LUNES Ť 29 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Tabaquismo y alcoholismo, entre los factores que generan la enfermedad

Con disfunción eréctil, entre 60 y 70 por ciento de mexicanos mayores de 60 años, señala el Inaplen

Ť Antes de los 40 años la mayoría de los hombres ha sufrido algún grado de impotencia, asegura Javier Belio Campoy, funcionario de la institución

CAROLINA GOMEZ MENA

Los excesos en consumo de tabaco, alcohol, grasas y sedentarismo cobran su factura, muchas veces cuando se llega a la tercera edad. En el caso de los hombres, ésta puede estar directamente ligada a su declinación sexual, debido al padecimiento de disfunción eréctil o impotencia.

En entrevista, el doctor Javier Belio Campoy, jefe del Departamento de Unidades Gerontológicas del Instituto Nacional de Adultos en Plenitud (Inaplen), manifiesta que la disfunción eréctil es una enfermedad multifactorial que afecta mayormente a hombres mayores de 50 años, en la que intervienen desde problemas sicosomáticos hasta físicos, entre los que se cuentan patologías crónico degenerativas.

La enfermedad es causada por una circulación deficiente y por el mal funcionamiento de los cuerpos cavernosos del pene, estructura que debido al "envejecimiento normal provoca que este cuerpo esponjoso se vaya endureciendo, con lo cual deja de tener la misma elasticidad y capacidad para concentrar sangre. Esto se agudiza con el tiempo, hasta que no hay erección".

Aunque no todos enfrentan el mal, la mayoría sí. "Entre 60 y 70 por ciento de quienes tienen más de 60 años sufren la enfermedad en algún grado", afirma.

Al aclarar que este mal se traduce en la "mala erección del pene", Belio Campoy explica que el proceso fisiológico de erección está basado en la morfología y que el miembro posee un tejido denominado cuerpo cavernoso cuya función es acumular sangre. Al ocurrir esto, dice, se da la erección del órgano sexual.

"En ocasiones no es necesario que esté plenamente erecto para que haya una relación sexual satisfactoria, pero sí debe ser lo suficientemente adecuado para la cópula, aunque la afectación depende del estilo de vida, alimentación y padecimientos. Invariablemente la mayoría, unos antes y otros después, presentará estos problemas", comenta.

De acuerdo con el experto, después de que se cumplen 50 años se "empieza con cierto tipo de alteraciones que no se notan. Pero cuando se llega al juego sexual, de pronto el hombre empieza a sentir que aunque tiene el deseo no tiene la capacidad de erección adecuada, no tiene la respuesta física".

Lo anterior desencadena que el afectado sienta angustia, "porque sabía cuál era su nivel de erección anterior, pero antes de acudir con un médico para que haga una valoración, debido a que su hombría es la que está en juego, opta en primera instancia por culpar a su pareja y cae en la infidelidad. Ello con el fin de comprobar si es él quien no funciona o su pareja es la que no sabe cómo estimularlo. Es por ello que en esta etapa se dan muchos divorcios", indica.

Pero debido a que parte de la enfermedad radica en la forma de vida, la disfunción eréctil "muchas veces no empieza en la tercera edad, sino en etapas tempranas". Incluso "la mayoría de los hombres antes de los 40 años en algún momento ha tenido disfunción, lo cual tiene una causa física ?arteriosclerosis y diabetes, por ejemplo. Esto experimentará una tendencia al alza, más aún si a ello se suma la mala dinámica de pareja o el estrés cotidiano".

Este último factor es el causante de los casos de disfunción a edades tempranas. Cuando éste es el único motivo, señala Belio Campoy, es reversible con terapia sicológica. Y agrega que es difícil saber cuál es la incidencia de la enfermedad, pues la mayoría de los que la padecen no buscan ayuda médica ''por temor a perjudicar su hombría". No obstante, se calcula que a nivel mundial unos 100 millones de varones sufren de impotencia, terminología que, según el médico, causa mucha preocupación entre los pacientes, por lo que se ha optado por denominarla disfunción eréctil.

Cuando se experimentan estas situaciones, tiene mucha importancia en el tratamiento la comprensión de la pareja. Al contrario, las críticas o un mal comentario pueden echar por tierra una terapia sicológica o la medicación. De ahí que tanto en la valoración médica como en el tratamiento se involucre a la pareja, subraya.

Aunque a veces el hecho de mejorar el estado nutricional, reducir el estrés, hacer ejercicio, dormir más y mejorar la relación marital son suficientes para superar el problema (quizás no volver a lo que se lograba hace 20 años, porque hay un deterioro normal), en ocasiones sólo con medicamentos se logra.

Actualmente en el mercado existen muchos fármacos -vasodilatadores- para contrarrestar la disfunción, siendo la sustancia activa Sinderafil la más utilizada, pero también existen otras opciones farmacológicas de aplicación local, tales como las inyecciones o supositorios que se introducen en el meato urinario.

Todas esas sustancias, advierte Belio, que deben de ser recetadas por un médico, pueden tener contraindicaciones, como es al mezclarse con otros fármacos o bien causar malestares como dolor de cabeza.

Para concluir, precisa que aunque en el Inaplen no existen programas destinados a tratar el mal, "en atención médica general y en especialidades es un aspecto que se tocan a diario". Agrega que "el hecho de que no se tenga erección no quiere decir que no haya deseo, porque éste se encuentra en la mente y no en el órgano".