se van para Honduras con el culo roto", mientras en las pantallas gigantes aparecía por fin la soñada leyenda "Nos Vamos al Mundial".
Los jugadores de la banca se abrazaron todos y esperaron así el silbatazo final, cuando sacaron su manta de despedida: "Gracias jugador número 12, el Mundial es para ti".
Pero la Copa futbolera será también -mucho más que para los aficionados-, para las alrededor de 40 empresas que ayer exhibieron sus productos en el Azteca convertido en auténtico mercado Y la principal, por supuesto, que con su logotipo naranja ocupó todo el círculo central.
Son compañías que ven al futbol como un negocio tan redondo como el balón, pero que ayer, hasta el minuto 65, por poco y se les estaba ponchando hasta que apareció el desparpajo del creador de la cuauhtemiña.