miercoles Ť 31 Ť octubre Ť 2001
Carlos Martínez García
La política del disparate
Conforme avanza su administración, Vicente Fox muestra patéticamente que su estilo dicharachero, falsamente popular y desinhibido, trasciende el marco de lo folclórico para convertirse cada que va a hacer declaraciones en un dolor de cabeza para sus colaboradores cercanos y otros funcionarios gubernamentales que tratan de matizar los frecuentes dislates presidenciales. Y es que es tal la cadena de contradicciones, promesas al gusto del auditorio en turno y ridiculeces perpetradas por Fox, que ya no se trata de la presencia del disparate ocasional en sus intervenciones públicas sino de que se ha entronizado en su estilo personal de gobernar la política del disparate.
En la reciente gira foxista a Europa y Asia, el Presidente multiplicó su ya proverbial conducta cotorrona y por hablar antes de aquilatar el peso de sus tajantes afirmaciones se puso a tiro de piedra de políticos más avezados. Fue el caso de la espectacular afirmación de que el Partido Nacionalista Vasco lo había presionado para que no siguieran las extradiciones de presuntos etarras acusados de terrorismo por el gobierno de José María Aznar. De inmediato las revelaciones de Fox Quesada levantaron encendidas polémicas en España; dirigentes del gobernante Partido Popular lanzaron feroces críticas contra el PNV, al que acusaron de tener una posición vergonzante hacia la ETA. Para finiquitar la cuestión, al menos eso creían en el primer círculo foxista, salió a la defensa del Presidente el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Felipe de Jesús Preciado.
El cándido funcionario le mostró a la prensa las contundentes pruebas de las presiones del PNV: unos documentos que resultaron "ridículos y falsos", según consignó el reportero Armando G. Tejeda (La Jornada, 26/10/01). Ante la exigencia de mayores explicaciones, sobre todo de los periodistas españoles, el titubeante funcionario tuvo que soportar los ácidos comentarios de reporteros ibéricos y nacionales.
La réplica del PNV al papelón del comisionado, acción provocada por la ignorancia e imprudencia de Fox en España, fue categórica: "ante la acusación del Presidente y una respuesta más propia de Cantinflas hemos de mostrar nuestro dolor por la ligereza con la que ha actuado en esta ocasión la primera autoridad de un país como México, admirado por el pueblo vasco como tierra generosa y de acogida, así como respetuosa de la larga trayectoria de relación entre México y el País Vasco". Cabe la posibilidad de que este párrafo lo haya tomado Vicente Fox como un cumplido, después de todo no cualquiera recibe el halago de ser comparado con el famoso mimo nacido como personaje cómico en las carpas, Ƒo no, chatos de la Presidencia? (léase con tono cantinflesco y gabardina al hombro).
De las múltiples y ricas posibilidades que nos brinda el disparatado Fox, queremos referirnos a situaciones que él y Martha Sahagún afirman pertenecen a su vida privada, pero que ellos son los primeros en hacerlas públicas.
En su visita por separado a Juan Pablo II los cónyuges se dejaron imponer el protocolo vaticano de que por ser católicos divorciados no podían estar juntos en la visita que el Presidente mexicano le hizo al Papa. Por más vericuetos hermenéuticos que quisieron darle al asunto tanto en la Secretaría de Relaciones Exteriores como en espacios de opinión cercanos a la Iglesia católica, para nosotros no cabe duda de que Fox Quesada vulneró la institucionalidad de un Estado laico al ceder a las leyes católico romanas que consideran reprobables unas segundas nupcias sin antes haber recibido los contrayentes la nulidad del primer matrimonio por parte de las autoridades eclesiásticas. Pero eso sí, Sahagún tuvo aparte un fugaz encuentro con el Papa, sin foto para mostrar a los medios, gracias a los cabildeos de la cabeza de los Legionarios de Cristo, el varias veces señalado por abusos de infantes, Marcial Maciel. Si Karol Wojtyla no recibió a la señora Sahagún como esposa de Fox, Ƒentonces en calidad de qué tuvo el católico privilegio de saludar cara a cara al dirigente eclesial? ƑCuál es la relevancia pública de doña Martha por sí misma como para estrechar privadamente la mano papal? ƑCómo les va a pagar Fox el favorcito a los Legionarios?
Finalmente, nos queda comentar el ominoso silencio que por tres días guardó Vicente Fox ante el asesinato de Digna Ochoa. No fue hasta que se pronunció en contra de la salvaje acción el Departamento de Estado estadunidense, que reaccionaron en Los Pinos de manera torpe y por demás tardía. Inquieta sobremanera comprobar que no haya asesores cercanos a la Presidencia de la República que sepan aconsejar a Fox, de manera certera y rápida, para que pueda aquilatar la gravedad de lo acontecido a Digna y sus repercusiones en la sociedad mexicana. Si existe ese equipo asesor y el Presidente no le hace caso, por andar más preocupado en apoyar las acciones faraónicas de su esposa con la Fundación Vamos México, entonces el partido político que llevó a Fox al lugar que ocupa tiene que asumir de inmediato la responsabilidad de anunciarle a su conspicuo integrante que la campaña presidencial ya terminó hace año y medio y que llegó el tiempo de cumplir la transición prometida. Las puntadas de Fox, sus chistes y ligerezas pueden ser jocosas y vistas como folclorismo en el extranjero, pero internamente esa capacidad foxista de levantar hilaridad en los auditorios más diversos se nos está convirtiendo en tragedia.