Ť Emprende el GAFI reunión de emergencia para bloquear lavado de capitales
Demanda Washington más acciones para desbaratar operaciones financieras de terroristas
Ť Preocupación en la Unión Europea por la frágil solidez de la coalición internacional
AP, REUTERS, DPA Y AFP
Washington, 29 de octubre. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, pidió hoy a las 29 naciones integrantes del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) trabajar para desbaratar las finanzas de los terroristas y sus organizaciones.
El GAFI, organismo internacional que lucha contra el lavado de capitales, comenzó este lunes una reunión de emergencia que se extenderá hasta el martes, a pedido de Grupo de los Siete países más industrializados del mundo, el G-7, a fin de considerar acciones inmediatas para retraer y bloquear los fondos de terroristas.
"INsto al GAFI a que antes de la próxima asamblea plenaria de febrero, elabore criterios para combatir las finanzas del terrorismo, así como un programa de acción para cada uno de los países del mundo", precisó O'Neill ante 300 delegados entre los que se encontraban representantes de Interpol.
El secretario estadunidense solicitó al grupo de 29 naciones que publique informes regulares sobre los éxitos en la tarea de perseguir y congelar dinero de terroristas y de quienes los apoyan. "Nuestra meta es ni más ni menos que el desmantelamiento y la eliminación de las redes que sostienen al terrorismo y sus actos detestables", resaltó.
Entre las propuestas en estudio hay una que requiere a las naciones que ordenen a los bancos en sus territorios informar a las autoridades sobre transacciones que sospechen corresponden a terroristas o sus organizaciones, como ocurre en Estados Unidos.
El G-7 espera que el GAFI establezca una guía para ayudar las instituciones a detectar las prácticas financieras de las redes terroristas, y las identifique.
Ante delegados de Japón y Gran Bretaña, la Comisión Europea, y el Consejo de Cooperación del Golfo, O'Neill añadió que "el dinero no conoce fronteras, ninguna nación puede combatir sola el financiamiento de terroristas, por lo que todos debemos cooperar".
Durante el encuentro, el grupo, cuyo secretariado está garantizado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), puso a Rusia, Israel e Indonesia en la lista negra de los países que no cooperan en la lucha contra el lavado de dinero.
Desde los ataques del 11 de septiembre la batalla financiera encabezada por Estados Unidos ha sido parte importante en la campaña antiterrorista. Desde entonces 150 países expresaron su apoyo al combate contra el financiamiento del terrorismo y más de 80 naciones emitieron ya órdenes para congelar activos pertenecientes a los terroristas, dijo O'Neill.
Por otra parte, Yeslam Bin Laden, medio hermano de Osama Bin Laden, negó tener vínculos financieros con el principal sospechoso de los atentados en Estados Unidos, durante una entrevista de televisión en Ginebra, donde reside.
En Santiago, el gobierno de Chile comenzó una investigación a pedido de Estados Unidos para determinar si existen en ese país bienes o cuentas financieras vinculadas con Osama Bin Laden, para lo cual cuenta con una lista de 30 personas que estarían financiando a la organización Al Qaeda.
El subsecretario chileno del Interior, Jorge Correa Sutil, señaló que hasta el momento no hay resultado positivo y ninguna persona requerida por Estados Unidos por terrorismo tiene activos en Chile.
En Luxemburgo, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE) expresaron su preocupación por la frágil solidez de la coalición internacional contra el terrorismo y las dificultades que se presentarán para la caída del régimen talibán.
El canciller francés, Hubert Vedrime, consideró que la persistencia y el agravamiento del conflicto en Oriente Medio pone directamente en peligro el mantenimiento de la coalición.
El ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, destacó la necesidad de hacer énfasis en los esfuerzos militares, pero también diplomáticos, tras señalar que la UE apoya los esfuerzos del enviado de las Naciones Unidas, Lakhadar Brahimi, para integrar un gobierno que remplace al talibán.