DOMINGO Ť 28 Ť OCTUBRE Ť 2001

José Antonio Rojas Nieto

La mina de oro

El premio Nobel de Economía 1999, Robert Mundell, subrayó el viernes anterior que el sector energético de México es una mina de oro para los inversionistas de cualquier parte del mundo, y tiene razón, por eso las grandes presiones y el ánimo gubernamental actual de restructurar las industrias petrolera y eléctrica con cambio constitucional. Y digo con cambio constitucional porque existe la posibilidad -vaya que la existe- de reformarlas sin modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución. ƑQué se pretende con la modificación? Por el lado petrolero, abrir la mina de oro si es posible eliminando la propiedad originaria nacional de los hidrocarburos o, al menos, el carácter estratégico de su explotación e industrialización que hoy impide concesiones. Y en el eléctrico, modificar su carácter estratégico integral, permitiendo la apertura del hoy cuestionadísimo mercado eléctrico, para la obtención de enormes ganancias a los nuevos inversionistas. Por un lado, propiedad originaria y carácter estratégico de hidrocarburos constituyen conceptos constitucionales integrados que conducen a preservar la explotación en beneficio de la nación -no es fácil sostenerlo hoy con tanta presión interna y externa-, y a buscar un desarrollo integral de lo que se caracteriza hoy como la química integral de petróleo y gas.

Nadie en el mundo busca deshacerse de sus yacimientos ni, mucho menos, disgregar los procesos industriales. Pues eso se quiere hacer en México con el pretexto de lo que los funcionarios públicos( sí, públicos) denominan apertura de nichos privilegiados de inversión. Realmente no hay razón de fondo más allá que el ánimo mercantil que hoy permea todo, lo público y lo privado.

Por otro, ya en el caso eléctrico -también caracterizada de nicho privilegiado, bajo la ingenua coartada de que al gastar en plantas y líneas eléctricas se deja de gastar en leche, galletas, medicinas, agua potable e infraestructura para la gente que más lo necesita como si, incluso, esa gente que más lo necesita, más allá del subsidio, no pagara sus recibos eléctricos-, se trata de abrir el complejo mercado eléctrico para que en todo momento (hora, día, semana, mes, año) a todo productor se pague el costo de la planta más cara necesaria para abastecer la demanda, permitiendo la obtención de excedentes que -de nuevo como bien señala el profesor Mundell- constituyen una verdadera mina de oro.

Claro que se argumenta que ingresamos a una nueva fase de costos decrecientes, incluso menores al promedio, gracias a la tecnología de los ciclos combinados y el gas natural. Nada más que, al menos hasta hoy, no tenemos ese gas y ni siquiera nuestros vecinos nos lo pueden garantizar, incluso obviando los riesgos de seguridad nacional al hacernos depender de un combustible sujeto a su volubilidad. šPor favor, que nuestros ideólogos oficiales lean y estudien con mucho cuidado las últimas reflexiones (después de California) de los teóricos de la desregulación eléctrica como Joskow, Hirst y otros, para comprender la enorme complejidad de este asunto y la absurda simplicidad con la que lo quieren plantear en nuestro país, al prometer que luego del cambio constitucional, en 24 meses tendremos funcionando un mercado eléctrico.

A confesión de parte, relevo de pruebas. Claro que hay oro en el petróleo y en la electricidad. Por eso, con el ánimo de que ese oro beneficie a la nación y no a los nuevos gambusinos del mundo, es necesario pensar en una reforma (perdón por el título tan largo) gradual ( por fases y etapas), integral (producción, industrialización y consumo de petróleo, gas natural, electricidad, fuentes alternas), social (participación de trabajadores y organismos sociales, desde luego consumidores) y sustentable (con respeto al medio ambiente y al entorno ecológico), que ya puede empezar en su primera fase, sin cambio constitucional pero con transformación de las leyes, con la autonomía de gestión, organizativa y fiscal de Pemex, CFE y LFC. Esto es en verdad posible, incluso ya en estos momentos necesario y urgente. De veras.

NB.- Con el permiso del querido José Gorostiza, vaya para Digna un fragmento de su hermoso poema: "No te ocultes, amiga, a la mirada. Mira que no me queda en mi fracaso, otra cosa de ti que el breve paso con que alumbras mi noche atormentada". Por travesuras de los duendes magnéticos, la semana pasada no apareció mi expresión de dolor y repudio al asesinato de Digna Ochoa, y mi profunda solidaridad con los miembros del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro SJ. Permítaseme añadir hoy mi sentida pena por el fallecimiento, esta misma semana, de dos importantes luchadores sociales: nuestro estimado maestro emérito de la UNAM, Fernando Carmona de la Peña, quien nos enseñó a experimentar, en el estudio de la economía, el movimiento sensible de personas y grupo sociales y, acaso por ello, nos invitó a tratarla con el máximo cuidado y respeto; y del estimado especialista petrolero Ulises Ricoy Saldaña, distinguido por su lucha permanente por formular propuestas alternativas para la recuperación del crudo y del gas natural de los yacimientos mexicanos, siempre con la ilusionada pretensión de que se suspendiera la sobrexplotación a la que se han sometido y se recuperara una mayor racionalidad. Nos harán mucha falta los tres. Amén.

[email protected]