JUEVES Ť 8 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Preocupa a Musharraf que no se respete el Ramadán

Pide el presidente paquistaní que los ataques sean más cortos y precisos

REUTERS, AFP Y DPA

Estambul, 7 de noviembre. El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, pidió hoy que los ataques estadunidenses sobre Afganistán sean más "cortos y precisos" para no afectar a la población civil, en declaraciones hechas en una breve escala en Turquía antes de su arribo a Francia.

Musharraf expresó su inquietud sobre la continuación de los bombardeos durante el Ramadán, el mes del ayuno sagrado musulmán que comienza el 17 de noviembre, al apuntar que le gustaría que para esas fechas los ataques fueran suspendidos, pues se trata de terminar las acciones militares cuanto antes.

El mandatario paquistaní, que ya había manifestado su preocupación al respecto antes de comenzar su viaje, dijo que este asunto de la "continuación" de la guerra lo discutirá cuando se entreviste el sábado con su contraparte estadunidense, George W. Bush, en Nueva York, al margen de la Asamblea General de la ONU y a cuyos trabajos también asistirá.

Sostuvo que medios de prensa han dado la impresión inexacta de que la campaña militar estaba dirigida contra el pueblo afgano inocente, y negó sugerencias de que la oposición musulmana en su país pudiera poner en riesgo su régimen. Afirmó que los opositores islámicos son una minoría y que Pakistán es un país islámico "moderado". Por cierto, este es el único gobierno que mantiene lazos con el talibán.

Previamente a su llegada a Turquía, Musharraf hizo una escala de dos horas no programada en Teherán, donde fue recibido por el vicepresidente Mohammad Reza Aref, con quien "examinó la crisis afgana" y cuyo gobierno se opone a los talibanes.

El visitante reiteró la necesidad de adoptar "decisiones prudentes" por parte de los países islámicos en relación a la crisis afgana, mientras que su anfitrión instó a estrechar la cooperación entre Pakistán e Irán para un mejor entendimiento y la adopción de "decisiones apropiadas" ante la crisis de ambas naciones, vecinas de Afganistán.

Reza Aref se declaró listo para cooperar con la ONU y abogó por una definición clara del "terrorismo", al criticar la práctica de un doble estándar por parte de algunos países, como viene ocurriendo en el caso de Palestina y donde, dijo, los "sionistas israelíes" cometen atrocidades.

Posteriormente, tras su arribo a París, Musharraf se reunió con el presidente Jacques Chirac, quien le aseguró que Francia desea "reconfortar" a Pakistán por su decisión de participar en la coalición internacional contra el terrorismo, pues dijo "comprender" las dificultades que afronta ante esta "elección valiente".

Chirac afirmó que hay que "remplazar" al régimen de los talibanes -apoyado en su momento por Estados Unidos- por ser "totalmente arcaico", y por la situación de miseria y opresión de la mujer; pero, sobre todo, por "su ayuda al terrorismo internacional".

Musharraf insistió en su deseo de que la acción militar debe ser "corta y precisa". Afirmó que incluso Pakistán se considera "víctima del terrorismo", por lo que reafirmó su determinación de formar parte de la coalición internacional y en favor de "encontrar una solución a los problemas de Afganistán".

El presidente paquistaní, que tiene previsto reunirse también con el primer ministro británico, Tony Blair, partió más tarde rumbo a Nueva York.

En Islamabad el gobierno paquistaní convocó al embajador talibán Abdul Salam Zaeef para pedirle que cese su "propaganda" contra un "tercer país" en sus conferencias de prensa, en referencia a Estados Unidos.

Si bien no se le pidió explícitamente al diplomático que deje de dar sus conferencias de prensa, el llamado de Islamabad es la primera "advertencia seria" en torno a las cotidianas críticas que suele hacer sobre los bombardeos estadunidenses contra Afganistán.

Tal advertencia fue interpretada como resultado de que las relaciones entre Pakistán y Afganistán "no son muy buenas" y debido a las presiones de Estados Unidos, pero bajo la idea de que Kabul debe "respetar las convenciones diplomáticas".

En cambio, el gobierno de Pakistán ordenó la expulsión de un diplomático indio de Islamabad bajo cargos de estar implicado en actividades incompatibles con su función. El funcionario en cuestión, Devendra Kumar Gupta, tiene siete días para salir del país.

Pakistán e India, las dos potencias nucleares sudasiáticas, mantienen relaciones tensas debido al diferendo por la región de Cachemira.