Ť Aliados claves critican la actitud de Washington ante el conflicto en Palestina
La coalición internacional contra el terrorismo, "más fuerte que nunca", asegura Bush
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 9 de noviembre. Gran Bretaña y Arabia Saudita, dos aliados claves de Estados Unidos en su guerra en Afganistán, expresaron esta semana su fuerte oposición a la política actual del gobierno de George W. Bush en torno al conflicto palestino-israelí, y advirtieron que de seguir así esto podría minar el apoyo internacional a la guerra estadunidense.
En el transcurso de esta semana el gobierno estadunidense ha lanzado una ofensiva de propaganda para concretar el apoyo a su guerra en Afganistán dentro del mundo árabe. Pero en privado varios aquí señalan que el apoyo público de Estados Unidos en Medio Oriente no es fuerte.
En comentarios hoy en la Casa Blanca, al concluir su reunión con el primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, el presidente Bush dijo que la coalición internacional encabezada por su país "nunca ha sido más fuerte", y rechazó versiones de diversos desacuerdos con los socios de su coalición.
Malestares
En una entrevista publicada hoy en el diario The Washington Post, el primer ministro Vajpayee criticó la campaña militar estadunidense y dijo que Estados Unidos no entendía las realidades políticas o militares de la región.
Estas críticas de India se expresaron el mismo día que el canciller de Arabia Saudita, Saud Faisal, dijo que su país está "enojadamente frustrado" debido a que el gobierno de Bush ha sido renuente en cuanto a resucitar las negociaciones de paz entre israelíes y palestinos. "Lo que me entristece es que lo que se necesita para llegar a la paz es muy poco", comentó Faisal en una entrevista publicada en The New York Times.
El canciller saudita criticó a Bush en particular por no reunirse con el líder palestino Yasser Arafat desde que el estadunidense llegó a la presidencia. El funcionario saudita expresó su malestar de que Bush, una vez más, no aprovechará la oportunidad de reunirse con Arafat cuando ambos estén presentes en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas este fin de semana.
Pero hoy el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, insistió en que Bush decidió no reunirse con Arafat en la ONU pues el líder se ha negado a condenar al grupo libanés Hezbollah y al palestino Hamas, ambos identificados por Estados Unidos como organizaciones terroristas. "La neutralidad no es una posición aceptable. Uno no puede, de un lado, condenar a Al-Qaeda, y no a Hezbollah ni a Hamas", afirmó Fleischer.
Funcionarios estadunidenses dicen que existe la posibilidad de que los dos líderes se saluden informalmente si se encuentran durante la sesión de la ONU, pero Bush se ha negado a tener una reunión formal con Arafat. Esta posición, señaló el canciller saudita, no tiene sentido. "No puede ser un negociador honesto y sólo reunirse con una de las partes", dijo Faisal a The New York Times, en referencia a las repetidas reuniones de Bush con sus contrapartes de Israel desde que tomó posesión de la Casa Blanca.
Estas críticas de los sauditas se ofrecían al mismo tiempo que funcionarios del gobierno británico expresaban en los medios ingleses sus "frustraciones" sobre el fracaso de la política estadunidense en torno al tema palestino-israelí. "El manejo del conflicto es la principal fuente de disputa, con Downing Street y la Oficina Externa preocupados por que la vacilación en Washington en su manejo del proceso de paz arriesga enajenar a la opinión árabe, la cual es vista como crucial en la coalición contra el terrorismo", reportó The Guardian de Londres hoy.
Durante su viaje a Washington esta semana, el primer ministro británico,Tony Blair, supuestamente pidió a Bush aplicar más presión sobre Israel para que regresara a la negociación de paz. Pero Blair se decepcionó al enterarse de que el secretario de Estado, Colin Powell, había cancelado sus planes para enfatizar la importancia de este proceso de paz y de reafirmar la meta final de un Estado palestino durante su discurso ante la ONU la semana próxima.
Blair regresó de un viaje a Medio Oriente esta semana, donde percibió la creciente ira árabe ante la percepción de una política estadunidense que está apoyando exclusivamente a Israel en esta coyuntura.
La decisión estadunidense de declarar a Hezbollah, al Frente Popular para la Liberación de Palestina y a Hamas como organizaciones "terroristas", y demandar que los bancos internacionales congelen sus bienes, ha nutrido la percepción dentro del mundo árabe de que Washington sólo apoya los intereses de Israel. En varios países de la región estos mismos grupos tienen amplia simpatía y son considerados como organizaciones legítimas en la lucha contra la ocupación israelí de Palestina.
Como evidencia de los crecientes problemas que enfrenta la política estadunidense en la región de Medio Oriente, el jueves el gobierno de Líbano anunció que había rechazado la petición de Washington de congelar los bienes de Hezbollah. El presidente libanés, Emile Lahoud, dijo que su país tiene el deber de distinguir entre "terrorismo, al cual condenamos, y el derecho de los pueblos de luchar por la liberación de sus territorios ocupados".
Los cancilleres árabes reunidos en Damasco el pasado fin de semana emitieron una fuerte condena contra Osama Bin Laden, pero rehusaron respaldar una ampliación de la guerra de Estados Unidos que incluya a grupos simpatizantes de la causa palestina. "Es una pena para cualquier país en el mundo ver con sus propios ojos lo que está haciendo Israel y acusar de terrorismo a aquellos palestinos o libaneses que defienden su tierra", afirmó el funcionario sirio Farouk Charaa en entrevista con The Washington Post.
Hoy, además de entrevistarse con el primer ministro de la India, Bush se reunió con el canciller saudita. Funcionarios estadunidenses informaron que el presidente dedicará gran parte de su tiempo en Nueva York a buscar apoyo para su coalición y explicar personalmente la posición estadunidense sobre el conflicto entre israelíes y palestinos.
Al parecer tiene mucho trabajo qué hacer para que la unidad de su coalición sea confirmada por varios de los aliados claves de Estados Unidos.