LUNES Ť 29 Ť OCTUBRE Ť 2001
José Cueli
Don Pablo
Don Pablo Hermosa de Mendoza brindó con las primicias de un toreo propio, grato a una casta de temperamentos como el de los aficionados mexicanos en la inauguración de la temporada de toros en la Plaza México. El torero se engalanó con las luces y el valor de su torería, expuesta al recreo inefable de la emoción que puso el rejoneador navarro ante dos torillos parados de Vistahermosa y Bernaldo de Quirós.
Fue el toreo de don Pablo de intensa emoción genuina, al que ha querido darle mayor encanto, ungiéndolo del perfume de la señoril intimidad de una gran lotería. Ha oficiado la emoción del ser torero con sus caballos Cagancho, Chicuelo, Mariachi, creadores de esa intensidad torera que contemplábamos absortos los cabales. Actitud de gran señor que no necesitó de posturitas y trampas para darle verdad a su toreo.
Actitud, además, que permitió al aficionado completar su juicio acerca de su quehacer torero con el paisaje interior que expresa en sus quiebros, recortes y remates al traer a la México el pabellón prestigiante de su toreo: clasicismo puro, que perpetúa las glorias de la pureza y la verdad en el torear: parar, templar y mandar.
Afamado toda la tarde de ayer, por llegar al ideal, inquieto en todo momento por una emoción juvenil que nacía en cada recorte, vivamente atento a percibir todas las palpitaciones de la vida en torno de la plaza, representó el auténtico arte del toreo que nos permitió sentirnos sugeridos por reflexiones de las que se desprenden íntimos sentimientos admirativos.
Don Pablo no entiende el toreo de una manera esclerosada, sino que le infunde un espíritu actuante y dinámico. Espíritu de la más intensa vibración. La línea curva, ágil, palpitante de su inspiración creadora a caballo, contraria a la repetida machaconería de la mayoría de las faenas actuales, con la palpitación de sus maneras toreras. Por lo demás, una corridita descastada de Santiago con la que fracasó Eloy y Leopoldo Casasola fue una agradable sorpresa, especialmente en una tanda de pases naturales a su segundo enemigo. A pesar del frío y el viento salimos del coso calientes con la verdad del torear de don Pablo.