MIERCOLES Ť 7 Ť NOVIEMBRE Ť 2001
MEXICO S.A
Carlos Fernández-Vega
MUY PREOCUPADAS SE han mostrado las autoridades financieras por los efectos negativos que el hasta hace poco cacareado y presumido "superpeso" ha provocado en la captación de recursos públicos, especialmente en el renglón petrolero de exportación.
DE ACUERDO CON LA información que el secretario de Hacienda difundió el pasado lunes, luego de explicar las razones que llevaron al gobierno del cambio a aplicar el tercer tijeretazo al presupuesto federal, la apreciación del peso mexicano frente al dólar ha provocado "desajustes en términos de las proyecciones de pagos en dólares; hemos recibido menos pesos por los dólares que ingresan", dijo Francisco Gil.
EN ESTE SENTIDO, EL cálculo que el ex subsecretario de Ingresos y ex director general de la telefónica Avantel hizo sobre el particular asciende a 15 mil 500 millones de dólares, monto ligeramente superior a la captación anual proyectada en la pomposa nueva hacienda pública distributiva que el presidente Fox envió al Congreso de la Unión en abril pasado, equiparable al costo financiero de los adeudos del gobierno federal y representativo de 10 por ciento del débito público total, interno y externo, reconocido oficialmente por el gobierno.
SIN DUDA ES PREOCUPANTE, delicado y profundo el hoyo financiero que tal circunstancia abre en la economía y las finanzas nacionales, toda vez que la caída en el ingreso público se mantiene constante, sin que hasta el momento se vislumbre un cambio en el panorama. Por lo menos no en el mediano plazo. A los efectos del "superpeso" hay que añadir la reducción en los precios internacionales del petróleo, aunque para el secretario de Hacienda esta situación podría compensarse "cuando se tenga el promedio anualizado de ese concepto".
SIN EMBARGO, DURANTE el último mes la caída en el precio del barril mexicano de exportación ha sido preocupante, toda vez que lo ha llevado a niveles similares a los reportados en junio de 1999, cuando el promedio alcanzó 14.30 dólares. Lo anterior contrasta con los 20.68 dólares de agosto y los 19.43 dólares de septiembre, ambas cifras del presente año. Ahora ronda los 14.6 dólares.
AL CONTRARIO DE LO PREVISTO por el arranque de la guerra santa del amigou George W. Bush, los precios petroleros internacionales han caído paulatina pero sostenidamente. Para contrarrestar dicha tendencia y la sobreoferta internacional, los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) han propuesto el recorte de un millón de barriles diarios en la producción de sus naciones integrantes, mismo que podría concretarse el próximo día 14 durante la reunión ministerial de la institución.
DE HECHO, EL SECRETARIO general de la OPEP, el venezolano Alí Rodríguez, cabildea para alcanzar el consenso, pero no sólo entre las naciones integrantes de ese cártel sino, especialmente, con países productores independientes, entre ellos, de manera destacada, México, Rusia y Noruega. Al comienzo de 2001, la producción de los estados miembros de esta institución totalizaba 26.5 millones de barriles diarios; actualmente, después de tres recortes, alcanza los 23 millones.
A LO LARGO DEL PRESENTE año, el gobierno mexicano participó en dos de las tres reducciones pactadas entre los países productores de petróleo, pero el presidente Fox ya pintó su raya en torno a la nueva promoción que en ese sentido encabeza la OPEP. La exportación petrolera mexicana pasó de un millón 750 mil en enero de 2001 a un millón 648 mil barriles diarios en septiembre, mes clave para la toma de decisiones diplomáticas por parte del inquilino de Los Pinos.
EN EFECTO, EL PRESIDENTE Fox decidió no regatearle, entre otras muchas cosas, el apoyo energético a su amigou, a quien le garantizó no sólo el abasto, sino un buen precio por el petróleo mexicano. El presidente Hugo Chávez lo visitó a finales de octubre en el Rancho San Cristóbal para "convencerlo" de que apoyara el recorte propuesto por la OPEP, cuyas naciones integrantes producen 40 por ciento del crudo en el mundo. Pero no, no aflojó, y mandó a paseo al mandatario venezolano, a pesar de que cantó, citó pasajes de la Biblia y contó chistes (no muy buenos, por cierto).
DESPUÉS DE LA REUNION con Chávez, el chiquillo mayor fijó así su posición: "...Se trata simple y sencillamente de que nuestra postura es que busquemos precios justos, precios que sean convenientes para todo mundo. No queremos precios altos que debiliten economías, ni que debiliten procesos de desarrollo económico; ni tampoco queremos precios bajos que nos dejen sin el ingreso que corresponde a los países productores. Esa es nuestra posición... No, no va a haber reducción de la producción de Pemex, en este momento; no, para nada... Nosotros seguimos nuestra estrategia, ahorita estamos bien en el nivel que estamos, cuando veamos conveniente hacer otra cosa así lo haremos. Mantenemos nuestra libertad en eso... Ahí vamos a ver cómo van las cosas, vamos a ver. Y vamos a tomar decisiones". Esa fue la respuesta y el bíblico, chistoretero y cantante presidente venezolano se fue con la música a otra parte.
POR LO VISTO, EL NEGATIVO efecto que produce el "superpeso" en los ingresos públicos tiene profundamente preocupadas a las autoridades financieras del país, pero no la caída en los precios petroleros. La razón, aparentemente, sería sencilla: el gobierno del cambio decidió asumir el costo de pagar el precio político y económico del apoyo, sin regateos, al amigou Bush y su guerra santa, a pesar de las consecuencias internas.
Las rebanadas del pastel:
LE PREOCUPA LA CAIDA de los ingresos públicos, pero todo indica que a la autoridad ni le va ni le viene la salida de capitales del país, vía consumo. "Los mexicanos compran artículos suntuarios que a pesar de la recesión económica no han dejado de importarse en cantidades crecientes" por un total de 11 mil millones de dólares (La Jornada, Víctor Cardoso), 71 por ciento del monto reclamado por Francisco Gil. ''Desde perlas finas o cultivadas, cuya importación se elevó 17.9 por ciento durante el primer semestre de este año, hasta abrigos de piel, con un aumento de 230.4 por ciento, pasando por las compras de abulón que crecieron 103.73 por ciento, o de las alfombras de lana que se elevaron 3 mil 143 por ciento". Además, caballos, automóviles de lujo, objetos de arte, yates, bebidas alcohólicas, relojería y joyería fina y viajes al extranjero (3 mil 986.9 millones de dólares entre enero-agosto). El otro lado de la moneda lo reveló el presidente de la Amedec, Arturo Lomelín: en el último quinquenio, el consumo de productos básicos como pan y tortilla se redujo entre 5 y 10 por ciento en el país, mientras el de la carne cayó 20 por ciento, pese a que las importaciones de productos cárnicos aumentaron 27.47 por ciento en el primer semestre de este año. En cifras redondas, el consumo de productos básicos ha caído 74 por ciento.
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