SABADO 10 DE NOVIEMBRE DE 2001
Michelle origina intercambio Cuba-EU
Washington ofrece ayuda condicionada y la isla propone "compra excepcional", en efectivo, de medicamentos y comida
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 9 de noviembre. El huracán Michelle, considerado el peor desastre natural desde el triunfo de la revolución de 1959, además de golpear la débil economía cubana provocó un insólito intercambio entre el gobierno de Fidel Castro y el de George W. Bush. Washington ofreció ayuda humanitaria condicionada, La Habana respondió con una contrapropuesta para que "de forma excepcional" pueda adquirir de inmediato en Estados Unidos alimentos y medicinas que serían pagados en efectivo.
De lo que se trata, explicó Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento cubano, es de que se suspenda temporalmente el bloqueo para que Cuba adquiera los medicamentos necesarios a fin de hacer frente al desastre que Michelle dejó a su paso por la isla.
El meteoro, que afectó la mitad del territorio y de la población de la isla, dejó a su paso cosechas destruidas, torres y árboles derribados, casas deshechas, plantaciones y pueblos inundados y el colapso de los servicios públicos, aunque sólo produjo cinco muertos, luego de que más de 700 mil personas evacuaron sus viviendas. El golpe ocurrió cuando la economía cubana empezaba a frenar, como efecto de la recesión mundial agravada por los atentados de septiembre en Estados Unidos, en medio de una lenta pero sostenida recuperación de 4.7 por ciento, una década después de su caída en picada, tras la desaparición de la Unión Soviética.
Antes del huracán, Cuba ya había reducido su pronóstico de crecimiento para este año, de 5 a 4 por ciento, tras un 5.5 por ciento en 2000. El presidente Fidel Castro había augurado sacrificios inminentes y había girado los reflectores hacia la caída en los últimos meses de las cotizaciones en dos productos clave para la economía isleña, el azúcar, de 9 a 6.53 centavos la libra, y el níquel, de 8 mil 640 dólares a 4 mil 715 dólares la tonelada; la disminución de la venta de tabaco y del turismo, que reportará este año un crecimiento de 3 a 6 por ciento, contra un ritmo promedio de 7 por ciento.
Aunque el descenso de las expectativas en el turismo es anterior al huracán, Michelle todavía agrega "graves perjuicios" en instalaciones de Cayo Largo del Sur, un islote meridional, y la Ciénaga de Zapata, la región pantanosa del suroeste del país por donde entró el huracán, informó el viceministro del sector, Antonio Romillo Tarke. Agregó que en el balneario de Varadero sólo dos hoteles, el Playa de Oro y el Paraíso Arenas, sufrieron daños de consideración.
El impacto adicional por el huracán está centrado en las pérdidas en la cosecha anual de caña, que debe iniciarse dentro de tres semanas; la de cítricos, y en el gasto en reparaciones en el sistema eléctrico y las telecomunicaciones.
Presionada por la política de 40 años de Estados Unidos, que le cierra el paso a créditos y comercio, la economía cubana opera con escasos márgenes de financiamiento y presiones de liquidez. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la cuenta corriente cerró el año pasado con un déficit de 687.1 millones de pesos (equivalente a dólares en el cambio oficial). Las principales fuentes de divisa convertible son el turismo, las remesas en efectivo de los emigrados, el azúcar, el níquel, el tabaco, los cítricos y la pesca, mientras que los gastos externos más influyentes son el petróleo crudo y alimentos.
A las pérdidas ya descontadas antes de Michelle hay que sumar la caída en el azúcar de exportación. Luis Manuel Avila, viceministro del Azúcar, informó que hay 400 mil hectáreas de caña dañadas en alguna forma, desprendidas o dobladas, con pérdida neta de producción o gasto adicional en corte manual.
El vicepresidente Carlos Lage ofreció el jueves el primer balance panorámico, aunque provisional, en el que reseñó severos daños en infraestructura, como el derribo de 125 torres de alto voltaje, con promedios de 40 metros de altura, y de siete a diez toneladas de peso; la inundación parcial de la termoeléctrica Antonio Guiteras, y la caída de la torre de enlace del sistema nacional de microondas, una estructura de 75 metros y 15 toneladas, instalada sobre la loma de Jacán, una altura de 315 metros en el municipio de Jovellanos, provincia de Matanzas. Para la transmisión de electricidad y señales de radio, televisión y telefonía, esos daños provocaron la división del país en dos partes, oriente y occidente, dijo Lage.
En telecomunicaciones el impacto del Michelle se mide como un antes y un después del huracán, estimaron técnicos del ramo. En total cayeron 23 torres conductoras, diseñadas para resistir acometidas menores que las del domingo, reconoció el vicepresidente de Operaciones Nacionales de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), Mario Hernández.
La reintegración de los sistemas de electricidad y comunicaciones se hará con enlaces provisionales y luego con reparaciones definitivas, dijo Lage. Calculó que los servicios básicos, que se han reanudado paulatinamente, quedarán restaurados en lo fundamental hacia finales del mes.
En el recuento, Lage indicó que el transporte y el gas quedaron completamente restaurados. Los servicios de salud, menos ocho unidades, trabajan normalmente. En mil 500 escuelas hubo "daños importantes" y 50 quedaron destruidas o con daños mayores. La energía eléctrica se reanuda paulatinamente, pero siguen con carencias del fluido las provincias de Matanzas, con el 27 por ciento disponible; Cienfuegos (46 ), La Habana (50), Pinar del Río (65), ciudad de La Habana (85) y Sancti Spiritus (90).
Otros saldos del Michelle, citados por Lage: en la localidad citrícola de Jagüey Grande, Matanzas, llovieron 165 milímetros en dos horas, equivalente a toda la lluvia de julio en el lugar; en la ciudad de Matanzas llovieron 293 milímetros en 24 horas, igual a la lluvia total de dos meses. Hay aún 12 mil 903 líneas telefónicas interrumpidas y mil 487 postes de ese servicio derribados.
Reserva material permanente
En parte de las reparaciones, señaló el vicepresidente cubano, responsable de la economía, el país recurre a su reserva material permanente, un fondo revolvente de bienes y materias primas acumulados durante décadas, teóricamente para un caso de guerra, y a la cual las autoridades rara vez se refieren en público. Pero anunció que se avecina un "serio y estricto programa de ahorro" de energía, principalmente en los grandes consumidores estatales, que implicará movimientos de horarios laborales, para reducir la demanda en horas pico.
Hombres de negocios radicados en La Habana estimaban que esa medida es independiente de una batería de opciones a las cuales aún puede recurrir el gobierno cubano para enfrentar las presiones generadas antes del huracán, como la reducción de inversiones, la paralización de importaciones y la revisión de subsidios al mercado interno.
Algunas embajadas europeas y latinoamericanas no tenían claro este viernes cuál era la política de las autoridades cubanas sobre la ayuda externa humanitaria. En una gira por la zona damnificada, Castro había dicho que su gobierno no pediría nada a nadie, a pesar de que algunos "países amigos" habían preguntado cómo auxiliar.
Pero el líder parlamentario chino, Li Peng, que realizaba una visita oficial cuando el huracán, anunció públicamente un paquete de donaciones y Venezuela movilizó dos aviones con alimentos y medicinas.
El jueves la cancillería cubana informó del intercambio de notas diplomáticas con el Departamento de Estado, por el cual 'Washington ofreció ayuda humanitaria mediante organizaciones internacionales y "otros intermediarios", a fin de asegurarse de que "es el pueblo cubano y no el régimen de Castro" el beneficiario de tal ayuda.
El Ministerio de Relaciones de Cuba agradeció las expresiones estadunidenses de "pena y preocupación", pero planteó una contrapropuesta para que, "de forma excepcional", teniendo en cuenta "las innumerables leyes y regulaciones que lo prohíben, se permitiera a empresas cubanas adquirir de forma expedita determinadas cantidades de alimentos y medicinas, y que se autorizara transportarlas en embarcaciones cubanas".
Y al hacer alusión al bloqueo estadunidense, precisó: "los pagos de estos productos, que sólo en circunstancias especiales adquiriríamos de esa forma, sin reciprocidad comercial alguna, serían realizados al contado, en moneda estadunidense o cualquier otra divisa convertible que se solicite".
Esa situación es técnicamente posible, bajo las leyes del bloqueo, pero requiere de un entendimiento político de alto nivel, estimaba aquí un experto. Hasta la tarde del viernes aún se desconocía la reacción estadunidense a la réplica cubana.Hasta la tarde del viernes aún se desconocía la reacción estadunidense a la réplica cubana.
En cualquier caso, concluyó un diplomático europeo, por ahora parece que las acciones de ayuda dependen de la iniciativa de cada país.