LUNES Ť 12 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

José Cueli

Ese otro Zotoluco

España le a brindado a El Zotoluco como una especie de sensibilidad que le dio más fuerza a su toreo. Conoció cuánta es la influencia tonificadora del ambiente taurino español.

Ahí pulió las imperfecciones de su torear y llegó a la inspiración, que exhibió ayer en la plaza Mézico. Sus maneras se educaron, se perfilaron, se hicieron flexibles. Suavizó sus cualidades artísticas que depuró y acrisoló en el trato con la torería española.

ƑCon qué consecuencia inmediata? En España le nació no el choque, sino el contacto con la realidad torera. Ese tono de buen gusto, de verticalidad, que afectó sus modales, pensamiento, quehacer torero. Pues esa distinción, esa línea como área ingrávida de valentía que ha sido captada por los cabales. Incluso afiló la espada y la ejecución de la suerte de matar a los toros. Lo que le permitió rematar una tarde triunfante con un débil bomboncito de Vistahermosa, al que acabó por cortarle las orejas.

La afición se sintió sugerida por la evocación del llamado toreo a la mexicana que instrumentó El Zotoluco, quien se trajo el aroma y el sabor de España para ser visto por la afición de la Plaza México. El Zotoluco lució la estampa del toreo mexicano, sí, aunque su toreo no sea el más clásico; en cambio lo fue, en lo ágil, vivo, dinámico, color fluido, transparente, emoción efímera e intensa, sentida interpretación a la mexicana del toreo por medio de líneas expresivas elocuentes.

Por otra parte, fue la hondura del torear la que nos ha ofrecido Joselito en unas verónicas rematadas con la media, en que lentamente, como algo fantasmal, reapareció su acento personal y clásico. Toreo que hizo surgir la fantasía torera. Lástima de torillos débiles descastados. Lo mismo los de Vistahermosa que los de De Santiago que acabaron por volver la tarde tediosa e insoportable, hasta terminar con una bronca en el último del encierro. šPero qué verónicas las de Joselito!