VIERNES Ť 9 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Erradicar el terrorismo, "el gran reto de EU", afirma

Ganaremos esta guerra para salvar a la civilización: Bush

Ť No es lo mismo estar alertas que intimidados, sostiene

AFP, REUTERS Y DPA

Atlanta, 8 de noviembre. El presidente George W. Bush instó esta noche a los estadunidenses, inquietos ante advertencias de nuevos atentados y el brote de ántrax, a ayudar a cumplir con el "gran desafío nacional" de erradicar el terrorismo y valorar la unidad y el sentido del deber que emergió en el país tras los ataques del 11 de septiembre.

"Ninguno de nosotros jamás hubiera deseado el mal que se ha hecho en nuestro país, pero hemos aprendido que aun de la maldad puede salir un gran bien. Durante los dos últimos meses hemos mostrado al mundo que Estados Unidos es una gran nación", dijo el mandatario en un discurso trasmitido esta noche en directo por las grandes cadenas de televisión. "Llevamos adelante una guerra para salvar a la civilización misma. No la buscamos, pero la llevaremos adelante y la ganaremos", agregó.

"Nuestro gran desafío nacional es abatir a los terroristas y reforzar nuestras defensas contra futuros ataques. Nuestra gran oportunidad nacional es preservar lo bueno que (el ataque) generó", afirmó ante una audiencia de 5 mil bomberos, policías, empleados de correos y otros trabajadores de servicios públicos, después de visitar la sede del Centro de Control de Enfermedades, en Atlanta.

"A diferencia de nuestros enemigos, respetamos la vida. No apuntamos a personas inocentes en Afganistán, por eso seguimos con la ayuda humanitaria a ese país, incluso mientras su gobierno intenta robar la comida que mandamos", sostuvo.

También consideró que la percepción de los estadunidenses como consumidores materialistas y superficiales "no es la que yo conozco. Nuestra nación es formidable, llena de gente buena y amable, que quiere la libertad para todos los pueblos".

A casi dos meses de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington, Bush exhortó a los ciudadanos a que regresen a sus vidas normales, pero también a que se mantengan alertas: "Hay una diferencia entre estar alertas y estar intimidados", recordó.

Más fuertes y unidos

"Somos un país diferente al que éramos el 10 de septiembre: más triste y menos inocente; más fuerte y más unido; determinados y valientes ante las amenazas", sostuvo.

"Nuestros ciudadanos tienen nuevas responsabilidades. Debemos estar vigilantes, debemos revistar nuestro correo y estar informados sobre temas de salud pública", explicó. Pero al mismo tiempo, "no podemos darle cabida a temores sin fundamento o al rumor. Hay que apelar a nuestro buen criterio y al sentido común", señaló.

Aunque Bush rebosaba confianza y presagió la victoria en la guerra contra el terrorismo, "sin importar el tiempo que necesite", admitió que el gobierno aún desconoce quiénes fueron los autores de la contaminación por ántrax en el correo y tampoco indicó que las fuerzas estadunidenses estén cerca de capturar a Osama Bin Laden o desbaratar su red Al Qaeda, señalados por Washington como responsables de los ataques de septiembre.

El núcleo del mensaje de hoy, resumió la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, es que "el gobierno está sobre el asunto y haciendo todo lo que es posible hacer".

Según funcionarios de la Casa Blanca, Bush atribuyó a esta intervención una importancia casi igual a la del discurso que dirigió a las dos cámaras reunidas del Congreso nueve días después de los atentados.

Como parte de la campaña dirigida abush_speech_ryy estimular la confianza de los estadunidenses, Rice también sostuvo hoy que Estados Unidos capturará a Bin Laden. Según sondeo de ABC/The Washington Post, 64 por ciento de los estadunidenses estima que el éxito o el fracaso de la campaña militar estará determinado por la capacidad de las fuerzas estadunidenses para capturar o matar al líder fundamentalista.

En una entrevista con la BBC, Rice dijo que los miembros de Al Qaeda estaban huyendo desde del inicio de la campaña en Afganistán, hace 33 días, al tiempo que sostuvo que comentarios el mes pasado atribuidos al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en cuanto a que la búsqueda del integrista de origen saudita era como la de "una aguja en un pajar", fueron malinterpretados.

A su vez, el jefe de la campaña militar, el general Tommy Franks, se refirió a los avances de la oposición afgana hacia Mazar-e-Sharif, aunque se cuidó de precisar que el objetivo de la operación no es "capturar" a Bin Laden, sino que pretende destruir a Al Qaeda y al régimen talibán. Y en el frente diplomático, Bush se reunió esta tarde con los líderes de Irlanda y de Brasil.

Según analistas locales, los mensajes enviados hoy por la administración republicana pretenden unir aún más a los estadunidenses detrás de su presidente, y limitar los temores al bioterrorismo y a nuevos atentados. Pero la tarea parece difícil. A pesar de los medios sin precedente utilizados desde hace un mes para la investigación sobre la diseminación de cartas contaminadas con ántrax -que han dejado cuatro muertos y 14 infectados-, los responsables no han sido identificados.

El Centro de Control de Enfermedades, por su lado, instó hoy a los estadunidenses a mantenerse vigilantes en torno a la amenaza de la bacteria, a pesar de que no se ha reportado ningún nuevo caso en más de una semana. Sin embargo, fuentes de la National Abortion Federation denunciaron que más de 200 clínicas que practican abortos recibieron este jueves cartas que contienen un polvo sospechoso, mientras que una muestra de un polvo encontrado en la oficina de una empresa en la ciudad vietnamita de Ho Chi Minh dio positivo a la prueba del carbunco.

Las autoridades sanitarias señalaron además que unos 32 mil estadunidenses comenzaron a tomar antibióticos el mes pasado como medida de prevención.

Mientras, un grupo de senadores presentó un proyecto de ley que castigaría severamente a aquellos que realicen bromas relacionadas con ántrax o alertas terroristas. La ley también forzaría a quienes sean encontrados culpables a pagar elevadas multas y cubrir los costos que resulten de sus acciones.

En este contexto, la encuesta de ABC/Washington Post reveló que sólo 52 por ciento de los estadunidenses afirmaron tener total confianza en el gobierno para prevenir nuevos ataques. Inmediatamente después de los atentados de septiembre, 66 por ciento de los interrogados mostraba plena confianza en las autoridades.

A su vez, una encuesta de Zogby International mostró que más de la mitad de los estadunidenses (54 por ciento) estima que los ataques nucleares serían un eficaz recurso contra el terrorismo.

Plan de reorganización

El fiscal general John Ashcroft anunció un plan de reorganización "en tiempo de guerra" del Departamento de Justicia, a fin de adaptarlo a las necesidades de la lucha contra el terrorismo.

"Los atentados del 11 de septiembre redefinieron la misión del departamento", dijo Ashcroft, quien insistió particularmente en la necesidad de reformar la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), criticada por no haber detectado a los aeropiratas que actuaron en los atentados.

El plan que el fiscal presentará ante el Congreso incluye diez puntos destinados a aplicar un plan en cinco años. Entre los principales puntos está el de reorientar los recursos destinados al Departamento de Justicia hacia la lucha antiterrorista, eliminando los gastos inútiles y la duplicación de tareas.

Según Ashcroft, la batalla no debe ser realizada solamente desde Washington "sino en el terreno, con agentes, magistrados, investigadores, expertos". Por ello, 10 por ciento de los empleados que tiene el departamento en sus oficinas centrales en Washington se trasladaría a otros lugares no precisados.

Y en el frente militar, finalmente, Tommy Franks dijo este jueves que todas las opciones permanecen abiertas en la campaña contra Afganistán, la que tomará "el tiempo que haga falta", al defender su gestión al frente de la parte militar de Libertad Duradera.

"No excluimos la utilización de tropas terrestres y no descartamos la posibilidad de recurrir a las fuerzas" ofrecidas por los aliados como Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia, explicó.

También confirmó que "combates importantes" tienen lugar entre los talibanes y la oposición en torno a Mazar-e-Sharif, ciudad que se estima podría servir de base logística para unos 2 mil soldados estadunidenses desplegados en el vecino Uzbekistán.