Lunes en la Ciencia, 5 de noviembre del 2001
Progreso con los pies en la tierra Juan Carlos Miranda Arroyo Es evidente que en la ceremonia de presentación del Programa de Ciencia y Tecnología 2001-2006, en Los Pinos, el presidente Vicente Fox asumió compromisos de singular relevancia para el sector científico nacional, situación que le coloca en una posición delicada, sobre todo si no se cumplen tales promesas en forma satisfactoria y en los plazos marcados. Cabe recordar al respecto que el gobierno de Ernesto Zedillo no logró cumplir con las metas establecidas en 1995, aun cuando se planteó metas más modestas que el actual gobierno al proponerse, en ese entonces, financiar a la ciencia y la tecnología en razón de 0.7 por ciento del PIB para el año 2000. En el anuncio del 30 de octubre pasado, el Presidente afirmó categóricamente que la meta del gobierno que encabeza será, para este sector, lograr el uno por ciento del PIB al término del sexenio. Ante el panorama por el que atraviesa la economía nacional, conviene preguntarse: ƑNo sería más prudente establecer metas de gobierno con un sentido más realista, no sólo en términos de la difícil coyuntura económica actual sino también considerando que no existe certeza sobre la forma en que se captarán recursos públicos (reforma fiscal aún sin consenso) para echar a andar los proyectos y programas de gobierno? Como en otros tiempos (me refiero concretamente a las políticas científicas de los sexenios salinista y zedillista), la falta de prudencia y mesura parecen ser las constantes en el trazo de los planes y programas gubernamentales y, en especial, con la actitud asumida por las autoridades federales da la impresión de que las políticas científicas se confeccionan de manera apresurada y poco razonada. ƑEn qué medida las motivaciones del poder público se superponen o dejan de lado los comportamientos económico nacional e internacional? Es más saludable que el gobierno hable con claridad y reconozca que la situación no está como para lanzar las campanas al vuelo, pero más correcto aún sería que informe con toda objetividad cuáles son las condiciones en las que se llevan a cabo los programas sexenales. Particularmente en estos tiempos de crisis económica y "alternancia" política, más vale paso que dure y no trote que canse. El autor es profesor titular de la Universidad Pedagógica Nacional (unidad Querétaro) y colaborador de la Universidad Tecnológica de Querétaro |