MARTES Ť 30 Ť OCTUBRE Ť 2001
ASTILLERO
Ť Julio Hernández López
FEAMENTE LE ANDA fallando la vista -y el juicio- a este remedo de columna. Ayer, para no ir tan lejos, creyó leer en el Polyforum Cultural Siqueiros un objetivo del plan de trabajo del actual gobierno, cuando en realidad estaba frente a uno más de los recursos multimedia con los que se va dibujando el proyecto transexenal familiar. "ƑCómo podemos convertir 100 millones de piezas en un rompecabezas?", supuso leer el autor de estas lí-neas en una especie de pizarrón colocado a un lado del podio donde Martha María levitaba (levitar, verbo que no tiene nada que ver con quien fue esposa de Perón), y entonces alabó la sinceridad del actual gobierno, al suponer que éste estaba reconociendo en público el verdadero sentido de su accionar, mismo que está cumpliendo con excelencia: convertir a cada mexicano en un problema y a todos en conjunto en un santo margallate de colores. Pero no, no era una confesión o una autocrítica, sino una mala lectura de este miope escribano, pues en realidad el letrero decía, con entusiasmo martítico, "Ƒcómo podemos resolver un rompecabezas de 100 millones de piezas?", y era la clave de un juego en el que temas del discurso de la mujer que levita (y de su esposo que no lo evita) iban dando materia para llenar (con esos nobles sentimientos, espolvoreados de azúcar glass y convertidos en trozos ajustables de cartón) los huecos de ese rompecabezas al que nomás le faltan representantes de casilla.
IBA A CONTINUAR el susodicho tecleador con sus elucubraciones malévolas, preguntándose si los presuntos doce años de bienes políticos mancomunados de la primera pareja del país habrían de tener un carácter de estratégico complemento (es decir, él en los primeros seis años crea el rompecabezas, y ella en los siguientes seis hace que lo resuelve), cuando recordó que el Big Brother Gertz estaba a la caza de quienes por religión, ideología o filiación política resultaran molestos y acaso peligrosos para la seguridad política del grupo en el poder.
ENTONCES CAYO EN trance esta sección y, rompiendo con premura las partes de la Constitución federal en las que se consignan libertades y garantías individuales, procedió a chocar con fuerza los tacones de sus botas, que no son de charol, y a escuchar en posición de firmes (y en repetición especial) las advertencias de Juan Ramos (quien no tiene nada que ver con Juan Domínguez), subsecretario de Seguridad Pública del mejor gobierno que México (y el mundo) haya tenido nunca: en su plan contra el terrorismo, y ratificando su alianza estratégica con Estados Unidos, la administración foxista ha decidido identificar y neutralizar "a personas y organizaciones nacionales o extranjeras que residan, operen o transiten por el territorio nacional, las cuales, de acuerdo a su ideología, religión u objetivos políticos, constituyan un factor de riesgo para la seguridad pública y estabilidad del país". Eso dijo el licenciado Domínguez, digo, Ramos, el pasado 24.
AYER, ACOSADO POR los malos mexicanos que no entienden la trascendencia de las sabias decisiones del régimen, el secretario Heiltz tuvo que contener a quienes ya se preparaban para armar su versión local de actos contra quienes piensan distinto a lo que el gobierno quiere, o a quienes practican una religión no cristiana o no tienen ninguna (en Pakistán, por ejemplo, otros Ramos, o Domínguez, acababan de iniciar una batida armada contra quienes no son islámicos, asesinando a 18 cristianos en un templo). No, dijo el siempre elegante secretario, no habrá acciones contra ciudadanos por sus filiaciones religiosas, políticas o ideológicas. Y explicó para que a nadie, mucho menos a la Carta Magna, le quedaran dudas: "De lo que se trata es de combatir el delito, y en eso tenemos que ser muy claros: son delitos los que se combaten y previenen, y en razón de que haya una predicción de que se pudiera cometer un delito en esas condiciones, pues entonces se investiga, pero no en razón de religión u otro motivo". šAh, ya quedó más claro que el Fobaproa! Cuando haya una "predicción" delictiva, entonces "se investiga" y "neutraliza" a quienes caigan en esa franja de sospecha. Por ejemplo, si se sabe que los islámicos podrían cometer un atentado, pues se "neutraliza" a todos los islámicos. Si se sabe que quienes no quieren a Estados Unidos podrían estar planeando actos de terrorismo, pues se anula a quienes no desean que México sea un Estado libre asociado a aquel imperio.
AHORA QUE, YA para cerrar el punto y evitar que sigan las calumnias de los enemigos de la civilización judeocristiana, enemigos del mundo civilizado y de las libertades democráticas, el secretario Heiltz puntualizó que las palabras del subsecretario Juan Domínguez, digo, Ramos, habían sido hechas con "una intención de buena fe", queriendo decir, nada más, que "se estaba buscando en cualquier lugar y área donde se puede encontrar un delito", pero sin "ánimo persecutorio en contra de nadie".
TODO ESO PENSABA y repensaba el autor de estas líneas purificadas, mientras en el Polyforum se daba la gran fiesta de la generosidad, la filantropía, la caridad y la limosna, como sustitutos color de rosa de la demagogia tricolor de la justicia social. "Sin ti no estamos completos", se podía leer junto al aro sujetado por las muchas manos deseosas de votar (con v, estimado corrector) la pobreza al desván. Pero el mensaje no se refería, por ejemplo, a Digna Ochoa, la abogada cuya ausencia debería hacernos sentir verdaderamente incompletos. Ese asunto corresponde, dicen el cónyuge y la cónyuja, al álbum de las desgracias del Distrito Federal. Un crimen más en la gran ciudad, señala el Presidente, queriendo despojar así al asesinato de cargas federales. Cuál Guerrero, cuál Chiapas, cuáles militares, cuáles paramilitares: el crimen es uno más de los que se dan en las calles capitalinas por culpa de la administración perredista ojéis.
SIN TI NO estamos completos, dice el lema de la prematura precampaña. Y es cierto, sin Digna no estamos completos. Sin ella, sin justicia, por el contrario, los actos pomposos, las fiestas a nombre de la pobreza, parecen cada día más dolorosas (Ah, por cierto, ayer no se pudo instalar la mesa de trabajo entre Gobernación y defensores independientes de derechos humanos. Qué bueno, así no hubo foto que le robara cámara a la fundación de los que primero crearon los enfermos y ahora dicen, Vamos Médico).
ASTILLAS
DEBEN SOSEGARSE QUIENES
temían que en 2006 no hubiera buenos candidatos para continuar el show político sexenal en la carpa blanquiazul: Ignacio Loyola, el gobernador queretano que tan buenas contribuciones ha hecho a la conversión de la política en sabroso cotorreo, ha dicho que le gustaría ser Presidente de México... No puede dejarse pasar la nueva tesis jurídica impuesta por el Presidente en estos días de guardar: "Se ha insinuado que esto (el crimen de Digna) proviene de algunas dependencias del gobierno federal. Rechazamos que haya acusaciones por adelantado" (más bien, supone este tecleador disfrazado de mal litigante, las acusaciones deben hacerse ya hasta después de que haya sentencia o, mejor, de que la pena impuesta se haya cumplido en la persona de nadie).
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