MARTES Ť 30 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Otra de sus víctimas los identificó y amplió declaraciones existentes en su contra
Nuevo testimonio aumenta condena para cinco secuestradores
SUSANA GONZALEZ G.
A 33 años de cárcel y 21 mil pesos de multa fueron sentenciados cinco delincuentes que en noviembre de 1999 secuestraron a un comerciante en la colonia Morelos, y quienes ya enfrentan un proceso penal por otro plagio.
La primera sala penal del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF) ratificó tal condena para cada uno de los secuestradores, la cual fue emitida originalmente por la quinta sala penal con sede en el Reclusorio Norte.
Sus nombres son Daniel Santos Cisneros Ramírez, Mario Eduardo Torres Vargas y Jesús Gómez Sierra así como Fabián y Jesús Gómez Rojas.
Esta nueva sentencia fue posible luego de que Ariel Shapiro Wgisser, el comerciante secuestrado, pudo identificar a sus agresores cuando fue difundida su aprehensión por los medios de comunicación hace algunas semanas.
Según el expediente 989/01 del TSJDF, Shapiro Wgisser denunció que el 10 de noviembre de hace dos años circulaba en su automóvil Mistique por las calles de la colonia Morelos luego de salir de su trabajo cuando, al esperar el cambio de la luz del semáforo en una esquina, fue interceptado por varios sujetos.
Los desconocidos lo encañonaron con pistolas, mientras que uno de ellos tomó el volante de su automóvil y a él le vendaron los ojos para trasladarlo a una casa de seguridad localizada en el Estado de México, donde según el testimonio del propio comerciante, lo mantuvieron amordazado, vendado y amarrado de pies y manos.
A partir de ese momento, sus plagiarios comenzaron a negociar el rescate con su familia, a la que exigían la entrega de 2 millones de pesos, cantidad que no pudieron reunir.
Por tal motivo a Shapiro Wgisser le mutilaron uno de los dedos de la mano y luego de tenerlo secuestrado durante diez días lo dejaron en libertad, una vez que sus raptores recibieron los 526 mil pesos que la familia pudo reunir.
Pasó más de un año antes de que el comerciante tuviera noticias de sus captores, quienes fueron aprehendidos por otro secuestro y a quienes reconoció luego de verlos en la televisión.