JUEVES Ť 25 Ť OCTUBRE Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Una muerte anunciada
Ť Impunidad ayer y ahora

A ESO de las diez de la noche, en la azotea de su domicilio, alguien la tomó por la espalda y le cubrió la boca. Ella perdió el conocimiento y cuando recobró la conciencia se encontraba en el interior de su casa, sentada en una silla y vendada de los ojos.

DIGNA EMPEZABA a ser interrogada entre agresiones verbales y amenazas. Se le preguntaba sobre los presuntos contactos del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez en Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Puebla e Hidalgo, y sobre el EZLN, ERP, EPR y ERPI.

LO ANTERIOR sucedió el 28 de octubre de 1999 y el interrogatorio duró aproximadamente nueve horas. Se le habían tomado fotografías y todas sus respuestas habían sido escritas en computadora, según ella misma pudo saber en algún momento en que fue liberada de las vendas que cubrían sus ojos.

SU CRIMEN había sido avisado, pero nadie parecía escuchar la voz de los asesinos, que ya entonces habían logrado penetrar a la casa de la defensora de los derechos humanos. Las denuncias de entonces no frenaron a los criminales y la indignación internacional de ahora parece que no logrará descubrirlos.

EN CUATRO meses, de agosto a noviembre de 1999, el Centro Pro recibió ocho diferentes intimidaciones, de las cuales se levantaron denuncias, se hicieron declaraciones, se proporcionaron datos, pero nunca fueron suficientes, por lo menos para las autoridades judiciales de aquel entonces, para hallar a los culpables de las agresiones.

FUERON AMENAZAS de bomba, secuestro, allanamiento. En ninguna de esas acciones criminales se pudo dar ni siquiera con la pista de los autores. Todos se perdieron en la espesa niebla de la impunidad.

HOY DIA, en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal se ha levantado otra hipótesis. Hay quienes dicen que Digna ya había salido de su oficina, que los asesinos la estaban esperando, la hicieron regresar y después la ultimaron.

POR ESO no hay ninguna muestra de violencia ni se encontraron, por ejemplo, las cerraduras forzadas. Su cuerpo, además del disparo que le quitó la vida, tenía un rozón en la pierna izquierda y en la derecha, a la altura del muslo, dos moretones que pudieran ser de un par de dedos que la apretujaron, pero según se dice no hay huellas dactilares.

NO OBSTANTE, a esa hipótesis se oponen quienes advierten que Digna pudo haber realizado algún acto de resistencia, aunque también ponderan que en la experiencia anterior, sea como haya sido, había salvado la vida después del secuestro. Y esa esperanza pudo haberla hecho decidir no resistirse a los criminales.

TAMPOCO ERA la primera vez que entraban a su oficina sin ser vistos. El 8 de septiembre de aquel 1999 alguien penetró al Centro Pro y dejó cuatro cartas intimidatorias (La Jornada, 9 de septiembre de 1999). Nadie pudo averiguar quién o quiénes entraron a las oficinas, y nadie tampoco escuchó la voz de los criminales.

La respuesta de Hidalgo


TODO HACE suponer que el gobierno de Hidalgo se quedará callado respecto de la decisión del gobierno federal a favor de que se construya el nuevo aeropuerto en Texcoco, estado de México. Después del primer momento pareciera que los priístas hidalguenses habrían decidido decir: "Sí, señor Presidente", por costumbre o por falta de argumentos para oponerse a la decisión.

LA ESPECULACION nació de la ausencia del gobernador Manuel Angel Núñez Soto, quien viajó a Canadá como si nada hubiera pasado, y todo quedó quieto, silencio, en un supuesto acuerdo que hablaría de complicidades.

PERO RESULTA que no es así. La semana próxima seguramente el gobierno de Hidalgo habrá de hacer explícita su oposición a Texcoco y tal vez hasta se atreva a decir la verdad, y nada más que la verdad, sobre el caso del aeropuerto. Ya veremos.

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