DOMINGO Ť 4 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť José Antonio Rojas Nieto

La renovada visión de lo eléctrico

Esta semana, la agenda sobre asuntos de energía está bien tupidita. De la mayor importancia, en primer término, la entrega que este miércoles se hizo en Los Pinos del Programa de Energía 2001-2006, que además de su significativo contenido -parte del cual, indudablemente, se presta a un intenso debate-, se presenta con dos intervenciones que merecen ser reflexionadas con mucho cuidado.

En primer término la del Presidente de la República, quien ratifica la necesidad de ser soberanos en energía aunque defiende la abstracta idea de propiciar la sana competencia en electricidad (¿qué será eso de sana competencia?, ¿competencia en el mercado o por el mercado eléctrico, gusta preguntar un técnico mexicano especializado en estos asuntos?), y quien además por cierto, por ahí dejó correr la idea que debiera preocupar a los responsables del ahorro de energía, cuando asegura que las políticas de ahorro han sido poco eficaces.

En segundo término, la intervención del subsecretario Francisco Barnés de Castro, que a decir del especialista universitario Víctor Rodríguez, presente en Los Pinos, ofreció un diagnóstico impecable, a pesar de que algunos lineamientos del programa no resultan congruentes con él. Pero bueno, será necesario abordar esto luego, como también se requerirá tratar luego la visión que sobre el mercado petrolero internacional deja sentir nuestro secretario de Energía cuando asegura que aún no es tiempo de bajar la plataforma de exportación de crudo, lo que nos lleva a preguntarnos si el ingeniero Ernesto Martens tiene la información y la asesoría adecuadas sobre la dimensión del comportamiento negativo de la demanda en Estados Unidos y del severo impacto en precios que provoca el alto volumen de crudo exportado por México los últimos meses, y quien además, en mi opinión e inecesariamente, toma distancia de una OPEP con la que prácticamente los últimos cuatro años hemos desplegado un correcto y eficiente acuerdo de producción, cuya eficacia está fuera de toda duda y que sobresale en estos momentos en que nuestra mezcla ya bajó de 17 dólares.

Bueno, se trata de asuntos de la mayor importancia, pero los dejo para ulteriores comentarios porque me parece necesario resaltar, lo antes posible, la importancia que podemos atribuirle al contenido de la entrevista exclusiva que este jueves concediera a La Jornada Alfredo Elías Ayub, director general de la Comisión Federal de Electricidad. Sobresalen cuatro afirmaciones de la entrevista realizada por Emilio Lomas y Miriam Posada que contrastan ?¡vaya que lo hacen!? con la visión gubernamental dominante en 1999, cuando ninguna voz oficial le veía futuro y posibilidades ya no sólo a la CFE sino, ni siquiera, a la participación estatal en la industria eléctrica, más allá de una tímida regulación y el control del Sistema Nacional de Transmisión y de las Plantas Nucleares.

Esas cuatro afirmaciones dejan ver nuevas dimensiones de una renovada visión: 1) es inevitable el cambio de régimen fiscal de la CFE y el otorgamiento de autonomía; 2) es importante promover la participación privada, pero no es indispensable, más aun, es evitable, aunque ciertamente eso elevaría el endeudamiento del país; 3) independiente de que haya o no participación privada, no se puede seguir vendiendo la electricidad a precios más bajos de lo que cuesta producirla, por lo que es imprescindible una revisión de las tarifas, como también imprescindible es la racionalización del subsidio, es decir, su supresión a quienes no lo necesitan y su concentración en quienes sí lo requieren; 4) finalmente, para sólo señalar una más de las importantes afirmaciones que contiene la entrevista y que dejan entrever esa renovada visión del asunto eléctrico, luego de casi tres años en la CFE, el director de la paraestatal subraya la enorme posibilidad y la gran ventaja que tiene la empresa para exportar energía eléctrica, diversificar sus actividades e incursionar con gran éxito en algunas nuevas: gas natural, agua potable, fibra óptica y telecomunicaciones, entre otros servicios.

Así pues, lo notable de la entrevista es que estamos -ojalá- frente a un cambio de visión muy importante, ya no sólo de Alfredo Elías Ayub y los directivos de la CFE, sino de los responsables del sector energía de nuestro país, quienes bien pudieran ser mucho más propositivos y refinados en el esquema de reforma, integrándolo por fases y etapas cuyos resultados -éxitos, fracasos, retos y oportunidades- se fueran evaluando y ponderando para obtener como resultante una industria eléctrica más eficiente, más moderna, más solvente financieramente. Sólo este tipo de proceso y su evaluación concomitante, pudieran arrojar luz sobre la principal interrogante del momento y el principal punto de debate nacional a este respecto: ¿exige la reforma eléctrica el cambio constitucional? Muchos pensamos que no, al menos por el momento. La visión que ofrece hoy el director de la Comisión Federal de Electricidad permite pensar en un rumbo de la industria y de la empresa con transformaciones sustantivas sin cambio constitucional. Esa es, precisamente y en mi opinión, la novedad que se percibe en la entrevista al director general de la CFE.

[email protected]