LUNES Ť 5 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Surgido como milicia en 1994, ofrecía un régimen de unidad y de control de grupos rebeldes

Ausencia de un gobierno afgano eficaz y lucha de facciones propiciaron el ascenso del talibán

Ť El sistema, en deuda con Bin Laden; apoyó su campaña militar y política con 3 millones de dólares

DE LA REDACCION /II Y ULTIMA

La pulverización del poder central y la ausencia de un gobierno eficaz en Afganistán provocaron la proliferación de grupos rebeldes, la lucha de facciones en Kabul y el crecimiento de la influencia de las otras repúblicas centroasiáticas que, desde entonces, ven a Afganistán como un botín político.

En este contexto, comenzó a jugar un rol central la fuerza nacional conocida como talibán ("estudiantes" en persa), un grupo fundamentalista, de influencia wahabbita (de origen saudita) y que apareció como grupo armado, de amplia influencia y poderío en 1994, al sur de Afganistán. El talibán, con apoyo de Pakistán, ofreció un gobierno de unidad nacional, con un férreo control de los grupos rebeldes. Las bases del talibán estaban en los deobandis que representaron el más radical intento de control de la conducta personal de sus estudiantes.

En medio de la amplia desarticulación social, el talibán comenzó a adquirir apoyo popular. Sus métodos de estricta observancia religiosa y de aplicación de la justicia comenzaron a causar temor de algunos observadores que advirtieron el riesgo de su ascenso. Las ejecuciones públicas, las amputaciones y los linchamientos se convirtieron en métodos comunes.

El apoyo de Pakistán a este nuevo movimiento se explicaba por el interés del régimen de Benazir Bhutto de controlar las rutas de comercio terreste y aéreas en Asia Central. Algunos observadores creían que el servicio secreto paquistaní apoyaba al talibán.

Desde el territorio paquistaní llegó a Afganistán el mercader saudita Osama Bin Laden. Durante la invasión soviética, Osama viajó constantemente entre Pakistán y Afganistán. En 1982 se instaló en Peshawar y en Khost instaló un campo de entrenamiento y un centro médico para los mujaidines. Estados Unidos aportaba las armas y los sauditas el dinero. Después de su incursión en Sudán y tras perder la nacionalidad saudita, Osama retorna en 1994 a territorio afgano.

Pocos meses después de la llegada de Osama, en 1995, el talibán se expandió del sur al centro del país. Atacó a la milicia proiraní de Hekmatyar y ultimaron a su líder Abdul Ali Mazari, en circunstancias nunca aclaradas. Después optaron porŤkenia-bombas-bandera el ataque al grupo del presidente Rabbani.

En septiembre de 1996, después de cruentos enfrentamientos en Kabul, y de una guerra civil que sumaba casi 45 mil muertos desde el fin del régimen comunista en 1992, el talibán tomó el poder en Kabul y decretó un gobierno teocrático de islamización forzosa. El presidente Rabbani se retiró hacia el norte.

El talibán fue apoyado, desde el principio, por la etnia pashtuna (mayoritaria en Afganistán y tradicionalmente sojuzgada) y despertó esperanzas de estabilidad con su promesa de restaurar la vida normal luego de años de guerra civl.

El régimen talibán es reconocido por Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos y Pakistán. El régimen de Rabbani, controló un tercio del territorio afgano, al norte del país, sin apoyo exterior y con bases no pashtunas.

El talibán reconoce como su líder al mullah Mohammed Omar, un ser enigmático que encabeza la campaña de control fundamentalista de la sociedad afgana y reconocido como "comandante de la fe". Su régimen despertó la alarma de los gobiernos colindantes de Uzbekistán, Turkmenistán y Tadjikistán que le temen al "contagio talibán" en sus territorios y que pierden su otrora influencia. La ONU condenó los excesos del régimen como el cierre de escuelas privadas para mujeres. Las organizaciones humanitarias internacionales abandonan Kabul y la Unión Europea suspendió la entrega de varios millones de dólares. La tensión con Irán, el otro polo fundamentalista de la zona, pero de origen chiíta (a diferencia del sunnita del talibán), crece y modifica el escenario regional, después de la neutralización de Irak tras la Guerra del golfo Pérsico.

El apoyo de Bin Laden

Desde 1994, Bin Laden y su organización Al Qaeda se instalan en territorio afgano. El talibán le debe a este millonario, que perdió la nacionalidad saudita, alrededor de tres millones de dólares que "donó" para apoyar la campaña militar y política.

Su primer llamado contra Estados Unidos se emite en 1996, acusándolo de ser una potencia que ocupa militarmente Arabia Saudita desde la guerra en el Golfo Pérsico y la instalación de bases aéreas en la nación que es sede de los sitios sagrados de los musulmanes. Ese año, la CIA acusa públicamente a Bin Laden de financiar "campamentos terroristas" en Somalia, Egipto, Sudán, Yemén y Afganistán. Según los servicios secretos egipcios, Bin Laden "entrenaba a un millar de militantes, una segunda generación de afganos árabes, para que llevaran a cabo una revolución islámica en los países árabes".

En 1997 comenzó una operación para tratar de capturar a Bin Laden que fracasó. El gobierno de Bill Clinton lo responsabilizó en 1998 de los ataques contra sus embajadas en Tanzania y Kenia, que provocaron la muerte de 220 personas. Washington ofreció una recompensa de cinco millones de dólares por la cabeza del jefe de Al Qaeda y tampoco pudo detenerlo.

En 1999, el talibán alcanzó el control de 90 por ciento del territorio afgano. La oposición prácticamente se concentró en las provincias del norte, colindantes con Tadzikistán. Precisamente, el líder de la resistencia antitalibán es un militar de origen tadjio, Ahmed Shah Masoud. Durante todo ese año combate a las fuerzas del talibán.

La nueva guerra para capturar a Bin Laden y sojuzgar al talibán demuestra que Afganistán, en los últimos 20 años padecerá una quinta guerra -la segunda de intervención extranjera en este periodo- que puede ser, según George W. Bush, muy larga.