LUNES Ť 29 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Continúa la violencia; mueren cuatro personas en un atentado de Jihad Islámica
Se retira el ejército israelí de Belén y Beit Jala
Ť Tel Aviv provoca a la población palestina para no salir de Cisjordania, acusa la ANP
DPA, REUTERS, AP Y AFP
Belen, 28 de octubre. Las fuerzas israelíes se retiraron esta noche de las ciudades cisjordanas de Belén y Beit Jala, que ocupaban desde hace diez días; no obstante, continúa la violencia, que hoy cobró la vida de cinco israelíes y dos palestinos.
Cuatro israelíes murieron en un tiroteo en el norte de Israel, reivindicado por Jihad Islámica, ataque que fue condenado por el presidente palestino, Yasser Arafat.
El ataque ocurrió en Hadera, norte de Israel, cuando dos palestinos armados con fusiles dispararon desde su auto contra un grupo de personas que esperaba el autobús en el centro de la ciudad. Policías israelíes vestidos de civil respondieron a la agresión y dos palestinos resultaron muertos.
El ataque, que también provocó unos 30 lesionados, "fue en respuesta a los crímenes del enemigo de Beit Rima y Belén y otras ciudades de nuestra patria ocupada", afirmó en un comunicado el brazo armado de Jihad Islámica, las brigadas de Al Qods.
Y añadió: "Nosotros decimos a los líderes de nuestros enemigos, ojo por ojo y diente por diente. Esta guerra es a ultranza, pero la ocupación de nuestros pueblos y nuestros campos no nos da miedo, ni tampoco garantiza vuestra seguridad".
Jihad dedicó el ataque a su fallecido dirigente Eathi Shqaqui, muerto por agentes de la inteligencia israelí (Mossad) en Malta, en octubre de 1995.
La dirección palestina condenó el atentado y ordenó a los servicios de seguridad que busquen a los culpables y los lleven ante la justicia.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, precisó en Gaza que se le está dando seguimiento a este caso, tras señalar que existe una decisión de la directiva palestina de detener estas acciones, pese a la continua escalada israelí.
Previamente, un soldado israelí fue muerto por individuos que dispararon contra un transporte militar desde un vehículo que se dio a la fuga hacia la localidad árabe de Barka-Gharbiyeh, al norte de Israel.
Luego de estos atentados, el ministro de Información de la ANP, Yasser Abed Rabbo, afirmó en un comunicado que Israel está provocando a los habitantes de Belén con el fin de usar la reacción de los palestinos como excusa para no retirarse de las zonas autónomas de Cisjordania ocupadas hace diez días tras el asesinato del ministro de Turismo, Rehavam Zeevi.
Sin embargo, por la noche, Israel comenzó la retirada de sus fuerzas de Belén y Beit Jala. La operación se efectuó sin incidentes y marca la primera etapa de la retirada israelí de las zonas autónomas.
El primer ministro de Israel, Ariel Sharon, ordenó a sus tropas que se preparen para retirarse después de una reunión del gabinete de seguridad, a la que asistió el ministro de Relaciones Exteriores, Shimon Peres.
El repliegue comenzó después del encuentro de una comisión mixta israeli-palestina que se celebró en Belén, el cual fue calificado de "muy positivo" por un responsable palestino.
Tal como había exigido el primer ministro israelí para proceder a la retirada de tropas, la calma reinó este domingo en Belén, que junto con Beit Jala constituye la primera etapa del repliegue, tras lo cual deben seguir las otras ciudades reocupadas: Ramallah, Tulkarem, Janín, Quilqilya y Nablús.
Empero, Dore Gold, uno de los asesores de Sharon, dijo que la inteligencia militar de Israel ha advertido al gabinete que al concluir la retirada de las actuales posiciones en Palestina es posible una ola de terrorismo.
Gold sostuvo que el ataque ocurrido en Hadera originó "serias interrogantes" aceca del compromiso declarado de la Autoridad Palestina de observar una tregua.
Al menos 680 palestinos y 182 israelíes han muerto desde el inicio de la intifada palestina contra la ocupación israelí a fines de septiembre de 2000, luego de un estancamiento en las conversaciones de paz.
Estados Unidos forjó el viernes el acuerdo para la retirada de Belén, cuya ocupación desató enfrentamientos y protestas. Al parecer manteniendo la presión sobre Ariel Sharon, el secretario de la Presidencia estadunidense, Andrew Card, dijo a la televisión de su país que estaba decepcionado al conocer los últimos ataques palestinos, pero reiteró el pedido de que las fuerzas israelíes salgan de las áreas autónomas palestinas.
De todas maneras, insinuando una posible represalia israelí ante los ataques de este domingo, la oficina de Sharon subrayó en un comunicado "la importancia de continuar las actividades operacionales" ante los ataques contra sus ciudadanos.