LUNES 12 DE NOVIEMBRE DE 2001
Compre en Marte; viva en mil años
Con el apoyo de NASA, UNAM y Universidad Veracruzana, un científico mexicano impulsa proyecto para la colonización del planeta rojo
KARINA AVILES
Bajo la dirección del científico mexicano Rafael Navarro González está en marcha un proyecto de colonización de Marte. Parece como si fuera un cuento de ciencia ficción, pero no es así. Es real. El proyecto para que los humanos puedan vivir en un futuro en el planeta rojo está apoyado por la NASA, el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y la Universidad Veracruzana.
El año pasado, Navarro González hizo la presentación del plan colonizador en una de sus últimas fases, consistente en la introducción de bosques en territorio marciano, durante una reunión entre científicos de todo el mundo efectuada en la NASA.
Es tanta la posibilidad de que algún día el hombre habite en Marte, que en diferentes páginas de internet ya están a la venta parcelas en ese planeta y se pueden conseguir terrenos de un acre "por sólo 19.99 dólares" más 1.51 dólares de impuesto. Basta hacer un click para llenar la solicitud.
Por primera vez el responsable del proyecto denominado Terra-formación, Rafael Navarro González, da a conocer a un medio de difusión detalles sobre el plan que promete hacer de Marte un planeta a imagen y semejanza de la Tierra.
Se trata de hacer florecer en el planeta rojo el oxígeno necesario para la vida humana; se pretende que resurjan los océanos, ríos y lagos; se busca llevar vegetación y, el ejemplo, aunque tampoco parezca cierto, es el Pico de Orizaba, en el sureño estado de Veracruz, en donde se han reproducido condiciones de vida vegetal que podrían adaptarse al territorio marciano.
El Pico de Orizaba se vuelve "uno de los lugares estratégicos" para colonizar Marte, pues es el sitio donde la línea de los árboles es la más alta en todo el mundo, al llegar a los 4 mil 100 y 4 mil 200 metros. "Entender qué es lo que hace que los árboles lleguen a esa altura nos va a permitir saber cómo los podemos llevar a Marte y cómo pueden crecer a temperaturas bajas, ya que ese planeta es más frío que la Tierra".
Desde el principio será la mano del hombre la que prepare el escenario, aunque el ser humano será el último en llegar. Además de Navarro González, participan en el proyecto los científicos Christopher McKay, del Centro de Investigaciones de la NASA, y Luis Cruz Kuri, de la Universidad Veracruzana.
Las etapas
El planeta rojo es mucho más pequeño que la Tierra y la cantidad de luz que le llega es menor que la de aquí porque está más alejado del Sol. Está ubicado a una distancia promedio de esa estrella de 227 millones 900 mil kilómetros, mientras la tierra está localizada a una distancia de 149 millones 600 mil kilómetros. "Al tener una atmósfera muy tenue, los gases que están en Marte no logran atrapar la luz del Sol y, en consecuencia, las temperaturas durante el día son bajas pero durante la noche lo son todavía más", explica el científico.
De manera que la colonización del planeta rojo contempla por lo menos cuatro etapas. La primera consiste en subir la temperatura de Marte y para ello se requiere liberar en su atmósfera gases invernadero o superinvernadero, que son los que atrapan el calor. Se calcula que lo anterior podría llevar cien años, apunta.
En esta primera fase resurgirían los lagos, ríos y el océano, porque al incrementarse la temperatura el agua que quedó congelada en los polos y el subsuelo de Marte se derretirá. "Al salir el agua, los carbonatos -que han estado depositados en suelo marciano- se van a convertir en dióxido de carbono y su atmósfera se empezará a hacer más densa".
La siguiente etapa es la de introducir organismos del tipo de las bacterias verde-azules (conocidas popularmente como lama), que son ideales para la fotosíntesis, y liberar gradualmente el oxígeno para que los humanos puedan respirar sin utilizar equipos especiales. Una vez introducidas dichas bacterias, tardarían mil años para que se pudiera hacer una atmósfera con oxígeno como la que se tiene en la Tierra.
La tercera fase es la reproducción de musgos y líquenes que empiecen a preparar el suelo para que, posteriormente, plantas, como las del tipo de los pastos puedan comenzar a crecer. Después vendría la introducción de bosques de árboles, que sería una de las etapas finales, expone.
Los seres humanos están presentes en todo el proceso, pues son ellos quienes deberán de ejecutar las acciones, aunque en el inicio vivirían en una ciudad-burbuja con atmósfera artificial, indica. Después de mil 100 años el hombre podrá vivir "en ciudades tal y como las tenemos en la Tierra y podrá respirar de manera natural y moverse libremente por Marte".
Parece que es muy lejos en el tiempo, pero es el doble de los años que han transcurrido desde que Cristóbal Colón llegó a América. "Para nuestra vida es mucho, pero para las generaciones de humanos no lo es", señala el investigador de la UNAM y autor de más de 90 artículos científicos.
La utopía
Si bien por el momento la colonización de Marte parece una utopía, la forma en que se tomaría la decisión, de acuerdo con Navarro González, resulta increíble. Considera que representantes de todo el mundo, entre políticos, hombres de ciencia, gente común y corriente y profesionistas de todas las ramas tendrían que tomar la determinación de manera global.
Se le pregunta sobre lo que pasaría si Marte llegara a convertirse en un espacio más de alguna potencia y responde: "Bueno, eso nosotros no (lo) estamos midiendo. Esto tiene otro tipo de implicaciones".
Consciente de que la decisión no dependerá de los tres científicos que impulsan el proyecto, cree que la determinación será "de la humanidad en sí". Los futuros habitantes del planeta rojo serían seres humanos comunes y corrientes, ya que, dice el investigador, "la NASA no tiene ningún objetivo de llevar a ciertos humanos".
"Nosotros no creemos que la Tierra se vaya a acabar. Pero el mundo se está volviendo más pequeño, hay mayor cantidad de humanos y hay un deseo del hombre de ir a más lugares... La Luna no es un espacio interesante para vivir porque no hay atmósfera. Marte, al ser un poco más parecido a la Tierra, es más fácil cambiarlo".
No obstante, la colonización no puede realizarse hasta no demostrar que no hay vida en Marte, porque si la hay, aunque sea microbiana, sería "un crimen" destruirla", señala. Pero si no existe vida lo que seguiría es continuar la posibilidad de buscar un nuevo ambiente para el ser humano.
"Nosotros no estamos haciendo ningún daño. Lo que hacemos es un estudio científico para ver las posibilidades de colonización de Marte". Adicionalmente la investigación permitirá proporcionar información sobre el efecto que sufre un ecosistema en los cambios climatológicos, cuenta.
Desde hace un par de años inició el proyecto. Actualmente los científicos involucrados en la investigación preparan un artículo en donde darán a conocer los resultados a los que han llegado. "La colonización de Marte es equivalente a bajar caminaNdo una montaña en la Tierra y ver cómo van cambiando los ecosistemas. Se empieza por un ambiente en donde no hay nada de vegetación hasta llegar a uno donde hay un bosque muy grande".