SABADO Ť 3 Ť NOVIEMBRE Ť 2001

Ť Unos 114 mil habitantes de La Habana podrían ser alojados en 418 albergues

La mitad occidental de Cuba, en alerta ante la cercanía del huracán Michelle

Ť Intensos preparativos en la capital cubana para resistir la entrada del fenómeno

 GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

floods_h7yLa Habana, 2 de noviembre. Las ramas de los árboles y las palmeras se azotaban con fuerza la noche de este viernes, en las calles desiertas de La Habana, estremecidas por los fuertes vientos que anuncian el paso lento y amenazador del huracán Michelle con rumbo a la mitad occidental de Cuba, declarada en alerta ciclónica.

La población de esta capital contenía la respiración tras una jornada vespertina de intensos preparativos para resistir la entrada del fenómeno. Convocada por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, la gente reunió agua, preservó alimentos, hizo acopio de baterías y linternas y, con los materiales que tuvo a la mano, resguardó puertas y ventanas. Unos 114 mil habitantes de La Habana podrían ser evacuados de sus viviendas el fin de semana, para alojarse en 418 albergues, informó el gobierno local.

Unos 500 turistas que vacacionaban en Cayo Largo, un islote meridional cubano, fueron trasladados a Varadero, 140 kilómetros al este de aquí. Decenas de miles de estudiantes que cumplían faenas agrícolas regresaron a sus lugares de origen. En zonas rurales cientos de cabezas de ganado fueron resguardados en lugares altos.

Además de la capital, la alerta ciclónica afecta a las provincias de Pinar del Río, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Avila y el municipio especial Isla de la Juventud, territorio insular al sur de La Habana. Las emisoras radiales repetían los partes oficiales sobre el avance del meteoro y una serie de instrucciones precisas para evitar muertes, lesiones y pérdidas materiales, por la "creciente amenaza".

Michelle, con categoría uno en la escala ciclónica Saffir-Simpson (de uno a cinco) y vientos máximos de 140 kilómetros por hora, seguía ganando fuerza y avanzaba gradualmente hacia la isla. Al caer la noche, el meteoro estaba a 390 kilómetros de las costas cubanas, estacionario, y a punto de pasar a la categoría dos, según el último reporte del Instituto de Meteorología.