DOMINGO Ť 28 Ť OCTUBRE Ť 2001

TIEMPO DE BLUES

On the road

Ť Raúl de la Rosa

Primera llamada



EN EL CAMINO... término que define al blues. Andar de pueblo en pueblo, como los antiguos juglares, llevando las nuevos cantos de gesta, la canción amorosa e imposible, las narraciones sobre héroes y leyendas. On the road... así se fue conformando el primitivo blues. Todas las historias coinciden. The black snake aparece frecuentemente en las letras, pues no era más que el ferrocarril, esa larga, negra y humeante culebra que los transportaba en los vagones de carga; todo era cuestión de paciencia y agilidad para treparse.

PERO HOY ESTAR en el camino sigue vigente, y aunque los medios han cambiado -automóvil, autobús, avión, no importa- hay que ir adonde a uno lo contraten. Para el que escribe ha sido divertida, y a veces agotadora, la experiencia de viajar con la banda blusera de Sista Monica por tierras sinaloenses, a ritmo de tambora.

DOS ASPECTOS RELEVANTES se han vivido: uno es enfrentarse a un público del que se conoce poco; público que, salvo contadas excepciones, no había escuchado en vivo a una cantante de blues. El otro ha sido la experiencia de estar en pleno trópico de Cáncer, rodeados de un paisaje llano, sembrado hasta donde la vista termina (en la Sierra Madre Occidental); pero sobre todo por la calidez de las gentes que habitan este territorio. Para los bluesmen, las mujeres que cortan estos aires han resultado toda una revelación divina; comparto con ellos esta visión del paraíso, sobre todo en estas épocas en que algunos consideran fundamental que las mujeres vayan por la vida totalmente cubiertas.

Segunda llamada



PRIMER CONCIERTO. PALACIO Municipal de Culiacán. Patio lleno y un público muy formal en espera de que iniciara el concierto de Sista Monica y su banda de blues (me vino a la memoria el público asistente a las nueve ediciones del festival de blues; nada que ver). No hay necesidad de vigilancia, nadie se mueve de sus lugares. Entra Sista y capta la atención inmediata del respetable. Va in crescendo y al final los tiene en el bolsillo. El respetable había sido seducido por el blues.

MAS TARDE, EL director del Festival Sinaloa de las Artes se reunió con algunos músicos de la banda de Sista Monica y con quien esto escribe. En eso descubrimos a un grupo pequeño, pero selecto, de aficionados al blues. Sorpresa tras sorpresa. Tal parece que los seguidores de este género forman una especie de secta secreta. Entre estos comensales se encontraban los integrantes de La Gavilla Blues Band, excelente banda blusera que ojalá pronto podamos escuchar en la capital. Personajes singulares, entre ellos el apodado Money Boy Williamson, quien se las sabe de todas, todas. De ahí surgieron propuestas importantes que ya informaremos a su tiempo.

Tercera llamada



SEGUNDO CONCIERTO. EXPLANADA de la Universidad de Sinaloa, campus Los Mochis. Ahora sí, público estudiantil. La vigilancia, nula. Sólo había jovencitas (preciosas) vestidas de negro que fungían como edecanes. Era imposible no pensar en la banda chilanga, en las necesarias vallas de contención, en el slam, en... tantas cosas. Nuevamente el público se fue encendiendo y al final también fue seducido por Sista y por el blues. Me parece que estoy en otro país, no en un estado donde la violencia del narcotráfico lo vuelve noticia. La actitud que hemos encontrado en Culiacán y Los Mochis nada tiene que ver con esa visión. Gente amable, ordenada y respetuosa. Aquí cabe aclarar que las comparaciones no valen. El contexto social-urbano de la ciudad de México es otro; las respuestas son otras, igual de respetables.

UNA VEZ MAS estamos a unas horas del tercer concierto que Sista Monica dará por estos lares. Cuando esta columna se publique, la presentación ya habrá tenido lugar en la explanada del ayuntamiento del puerto de Mazatlán. Las anécdotas han sido varias y divertidas. Hoy viernes, en la comida, se comentó sobre los orígenes de los ahí reunidos: Monica Parker (cantante), Lee Neal (baterista) y Artus Joyce (bajo), trío de afroamericanos; Noel Catura (sax), de origen filipino; Danny Beconcini (teclados), de origen italiano, y Sam Varela (guitarra), de origen mexicano. Así, brindamos por el mundo, que buena falta nos hace, para espantar el miedo y la estupidez humana.

NOS VEMOS HOY domingo a las 6 de la tarde en el Zócalo para disfrutar a esta excelente cantante y su banda de todo el mundo, reunida al cobijo de ese sentimiento que se llama blues.

[email protected]