LUNES Ť 12 Ť NOVEMBRE Ť 2001

Ť Propone segunda cumbre antidrogas Bogotá-Washingon

Respeta y apoya EU el proceso de paz con las FARC, asegura Pastrana

DPA, AFP Y REUTERS

Nueva York, 11 de noviembre. El gobierno colombiano tiene garantizado el respeto y apoyo de Estados Unidos a cualquier decisión que adopte en relación al proceso de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), aseguró aquí el presidente Andrés Pastrana.

El mandatario colombiano se reunió este domingo con su homólogo de Estados Unidos, George W. Bush, al margen de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Indicó que su colega estadunidense ha sido "muy respetuoso" de las decisiones adoptadas por el gobierno colombiano respecto al proceso de paz con las FARC, y esta ocasión, añadió, no demostró paciencia o preocupación.

Pero el ministro del Interior, Armando Estrada, admitió en Bogotá que el proceso de paz, que inició el 7 de enero de 1999, pende de un hilo. Esto por la amenaza de los rebeldes de poner fin al diálogo dentro de 11 días si Pastrana no niega que ellos sean narcotraficantes y terroristas, como asegura Washington.

Pastrana reiteró que para que las FARC sean consideradas como un grupo rebelde y no como narcotraficantes o como terroristas, deben cumplir con su palabra y sentarse a negociar la paz. "Hoy las FARC son las que toman la decisión de cómo quieren que el mundo las vea".

En cuanto al narcotráfico, de acuerdo con Pastrana, el mandatario estadunidense aseguró que con el nombramiento del nuevo zar antidrogas, John Walters, ya no hay disculpas para que Estados Unidos pueda fijar una política en la lucha contra la droga, la que calificó de arma mucho más dañina que el terrorismo.

El presidente de Colombia propuso la realización de una segunda cumbre antidrogas entre ambos países en la que se incluya el tema del terrorismo y a la que se invite a México y Brasil.

En este contexto, la violencia en Colombia dejó este fin de semana 25 muertos, entre ellos 20 campesinos ultimados en en una acción atribuida a presuntos paramilitares que irrumpieron en varias aldeas del departamento de Antioquia. El resto de las víctimas se produjo en combates entre guerrilleros y soldados en Putumayo y Santander.