JUEVES Ť 8 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

LA TREGUA entre el GDF y las empresas de anuncios espectaculares se prolongó una semana más, pero está virtualmente rota y una nueva etapa de la guerra entre estos dos actores de la vida cotidiana en la capital está por escenificarse, mientras los nuevos dueños de las calles de la capital, los llamados valet parking, se convierten día con día en un nuevo dolor de cabeza para los capitalinos.

LAS POSTURAS entre el gobierno, que pretende establecer un sistema de vigilancia absoluta a las transacciones financieras de los empresarios de espectaculares, y éstos, que pretenden hacer de su negocio un coto a su antojo, parecen inamovibles.

AYER POR la noche se realizó una de las últimas reuniones entre las partes, sin que se lograra un acuerdo para posponer la decisión gubernamental de retirar los anuncios de las vías principales, como el Periférico.

DE ESA manera, será el próximo fin de semana cuando se inicien los operativos en contra de los anuncios que ocupan en demasía la visión en las arterias de mayor tránsito, aun con la protesta del PAN, convertido ahora en el defensor oficioso de este tipo de negociantes.

EL ASUNTO podría convertir en breve a los medios de comunicación en campo de batalla donde medirán sus fuerzas los dueños del dinero y el GDF, que podría haber excedido sus demandas hacia los comerciantes, pero al que le urge poner orden en un negocio hasta ahora caótico.

UN SEGUNDO conflicto, casi de la misma especie, está por estallar; se trata de los acomodadores de automóviles en las colonias donde se han levantado corredores gastronómicos y hay carencia de estacionamientos públicos. En los dos problemas, la prepotencia de los negociantes llega a niveles insostenibles. Unos y otros pretenden ignorar al gobierno, y así en el aire como en la tierra, suponen que sólo debe hacerse su voluntad.

AUNQUE EXISTE un reglamento sancionado por la ALDF respecto de la existencia de los acomodadores, los problemas que causan a quienes viven en las cercanías de los establecimientos a los que sirven son cada vez más frecuentes.

LOS EJEMPLOS son muchos, pero bien vale la pena analizar, por ejemplo, el caso de la Condesa, donde las calles son propiedad única de una empresa. Junto a las banquetas han aparecido objetos que van desde piedras y cubetas hasta burros pintados de amarillo y negro para impedir el uso de esos espacios por cualquiera que no vaya a los restaurantes.

AUNADO A esto, si alguien trata de evitar el obstáculo y estacionarse, recibe de inmediato las amenazas de los acomodadores, que advierten entre gritos y bravuconadas que ese espacio de la vía pública pertenece a su empresa.

ƑQUIÉN CONCESIONO a esta empresa la vía pública? Parece que los diputados y el gobierno tendrán que buscar la forma legal de impedir los abusos diarios y constantes de acomodadores y empresarios.

ƑPOR QUÉ si una empresa maneja los espacios el usuario debe pagar una cuota, cada vez más alta, por el simple hecho de cambiar de un restaurante a otro? ƑPor qué los asistentes tienen que confiar sus vehículos a los acomodadores? Ya es hora de que el gobierno y la ALDF pongan un alto a este caos, de la misma manera que se está haciendo con los empresarios de los espectaculares. ƑO no?

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