LUNES Ť 29 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť La zona, en Cuajimalpa, es claro ejemplo del marcado contraste social
Exigen en La Pila la regularización de predios
Ť Rechaza legislador del PRD que se promueva el cambio de uso de suelo en zonas de riesgo
MARIA ESTHER IBARRA
Sin ser la única, la zona de La Pila es ejemplo de los contrastes radicales entre pobreza y riqueza, entre los invasores llamados de cuello blanco y los precaristas, cuyas edificaciones se distinguen simplemente con mirar la fachada. De un lado, muros y columnas de concreto macizo, como los ubicados por el rumbo del corporativo Santa Fe, y del otro, un puñado de casas de cartón, salvo excepciones de quienes tuvieron para levantar pequeños cuartos cuadrados, chaparros y chatos de tabique hueco y sin pintura.
Enclavada en la delegación Cuajimalpa, La Pila alberga a más de mil familias que se asentaron de manera irregular en terrenos considerados de reserva ecológica, y a pesar de que viven ahí desde hace 25 y 40 años, no tienen los títulos de propiedad. Algunas de las viviendas son construcciones avanzadas y cuentan con servicios urbanos básicos,
Durante un recorrido por el lugar y ante el diputado local del PRD Alejandro Sánchez Camacho y autoridades responsables del gobierno capitalino, los habitantes solicitaron la regularización de los terrenos donde se asientan sus viviendas, ubicados en la zona que comprende Circuito Escolar, Manzana 4, Zona de Cola de Pato, Monte de las Cruces, Colonia Lajas, Reposadera, Isla y Prolongación de Ocampo, entre otras.
"No vamos a promover el cambio de uso de suelo de aquellos asentamientos que puedan convertirse en tumbas humanas", aclaró en entrevista el diputado perredista y vocero del grupo parlamentario del PRD en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), respecto a la petición de unas 50 familias cuyas viviendas se ubican en zonas de alto riesgo.
A ellas las exhortó a acogerse al programa que actualmente lleva a cabo el gobierno capitalino, referente a la entrega de 3 mil pesos para ayuda de renta, en tanto a corto plazo se les puede dotar de una vivienda de interés social o bien ser reubicadas.
Empero, informó que en los próximos meses los legisladores de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal trabajarán, junto con las autoridades capitalinas y los colonos, en un proceso de consulta para analizar cuáles son los terrenos susceptibles de que se les otorgue el cambio de uso de suelo, pero enfatizó que será para aquellas familias cuyas viviendas no estén ubicadas en zonas de alto riesgo.
"Vamos a analizar detalladamente cada uno de los proyectos de modificación de uso de suelo, y donde se consideren lugares de alto riesgo para la construcción de vivienda no se autorizarán, para evitar pérdidas humanas", recalcó, "ni prometer lo que es imposible", acotó al aclarar que también se buscará evitar el crecimiento de la mancha urbana.
El legislador indicó que ese problema lo comparten las delegaciones Milpa Alta, Magdalena Contreras, Tlalpan, Tláhuac y Xochimilco, aunque advirtió que se respetará la propuesta del gobierno capitalino de no permitir construcciones en zonas que no son seguras o que están declaradas como de reserva ecológica o terrenos de conservación.
Sánchez Camacho abundó que en la revisión que cada tres años compete hacer a la ALDF y al gobierno capitalino sobre el uso de suelo, los legisladores serán cuidadosos de que en esas demarcaciones, donde hay población semirural, se respeten de manera puntal las áreas protegidas por representar pulmones para la ciudad de México y suministradoras del vital liquido a través de sus mantos acuíferos.
En el caso concreto de la delegación Cuajimalpa, existen 4 mil 199 familias que han construido sus viviendas en más de 542 mil hectáreas de terreno de conservación. Son 68 asentamientos irregulares, de los cuales se registran ocho como regularizados; 49 por regularizar y 11 más por ordenar.
El diputado perredista explicó que la revisión que hará la Asamblea Legislativa del Distrito Federal es importante porque significa definir los asentamientos que tienen posibilidades de obtener el cambio de uso de suelo correspondiente, lo cual se hará con base en el Programa General de Desarrollo Urbano y de los programas parciales, a fin de establecer los límites entre el suelo de reserva ecológica y el de desarrollo urbano.