VIERNES Ť 9 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

¿LA FIESTA EN PAZ?

El Zotoluco: acallar Pamplona

Ť Leonardo Paez

CUATRO TROFEOS POR lo menos recibirá esta semana aquí el diestro Eulalio López -el hombre hace al nombre- El Zotoluco por su notable desempeño la temporada pasada en la Plaza México. Sin embargo, ante el devaluado ambiente taurino del país, probablemente el trofeo más valioso obtenido este año por Lalo sea su actuación en la más reciente feria de Pamplona -la plaza más ruidosa del mundo-, donde con su entrega logró acallar a 20 mil pamplonicas.

HACIA TRES DECADAS que no actuaba en España un torero mexicano con la contundencia de El Zotoluco (33 años y 15 de alternativa), otro diestro moreno, de poca estatura física y al que durante diez años nuestros ineptos empresarios intentaron disuadir de su pretensión de hacerse figura, habida cuenta de que para ellos es más rentable importar que producir diestros con imán de taquilla.

ESTE OTRO INDIO que tampoco parece torero sino que nomás lo es, puso oídos sordos a tan singulares promotores del espectáculo taurino y a fuerza de convicción, autoestima, preparación y un carácter fuera de serie logró imponer su vocación frente a los empresarios exquisitos, que siguen confundiendo el arte con lo bonito.

COMO LA TAUROMAQUIA de Eulalio carece de artificios y de elegancia convencional para sustentarse en el plano de la entrega y el oficio, sin toros ni alternantes aborrecidos, hasta provocar en los públicos la emoción auténtica y la entrega recíproca, gracias a la estética del pundonor frente al toro con edad y trapío, nuestros empresarios consideraron que con eso no se podía ser figura de los ruedos. Lalo les tapó la boca a todos.

LUEGO DE SU exitosa primera temporada española, el diestro de Azcapotzalco regresó este año a la península, no a carteles cómodos con las figuras, luego de su buen desempeño en cosos ibéricos y de ser el triunfador en la Plaza México, como habría de esperarse, sino a volver a tragar, como se dice en el argot, el hecho de tener que aceptar situaciones comprometidas, con alternantes modestos y toros que hoy rehúyen los que figuran, como el legendario hierro de Miura, en el que Lalo se ha vuelto especialista.

DE AHI QUE la hazaña de El Zotoluco en la más reciente feria de Pamplona haya alcanzado tintes de epopeya y que un crítico tan exigente como Joaquín Vidal, de El País, luego de atestiguar el torerismo del mexicano haya reconocido: "La torería se demuestra de muchas maneras... Se trataba de un zancudo y destartalado miura con impresionante catadura y fea estampa, cuyas intenciones no le iban a la zaga.

"TODAS LAS ACCIONES de Zotoluco -prosigue Vidal en su crónica- fueron valentísimas. Lidió, muleteó arrojado, desplegó alardes temerarios, mató certero y se llevó una oreja... Al sexto -con cuatro miuras hubo de medirse Zotoluco a causa del percance de Juan José Padilla- lo lidió aportando pundonor y maestría, se fajó en tandas muleteras de inverosímil ejecución por la bronquedad del animal y le cortó una oreja que le valió salir por la puerta grande con todo merecimiento... esa salida a hombros es la mejor ganada de la feria."

ESTE DOMINGO VUELVE El Zotoluco a la México y habrá que tener muy presente su desusada estética: la del pundonor que acalló a los feriantes de Pamplona.