SABADO Ť 10 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
MEMORIAS Y UTOPIAS DE LA CUIDAD DE MEXICO

En 1926 renuncian integrantes del ayuntamiento

La escasez de agua y la disputa municipal en 1922

De 1920 a 1924, en tiempos de la presidencia de Alvaro Obregón, los partidos políticos más importantes escenificaron en la ciudad de México diversos conflictos electorales, entre los cuales destaca uno sobre el agua, que resultaría determinante en la desaparición del régimen municipal en 1928.

JORGE LEGORRETA

El 30 de noviembre de 1922, a cuatro días de las elecciones municipales, en el Zócalo capitalino se produjo un violento enfrentamiento de la policía municipal contra una manifestación que protestaba por la falta de agua. El resultado: 10 muertos, 30 heridos, la toma del edificio del ayuntamiento y el incendio de una parte del archivo histórico.
CASAS DE BOMBAS
En el escenario político aparecen, por una parte, Celestino Gasca, gobernador del Distrito Federal, y Luis N. Morones, dirigente de la Confederación Revolucionaria de Obreros de México (CROM), ambos pertenecientes al Partido Laborista Mexicano (PLM); y por la otra, su opositor, el presidente municipal Miguel Alonso Romero, del Partido Liberal Constitucionalista (PLC).

Las causas

El conflicto se origina la noche del 18 y la mañana del 19 de noviembre, cuando las bombas de la planta de Condesa, en la cual concluía el acueducto proveniente de Xochimilco, sufren un desperfecto que impidió elevar el agua hasta los depósitos de Dolores; ello provocó que la ciudad quedara sin abastecimiento, obligando a racionalizar su dotación a dos horas por día. Producto de las complicadas reparaciones que obligaron a solicitar nuevas bombas a Estados Unidos, el desabasto se extendió por 12 días, generando la irritación entre la población. La campaña de desprestigio contra las autoridades municipales no se hizo esperar. El cabildo y el ayuntamiento en pleno, del cual era secretario técnico Abraham González, fue responsabilizado del desperfecto técnico, atribuido, según las autoridades, al descuido de un empleado. El informe de la Sección de Aguas Potables de la presidencia municipal decía que:

"...a las 5:50, por una variación del voltaje en la corriente, se interrumpió el bombeo en la Condesa. El operador de turno en la planta ordenó por teléfono al encargado de la compuerta en La Piedad que la levantara, contestando que procedía a abrirla. (Sin embargo) a las 7:10... se presentó el ingeniero Miguel Márquez y mandó en su automóvil a cinco mecánicos, y la compuerta se encontraba cerrada, lo que ocasionó la inundación. Por no abrirse oportunamente la compuerta de La Piedad, se inundó la cámara de bombas de la Condesa, subiendo el agua a un metro 30 centímetros, mojándose completamente todos los motores..." (Excélsior, 20 de noviembre de 1922, pág. 1 y 8).

La otra versión

Tal informe oficial no fue, por supuesto, creíble. A partir de entonces circularon diversas versiones, incluyendo la del clásico y supuesto atentado provocado por simpatizantes de la CROM y el PLM. Destaca lo dicho por un técnico calificado de nombre Modesto C. Roland que el diario El Universal destaca en la primera plana del 23 de noviembre:

"El Ayuntamiento... ha engañado a la ciudad. Yo como ingeniero, empleado en la Provisión de Aguas, intervine en la construcción de la Planta de Bombas de la Condesa, así como del vertedor de La Piedad... hago saber... que el AYUNTAMIENTO HA DECLARADO FALSEDADES PARA JUSTIFICARSE Y EVADIR LAS RESPONSABILIDADES.

"Es falso que un empleado no haya abierto la compuerta... EL VERTEDOR FUNCIONA AUTOMATICAMENTE, COMO LO HACE LA VALVULA DE ESCAPE DE UNA CALDERA DE VAPOR. De la única manera como pudo haber entrado el agua a la caja de bombas ES POR LA ROTURA DE ESTOS TUBOS O POR LA ROTURA DE LAS VALVULAS.....(pág. 1).
AVENIDA JUAREZ
La irritación y la manifestación social

Al octavo día sin agua, el 26 de noviembre, un gremio denominado Periodistas Metropolitanos organizó una concurrida manifestación de la Alameda al Zócalo, aludiendo a la falta de honradez administrativa y exigiendo la renuncia del presidente municipal y de todos sus colaboradores y concejales. Para entonces, editoriales de los diarios mas influyentes y algunos políticos criticaban tanto la ineptitud del ayuntamiento como la exigencia de trasladar el abastecimiento del agua a las responsabilidades del gobierno federal.

Días después, el jueves 30 de noviembre, la CROM convoca a una magna manifestación contra las autoridades municipales que condujo al trágico acontecimiento. Al escucharse los primeros disparos, la multitud enardecida, armada con los andamios de madera y material de construcción, se volcó contra el palacio municipal, fuertemente resguardado por la gendarmería montada.

"Grupos de manifestantes comenzaron a golpear las puertas....(y) para amedrentar y evitar continuaran con su labor, desde las azoteas comenzaron a disparar. Por fin, en medio de gran estruendo, la puerta vino a tierra... Se asegura que por el fuego sobre el cubo de la puerta derribada, algunos manifestantes cayeron, ensangrentando el piso.

"La multitud enfurecida lanzó un grito ¡a quemar el palacio municipal! y como si hubiera sido un solo hombre, se lanzó sobre el edificio.... arrojaron periódicos... prendas de vestir e hicieron uso de las vigas de los andamios... el fuego se propagó inmediatamente, extendiéndose a todo el departamento..."

"Pocos momentos después, llegaron noticias de que la casa del presidente municipal, doctor Alonso Romero, iba a ser asaltada por un grupo de individuos del pueblo, algunos de los cuales llevaban armas. (En efecto)... Poco tiempo después de las 20 horas, hubo un encuentro cerca de la casa en Tabasco y Frontera.... se produjeron disparos, habiendo resultado... heridos frente a los manifestantes. La presencia de tropas federales terminó el encuentro. Estas cubrieron con un cordón varias calles para evitar nuevos desórdenes." (El Universal, 1º de diciembre de 1922, págs. 1 y 3.)

Los impactos políticos

A pesar de los obreros muertos y heridos, pertenecientes la mayor parte a la CROM, el ayuntamiento en pleno soportó la enorme presión de una sociedad que exigía no sólo la renuncia de sus miembros, sino incluso su desaparición como instancia autónoma y representativa. Todo esto ocurría a sólo tres días de las elecciones municipales, y la campaña de algunos partidos políticos en los diarios se orientó a calificarlas de farsa. Con la tragedia se generalizó el desprestigio sobre las elecciones.

"...en todos los sindicatos, los obreros están dispuestos a impedir que se verifiquen las elecciones el próximo domingo... saben los trabajadores que los candidatos de las planillas de los partidos políticos son hombres faltos de prestigio y que seguramente seguirán el mismo camino que los regidores actuales, cometiendo toda clase de inmoralidades de que todo el público se pudo dar cuenta" (Excélsior, 2 de diciembre de1922, págs. 1 y 4).

Un día después de la trágica manifestación, el mismo presidente de la República, general Alvaro Ogregón, declaraba:
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"El mal radica en la institución misma, que en todo tiempo ha demostrado que su organización y funcionamiento no satisfacen eficazmente las necesidades públicas."

En esas circunstancias, era evidente que el partido que gobernaba el municipio de la ciudad ?PLC? era el más afectado y, por tanto, ese partido trató inútilmente de suspender las elecciones. Una gran confusión se apoderó de los escenarios electorales, pues varios partidos optaron por retirarse de la contienda. El presidente Obregón y su secretario de Gobernación, general Plutarco Elías Calles, se mantuvieron al margen, aduciendo respeto a la autonomía municipal. El único partido que contando con las simpatías oficiales decidió mantener sus candidaturas y ganó sin problemas las elecciones fue el Partido Cooperativista Nacional (PCN), fortaleciendo de paso a su dirigente, Jorge Prieto Laurenz. A partir de estos hechos el PLC declinaría su poder.

La estrategia política de desprestigiar a las autoridades municipales fue el primer paso para lograr su destitución y/o su salida del gobierno. La desaparición del régimen municipal había recibido una herida mortal. Sólo era cuestión de tiempo.

Durante el conflicto del agua se provocó una generalizada exigencia ciudadana por la destitución de las autoridades municipales, aduciendo la incapacidad e ineficiencia mostradas para prestar un servicio público. Pero la campaña de prensa se desplazaba en otro camino, como lo consignaban los principales diarios de circulación nacional: "La administración municipal de la ciudad de México debe encomendarse a la Federación".

La crisis del agua no fue el único conflicto registrado en ese entonces. El domingo 26 de noviembre de l922 se enfrentan durante un mitin electoral en Xochimilco y con saldo de tres muertos, el mismo PCN y el PLC. Los integrantes del ayuntamiento renuncian en masa.

La desaparición del régimen municipal

En 1925, cuando era presidente Plutarco Elías Calles, fueron encarcelados funcionarios del efímero municipio General Anaya, creado en 1924. La respuesta del gobierno federal a todos estos conflictos, que de una u otra manera generaban la ingobernabilidad en la ciudad, fue la creación de concejos municipales nombrados directamente por el gobernador y el Presidente de la República, como estaba previsto en el artículo transitorio de la Ley Orgánica de 1917.

En julio de 1928, Alvaro Obregón, como candidato por segunda vez a la Presidencia, aduciendo la necesaria visión ordenadora municipal de conjunto y seguramente por haber padecido directamente las confrontaciones violentas entre municipios de distintos partidos políticos, presenta la iniciativa de suprimir el régimen municipal. Esta vez, a diferencia de una similar iniciativa presentada por Carranza al Congreso en 1917, se acepta el 28 de agosto de 1928.

A partir de entonces, los ayuntamientos de los municipios electos se convierten en delegaciones cuyos titulares fueron nombrados directamente por el gobernador designado o jefe del Departamento del Distrito Federal. En 1997, este último cargo se elige en forma directa y en el año 2000 los jefes delegacionales fueron a su vez electos. En espera está una propuesta de reforma constitucional para volver a convertir las 16 delegaciones del DF en municipios. Sea cual fuere el resultado de esta propuesta, la futura reforma política del Distrito Federal que significará, sin duda, un avance democrático que no dejará de ser el marco de nuevas confrontaciones políticas.