Ť Entrevista con el autor de Las mujeres de Adriano, que publica Alfaguara
Aguilar Camín: en la vida amorosa verdadera es difícil hallar monogamia o promiscuidad
Ť Presentan esta noche el nuevo libro del creador de la novela La guerra de Galio
Ť El relato propone que diversidad y transgresión no implican alarde alguno, explica
PABLO ESPINOSA
Una postal electrónica de editorial Alfaguara invita a la presentación de un libro esta noche, así: ''Adriano ama a cinco mujeres. A ninguna le es infiel".
Justo Adriano Alemán es quien ama a esas cinco mujeres en este nuevo libro y antes narra, en otra edición de Alfaguara, La guerra de Galio. Fue bautizado así en alabanza de Justo Sierra y del emperador Adriano, el césar filósofo de los romanos. La aliteración con un libro emblemático del pensamiento femenino, Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, es un guiño simple, responde Héctor Aguilar Camín quien retrata a Las mujeres de Adriano en el libro que presenta hoy a las 19:30 horas en la librería El Arca de Casa Prado (Prado Norte 565, Lomas de Chapultepec) con un elenco integrado por Martha Carrillo, Germán Dehesa y Anamari Gomís, además de una dramatización de pasajes de la novela a cargo de Pedro Armendáriz y Susana Zabaleta.
Regina Grediaga, Carlota Besares, Ana Segovia, María Angélica Navarro y Cecilia Miramón son las mujeres de Adriano. Relata de la siguiente manera el autor, por ejemplo en esta cita elegida al azar:
''Se acercó entonces a mi asiento y me besó en la boca. Todavía recuerdo la humedad de sus labios, unos labios finos que me envolvieron al besarme con una succión perfecta, sellando toda fuga de aire, abriendo un conducto hermético y total hacia ella donde bailaba de cuando en cuando, como en una escala de Mozart, su lengua rápida y juguetona. La idea de que los hombres conquistan a las mujeres es, por lo menos, una simplificación. Algunos sí, desde luego, pero la mayoría somos conquistados, elegidos por las mujeres."
El umbral del relato pertenece a Juan de Mairena, mejor dicho a Antonio Machado cuando no firma con heterónimo: ''Poned atención:/ un corazón solitario/ no es un corazón".
Historias cruzadas
-Al terminar la lectura de Las mujeres de Adriano, el epígrafe adquiere un tono diferente. ¿No estaría anunciando un canto a la insatisfacción?
-No, lo que está diciendo es que no se puede vivir sin amor -responde Aguilar Camín-. Incluso en la peor de las hipótesis de la soledad hay siempre un puente hacia el otro y hacia la compañía, lo cual no cura de la soledad en el sentido de que todos nacemos y morimos solos, pero sí es quizá el único puente que puede paliar nuestra soledad.
''Ese epígrafe lo puse en tono de guiño en relación con este personaje Adriano, que es el profesor que narra La guerra de Galio. Me había quedado con la pregunta de quién era amorosamente, sentimentalmente, porque su tono es el de un ermitaño, un hombre separado de la vida pública. La respuesta es este libro, que narra la historia de sus amores. Vemos entonces aquí a este hombre que sigue siendo un solitario, un ermitaño, pero tocado por amores que le duraron toda la vida. Es un personaje que no está al servicio del amor ocasional o de la conquista amorosa, no es un Don Juan o un coleccionista de mujeres. Es un hombre que cada relación que establece lo hace de manera profunda, verdadera, duradera.''
-Sin embargo, en cuanto los amores de Adriano son simultáneos, el territorio puede tornarse pantanoso. Estamos hablando de lectores en un país reprimido, y, por tanto, insatisfecho.
-Yo añadiría a la frase de Machado que un corazón, una vida amorosa no trasgresiva no es una vida amorosa, porque está por una parte la diversidad y por otra la trasgresión y esto no implica ningún alarde ni promiscuidad.
''Lo que este libro propone es que si nosotros miramos con fidelidad, con cuidado, la vida amorosa de cualquier persona lo que vamos a encontrar difícilmente será el ideal amoroso de la monogamia y difícilmente será el territorio de la promiscuidad lo que encontremos.
''En cambio, lo que vamos a encontrar es la variedad, y muy probablemente la capacidad de cada ser humano, a lo largo de su vida, de amar a muchos y de ser amado por muchos. Esto poniendo aparte aventuras, ligues, toda la zona del amor mercenario. En el promedio de la vida amorosa de los seres humanos probablemente nos vamos a encontrar con varias historias cruzadas en vidas muy secretas porque el corazón no solamente no es solitario, sino que probablemente es muy diverso.''
El imperio de la fidelidad
-¿Estarías añadiendo al buen Arcipreste de Hita que un buen Libro del buen amor sería entonces un libro de la transgresión y el riesgo?
-De la transgresión y el riesgo pero también de la fidelidad en un sentido profundo, por eso pongo aparte el tema de la promiscuidad, el tema de la simple diversidad sexual. Lo que hay en Adriano son cinco amores distintos, completos, que están regidos por la fidelidad a cada uno de esos amores.
''Otra cosa es que el azar de pronto se los ponga juntos en el tiempo y que coincidan y convivan uno con otro, pero lo importante aquí no es que tenga varios amores al mismo tiempo, sino que cada uno de estos amores es de verdad y cada uno de estos amores implica un compromiso y una entrega única a esa relación y una capacidad y una decisión de sostenerlas en el tiempo de manera que este hombre no es capaz de tener relaciones efímeras, todas las que tiene son a fondo y en ese sentido no engaña a ninguna de sus mujeres, no las engaña más que en el sentido superficial de que él tiene otras mujeres, pero no las engaña en el sentido profundo de que las ama y que las ama a todas y a cada una y esto es lo que hace la diferencia y esto es lo que hace también de esta novela una especie de fábula porque lo que está haciendo es llevando al extremo cosas que nos han pasado a todos en la vida.
''Todos nos hemos enamorado de distintas personas en el curso de nuestra vida y de algún modo esos amores, aunque hayamos perdido al objeto amado, nos acompañan siempre en la memoria, en nuestra nostalgia, en nuestro sentido de que la vida valió la pena ser vivida.
''Esta es la experiencia de todos. Yo lo pongo en Adriano encarnado en distintos personajes y de una manera simultánea como para darle a este mundo de ficción alguna densidad, una sensorialidad que lo haga atractivo, que lo haga legible.
''Pero de fondo no es más que ese problema, es decir la manera como a lo largo de nuestra vida cada quien tiene uno, dos, tres, cuatro, cinco amores, quién sabe cuántos, pero en lo fundamental de nuestra vida amorosa. No hablo de lo sexual, de la vida erótica, sino de nuestra vida amorosa, que es una vida diversa y al mismo tiempo es una vida fiel.''
El amante-compañero
-Y, ¿quién es Adriano para sus mujeres?
-Es el amor al que regresan continuamente, unas llevadas por necesidades prácticas, otras por el amor en el que no acabaron en eternizarse, pero todas vuelven a él como a un refugio. Encuentran amor, pero no encuentran exigencia; encuentran la pareja, pero no encuentran la rutina de la pareja, y encuentran un hombre inteligente, abierto, hospitalario y generoso no sólo en sus sentimientos. Adriano es en la vida de ellas el amante compañero, el lugar donde va a buscar y encuentran siempre uno de los amores más duraderos de sus propias vidas.
''Como un siguiente libro, me gustaría contar la historia del lado de estas mujeres para que se entendiera una cosa que a lo mejor no está clara aquí, aunque está dicha varias veces y es que todas ellas tienen una vida amorosa propia, con frecuencia conyugal y desde luego familiar en el sentido de que tienen hijos fuera de la relación con Adriano. Ellas no son siervas de Adriano, no son mujeres sometidas por un polígamo que las tiene en su casa, sometidas a su imperio. Son, en cambio, mujeres que van y vienen por la vida teniendo una vida amorosa y familiar a veces más intensa que la del propio Adriano y desde luego tan libre y tan independiente como la de Adriano. Estas son relaciones entre iguales, entre seres autónomos, libres.''