Ť El nuevo material del músico será presentado mañana en el teatro Julio Castillo
El camino del jaguar, cd doble con 16 años de trayectoria de Jorge Reyes
Ť "Grabo todo lo que me encuentro: los sonidos de la calle, de insectos en noches de luna llena, fiestas...", dice Ť Realizará su tradicional ofrenda de Día de Muertos; habrá pintura, danza y poesía
JUAN JOSE OLIVARES
Jorge Reyes es un chamán de la música contemporánea. Es un ente que las 24 horas del día escucha ruidos, los recicla y externa con sensibilidad a través de instrumentos convencionales, prehispánicos y electrónicos. Tiene una ruta sonora de exploración y experimentación que lo ha llevado a grabar alrededor de 22 discos, tanto en México como en Europa.
Para celebrar su amplio recorrido musical presenta su nuevo material cuyo nombre ha utilizado en algunos de sus conciertos: El camino del jaguar 1984-2001, este miércoles en el teatro Julio Castillo a las 20 horas dentro de sus tradicionales ofrendas de Día de Muertos, las cuales realiza ininterrumpidamente desde hace 15 años. Este espectáculo es más parecido a las ofrendas porque habrá pintura (a cargo de Herve Di Rosa), danza con el grupo Nok Niuk, y poesía con la actriz Ariane Pellicer, entre otras disciplinas artísticas.
El camino del jaguar está constituido por dos discos con 26 rolas -dos horas y media de música- que van desde las más representativas de Jorge (con una tratamiento electrónico), como Ek-Tunkul, A la izquierda del colibrí, Comala, Vientos de navajas, Crónica de castas, Earth island (con Suso Saiz y Steve Roach), The flayed God, Tonami, Bajo el sol del jaguar, hasta el disco Vine, bark and spore, con Steve Roach, el cual sólo se vendió por Internet. La mitad, o sea un disco, son canciones de ediciones que no salieron en México, sólo en Bélgica, Alemania, Inglaterra y Francia, o de álbumes que se quedaron a la mitad. Algunas son rarezas como piezas de bandas sonoras o interpretaciones a lado de una orquesta sinfónica alemana, "facetas que la gente no conoce de mí, para que no se quede con la idea de que uno sólo toca las piedritas".
En esta antología "recupero la flauta; hay una serie de novedades en las que se nota mi trayectoria, es una introducción más a la música electrónica contemporánea, que explora cosas más cercanas al hip hop, al chill out al down tempo. Hago collages electrónicos con voces indígenas (como las de un carnaval de Chenalhó, Chiapas donde hasta los cuetes se escuchan), o grabaciones de la calle. Definitivamente hay menos ocarinas y teponaztles.
Jorge, artista que viaja, presencia y toca en festivales de música electrónica y avanzada como el Sonar, de Barcelona, o los raves más clavados de Bélgica, Holanda, Inglaterra o Alemania, reconoce que éste "era un proyecto que ya se había acariciado con la disquera Warner, pero por diversas razones se había quedado guardado, lo retomamos con más bríos y más completo. Ahora hay más música que en el proyecto original, que era de un solo disco. Se convirtió en uno doble en el que sí se siente toda una trayectoria musical de 16 años. Lo interesante es que la mitad del contenido o más de la mitad no se conoce en México, y era para que se conociera toda mi evolución por ejemplo hay un remake de A la izquierda del colibrí en el que toca el bajo Sabo Romo. Tiene colaboraciones de amigos músicos".
Entre lo étnico y lo electrónico
Jorge explica en breve cómo ha sido causal de coítos auditivos entre lo étnico y lo electrónico. "Realizo grabaciones constantemente de todo lo que me encuentro: los sonidos de la calle, de insectos en noches de luna llena, o ceremonias religiosas, fiestas, de iglesias como la de la Catedral que contiene una gama impresionante de música electrónica, ruidos que nada tienen que ver con la atmósfera de meditación. Uso los sonidos que en algún momento aparecerán en una grabación. Así tengo muchas grabaciones insitu de música indígena (desde huicholes, yaquis, nahuas), luego hago las mezclas e invento un contexto diferente. En la actualidad trabajo con procesadores, ecos, loops hechos en vivo, con escáneres".
Agrega: "Hago conjunciones con los ritmos de la música electrónica de hoy en día, de lo que escucho en los raves de tecno, aunque no toco punchis punchis si me permeo de toda esta sonoridad porque hay cosas interesantes en esos ámbitos, es de lo más propositivo que hay, como Kruder y Dorsfmeister".
Creador de bandas sonoras (de cintas como La otra conquista, El ombligo de la Luna, El sexto Sol, sobre el zapatismo; Falsas historias, de Venezuela; Los hijos del viento, hasta Serafín) Jorge Reyes pretende ofrecer al público que lo conoce y a las nuevas generaciones las etapas de su transición "por lugares donde te fuiste y no regresaste, o piezas que prácticamente nadie ha escuchado, o mis maneras de jugar con los collages, desde los primeros hasta los últimos, con una intención íntegramente propositiva".
Creando rituales electrónicos-atmosféricos del pasado, presente y futuro, Jorge trabaja también en proyectos como los cursos del laboratorio del paisaje sonoro del Distrito Federal, o haciendo radioarte en vivo en programas radiales. Además, irá a Boston, Berkeley a dar cursos de cómo se mezcla la músicoa étnica y la electrónica. Pero por lo pronto, estará en su tradicional ofrecimiento sonoro a los habitantes del Mictlán, este miércoles en el Julio Castillo con nuevo y alucinadísimo material.