MARTES Ť 30 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Ninguno de los más de 4 mil ejidatarios afectados ha cobrado su indemnización

Los inconformes por expropiaciones "están haciendo su trabajo", señala Víctor Lichtinger

Ť Insiste el secretario de Medio Ambiente en que no habrá matanza de aves

Ť Propone la UACh realizar un estudio para determinar si las tierras son improductivas

ANGELICA ENCISO L.

A ocho días de la expropiación de 5 mil 300 hectáreas en Texcoco para la construcción del nuevo aeropuerto internacional, ninguno de los 4 mil 375 campesinos afectados ha cobrado su indemnización, aunque desde el pasado 22 de octubre están los 530 millones en el Fideicomiso Fondo Nacional de Fomento Ejidal (Fifonafe).

Respecto a las protestas que han realizado los ejidatarios en los últimos días, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Víctor Lichtinger, manifestó que "los inconformes están haciendo su trabajo".

La dependencia, sostuvo, cuidará que se "compensen" los hábitats del ex lago de Texcoco que sean afectados por las obras. Ayer se publicó por segunda vez el decreto de expropiación de alrededor de 70 hectáreas. El secretario aseguró que no habrá "ninguna matanza de aves".

Por su parte, la Secretaría de la Reforma Agraria reiteró que su papel en este proceso concluyó con la publicación de las expropiaciones de hace una semana, y detalló que hace seis meses comenzaron los trabajos técnicos para las dos opciones que se tenían para construir el nuevo aeropuerto -Texcoco y Tizayuca-, con el fin de hacer los levantamientos topográficos, la determinación de la clase y aprovechamiento de las tierras y la asignación de los derechos individuales y de uso común.

Comentó que se pidió a la Comisión de Avalúos de Bienes Nacionales de la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo efectuar los análisis correspondientes, por lo que se elaboraron los proyectos de decretos expropiatorios en ambas opciones y los recursos fueron enviados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) al Fifonafe.

En relación con el tema ambiental, Lichtinger manifestó en entrevista que la dependencia tiene ahora una función básica, pues tendrá que asegurar que el proyecto cumpla con los requerimientos mínimos que presentó a fines de julio, además de que deberá analizar la manifestación de impacto ambiental que entregarán los promoventes.

Rechazó que vaya a haber afectación a las aves residentes y migrantes de la zona. "Precisamente el estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) determinó que era viable porque estos hábitats pueden ser compensados. A lo mejor se tiene que cerrar una parte, pero se compensa con otros cuerpos de agua. Entonces, no va a haber ninguna matanza de aves. Se puede compensar perfectamente, porque lo importante es hacerlo bien", destacó.

En relación con las protestas expresó que "a nadie le gustan este tipo de acciones, pero obviamente es una cuestión que se va a tener que discutir con las secretarías y las instituciones apropiadas".

Agregó que esta es una acción que se realiza por interés de Estado, y para cualquier construcción de infraestructura muchas veces se requiere hacer esto (expropiar tierras). "Lo importante es que se haga de manera justa y eso es lo que se trató de hacer", subrayó.

Por su parte, el rector de la Universidad Autónoma de Chapingo (UACh), José Reyes Sánchez, manifestó sobre el mismo tema que ahora "lo que sigue es un problema social. Eso es lo importante. Si bien las autoridades dicen que son tierras improductivas, habría que hacer una comparación con tierras de otros lugares y conocer las necesidades de una familia ahí o donde sea".

Después de firmar con Víctor Lichtinger un convenio de colaboración para impulsar la educación ambiental, el académico agregó que desconoce si en este caso procede o no el amparo, pero propuso que se haga "socios a los expropiados".

El decreto que ayer se publicó en el Diario Oficial de la Federación establece que es necesario ampliar los límites del actual vaso del lago de Texcoco, incluida su zona federal, con el fin de contar con superficies en las que se realicen obras de infraestructura hidráulica; el restablecimiento del balance hidrológico del valle de México; se regule la afectación; se reduzca la temporalidad de las corrientes y se mejore la función del lago, estableciendo así una zona de restauración ecológica que permitirá el rescate del área de filtración de agua a los acuíferos, el adecuado manejo de los sistemas de tratamiento de aguas residuales y para evitar la erosión de los suelos.

Por otro lado, organizaciones no gubernamentales aseguraron que la nueva terminal aérea ocasionará afectaciones en el abasto de agua a la ciudad de México e inestabilidad en el suelo del lago, donde los sismos de 1985 ocasionaron severas cuarteaduras.

Además, se perjudicará a alrededor de 300 mil aves de 134 especies. Las afirmaciones, señalaron, son parte de las conclusiones de los foros de consulta que realizaron en julio y agosto agrupaciones como el Centro de Derechos Humanos René Casal y la Asociación Nacional contra la Corrupción.