DOMINGO Ť 28 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Alí Rashid ŤŤ
Detengan a SharonŤ
Durante la campaña electoral que lo llevó a la victoria en febrero pasado y al frente del gobierno, Sharon y la derecha israelí presentaron un programa muy claro y, a despecho de quien en el mundo quiera minimizarlo y no tomar en serio sus palabras, el primer ministro no pierde ni un solo día para ponerlo en práctica. El primer acto de aquel programa fue su famoso "paseo" por la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, para acentuar el carácter religioso de su batalla y poner de su lado a los partidos ortodoxos, sembrando al mismo tiempo divisiones en el campo laborista. Por otra parte, con ese "paseo", Sharon buscó ofrecer más argumentos, peso y visibilidad a las organizaciones de matriz islámica en el campo palestino.
El actual escenario palestino-israelí demuestra que, hasta ahora, esa operación resulto un éxito. El ensañamiento contra Belén y contra los suburbios cristianos de Jerusalén forma parte de este plan y vuelve la situación aún más confusa e intrincada, para privilegiar las acciones militares de represión y abandonar, por tiempo indeterminado, el proceso de paz y los acuerdos de Oslo.
Para completar el cuadro hacía falta cuestionar la credibilidad de la Autoridad Nacional Palestina y, especialmente, la figura de Arafat. Para esto, Sharon ha utilizado todos los medios a su disposición: acusó a Arafat de ser responsable directo de la violencia y el terrorismo, al punto de llamarle "nuestro Bin Laden"; dispuso el congelamiento de fondos palestinos para poner en dificultades a la administración; ordenó la destrucción de sedes gubernamentales y cuarteles de la policía palestina, así como el bloqueo de los territorios para paralizar las acciones cotidianas de gobierno.
La violenta reacción del gobierno israelí a las declaraciones, puramente formales, de la administración estadunidense sobre la necesidad de crear un Estado palestino, no deja lugar a dudas sobre la hostilidad del gobierno de Sharon a la idea de la creación de un Estado de Palestina como resultado natural de un auténtico y serio proceso de paz.
Pero la matanza de esta semana en Beit-Rima, bastión del sector más laico del movimiento palestino, pone en evidencia la total falta de confiabilidad de Sharon y su gobierno, así como su particular maldad. Mientras el ministro de Asuntos Exteriores, Shimon Peres, trabaja a fin, y ha logrado una vez más atenuar la reacción estadunidense ante la arrogancia y prepotencia de Israel, el Estado hebreo se lanza a una verdadera masacre en la que el número de muertos y heridos no tiene fin.
Con esta matanza Sharon quiere dar definitivamene la espalda a las pocas esperanzas para la reanudación de las negociaciones y del moribundo proceso de paz. Habiendo llegado a este punto, es legítimo preguntarse sobre el significado del silencio de la comunidad internacional. ƑQué más tiene que pasar para que el mundo diga basta a estos asesinatos masivos, para que se ponga fin a la política de dos pesos y dos medidas?
Hoy, los palestinos de Israel junto con el movimiento pacifista israelí salieron a las calles para manifestarse contra la masacre y contra la política de guerra y muerte del gobierno de Sharon. Lanzo entonces un llamado a todas las fuerzas democráticas, y especialmente al movimiento antiglobalización, para que hagan sentir la voz de la (nueva) Europa de la paz, contraria a la guerra y a los criminales de guerra, a fin de que se reanude la lucha en favor del derecho y la legalidad internacional, para que de esta manera vuelva al centro del debate la paz que hay que construir en Palestina en lugar de la guerra sobre Afganistán.
ŤArtículo publicado en Il Manifesto el 25 de octubre
ŤŤPrimer secretario de la Autoridad Palestina en Italia
Traducción: Alejandra Dupuy