SABADO Ť 10 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Festejan con gran tocada el primer aniversario de la estación de radio eskasera Track

El Faro no es el CNA de los pobres: Benjamín González

ARTURO CRUZ BARCENAS

"El Faro (Fábrica de Artes y Oficios de Oriente) no es el CNA de los pobres", expresó Benjamín González, director del espacio cultural para los jóvenes de Zaragoza y Ermita, de Neza Texcoco, donde ayer unos 600 chavos menores de 20 años dieron rienda suelta a su histiamina; volaron por los aires, eslamearon, se bañaron bajo el chorro del agua de una pipa delegacional y bailaron al calor de los grupos que han hecho suyos, básicamente los eskaseros.

En esta ocasión, el motivo del tíbiri fue el primer aniversario de la estación Track, en el 1320 de AM, que difunde ese tipo de música y cuyo perfil informativo tiende a formar a los jóvenes, dijo su gerente, Elena Durán. Los mozuelos, algunos aún con la saliva infantil en las comisuras, respondieron a la convocatoria del citado Faro, el referido medio radial y el Instituto de Cultura de la Ciudad de México, cuyo titular, el historiador Enrique Semo, se dio concierto_1una vuelta para ver el desarrollo de la tocada.

De peluche

Algunos llevaron, como se los pidió la radiodifusora, unos muñecos de peluche, con los que de seguro muchos entran al país de los sueños. La regaron los programadores cuando anunciaron que iban a poner una rola de Celso Piña, cumbianguero regio, pues los muchachos no entienden de otros ritmos andando en los reventones. Chifladas y recordatorios familiares fueron lo que recibieron. "A mí no me gusta, pero está chido", comentó un integrante del grupo K-ras Citadinas, que la armó con sus canciones desmadrosas, como La guacareada, que dedicó "para los pinches gabachos y sus tocadas".

Exhortaron a bailar La capirucha, "para las pinches morras, para las pinches viejas que la hacen de pedo, pero... Ƒqué haríamos sin ustedes?" Eso provocó una algarabía y uno de los mejores momentos de ese bailongo. Algunos asistentes que pintan canas rieron al ver el espectáculo: chavitos que vuelan y con sus tenis pisan las cabezas de sus contemporáneos. Crean con su danza un remolino cuyo ojo del huracán no lo aguanta la gerontocracia.

Ya pisó el escenario Aurora y la Academia. El sol calienta la plancha de concreto. "Huele a calabaza", dice un quinceañero que llegó de la Martín Carrera. El aire trae el olor característico de las aguas negras, penetrantes. Pecata minuta. "šA bailar y brincar, cabrones!" Hacen su parte Riesgo de Contagio, La Matatena y el platillo fuerte: Estrambóticos y Salón Victoria. La polvareda apambaza al respetable.

De basurero a centro cultural

"El Faro es el proyecto cultural alternativo más importante del gobierno de la ciudad, a través del Instituto de Cultura. Está en un edificio abandonado durante ocho años, diseñado por el arquitecto Alberto Calas; iba a ser una subdelegación, pero fue dejado a su suerte por el gobierno de Oscar Espinosa Villarreal. Era un basurero, un lugar de nadie e inservible", precisó Benjamín González.

Ahora es una escuela de artes y oficios (a través de 33 talleres), además de un centro cultural con una biblioteca de 15 mil volúmenes. Son 2 mil estudiantes. "Es un nuevo modelo de atención cultural con un año y medio de trabajo exitoso."

-ƑEs para chavos jodidos?

-No. Su concepto es más amplio. La cultura es un servicio. La gente tiene derecho a recibir agua, electricidad, pero también cultura. Creemos que la gente no tiene acceso a la oferta, pues la cultura está concentrada en la ciudad. El Faro está alejado del corredor centro-sur. Sus espectáculos son de calidad. No es el CNA de los pobres; eso no es el Faro.

-ƑEn qué medida no son formas de inhibir la rebeldía de los jóvenes, por medio de tocadas?

-Creemos que a los jóvenes de este país no tenemos que decirles a lo que se deben dedicar. Este es un espacio de libertad y tolerancia, para que se cansen de bailar y resuelvan su tarde. Es para que tengan un lugar de encuentro. El Faro no es el esfuerzo de una persona; para un concierto como éste participaron 30 personas que se dedican a cuidar todo. El lema es "La seguridad somos todos". Cada uno de los que vienen tiene una responsabilidad.

"Que en la ciudad suceda esto -el bailongo-, en una zona con problemas diversos, quiere decir que la urbe es gobernable. En medio de la barbarie, de la delincuencia, aquí no están, normalmente, policías o el Ejército; es decir, no invadimos nuestro país. Esto es cultura. Armamos lo desarmado. Todo empieza con el baile, que es una política de distensión. Esto es promoción cultural."

El toquín siguió su curso. Radio Faro transmitió en vivo el concierto. La estación tiene un alcance de 12 kilómetros. Es para la banda que ya se descolgó por las frías. "Se transmiten netas, no pendejadas", dijeron los de K-ras Citadinas.

Para mayor información sobre los reven y talleres del Faro, llamar al 5573-8742.