DOMINGO Ť 28 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Más de 4 mil, listos para intervenir contra Afganistán

Superar la humillante derrota del siglo XIX, reto de marines británicos

AFP

Londres, 27 de octubre. Los soldados británicos movilizados para una intervención terrestre en Afganistán tratarán de no pensar en el doloroso precedente de la primera guerra anglo-afgana (1839-1842), que se saldó con la muerte de 17 mil ciudadanos del imperio británico en pocos días.

attack_afghan_sa27Tres semanas después de empezar los bombardeos sobre Afganistán, Gran Bretaña, fiel aliada de Estados Unidos, movilizó el viernes a varios centenares de infantes de marina para operaciones terrestres.

Tras importantes maniobras con las fuerzas armadas omaníes, unos cuatro mil 200 militares británicos, entre ellos 200 soldados de los royal marines, permanecerán en la región del Golfo Pérsico, listos para intervenir en Afganistán.

Los más apasionados por la historia de estos soldados de carrera no pueden ignorar que, en el siglo XIX, Gran Bretaña conoció, en las montañas afganas, una de las derrotas militares más severas de su historia.

En la época, las potencias europeas estaban implicadas en una feroz lucha de influencias. Tratando de acceder a los mares templados ?y por tanto navegables todo el año?, Rusia quería apoderarse de Afganistán, Estado que ejercía de tapón entre el imperio zarista e India, que comprendía el actual Pakistán.

Para garantizar la seguridad de India, joya de la corona del imperio británico, Londres emprendió una acción preventiva en Afganistán. Envió un ejército de 20 mil hombres, seguido por 38 mil civiles, que tomó sin muchas dificultades la capital afgana, Kabul, y derrocó al rey Dost Mohamed.

Las tropas británicas obtuvieron ante los guerreros-campesinos afganos una victoria fácil... y engañosa.

Gran Bretaña impuso un gobierno títere y el grueso del ejército expedicionario regresó a India, mientras los colonos se instalaron, llevando una vida despreocupada, e ignorando el malestar de la población local.

Sin embargo, el hijo del rey derrocado organizó una rebelión, que tomó Kabul, y se cobró la vida de varios altos dignatarios británicos. Gran Bretaña se rindió sin condiciones, y una columna de colonos partió hacia Jalalabad, con la intención de regresar a India.

Pocos lo lograron, ya que en cuatro días, 13 mil fueron masacrados por guerrilleros afganos y otros cuatro mil murieron de frío. En total, 20 mil soldados británicos y un número mayor de colonos murieron en esa primera guerra anglo-afgana, que se saldó con una humillante derrota para la que, en aquella época, era la mayor potencia mundial.