JUEVES Ť 25 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť En no más de cinco años la terminal debería entrar en operación: fuentes oficiales

El gobierno integró un fideicomiso para arrancar ''a gran velocidad'' el proyecto del nuevo aeropuerto

VICTOR CARDOSO

A pesar de las restricciones económicas, desde hace por lo menos tres meses el gobierno federal integró un fideicomiso de 800 millones de pesos para arrancar ''a gran velocidad'' las licitaciones, proyectos de obra e indemnizaciones para la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México a fin de tener en operación la nueva terminal aérea en no más de cinco años.

La previsión gubernamental se llevó a cabo como una manera de reactivar diversas industrias que se han visto afectadas por la desaceleración económica y, fundamentalmente, la creación de nuevos empleos.

Según fuentes gubernamentales de alto nivel, desde el pasado julio el gobierno federal ya contaba con elementos suficientes para determinar la ubicación del nuevo aeropuerto, pero la decisión se retrasó con motivo del estudio de impacto ambiental realizado por el Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA)

A partir de los resultados de ese estudio el gobierno federal tenía todo preparado para iniciar ''a gran velocidad'' la construcción de la terminal aérea para la ciudad de México, ya fuera en Texcoco, estado de México, o en Tizayuca, Hidalgo.

Para cada caso se tenían establecidos los criterios para el diseño de los planes de infraestructura, las licitaciones de construcción, los proyectos de obra, pero sobre todo los recursos económicos suficientes para iniciar los trabajos requeridos.

Con 800 millones de pesos dispuestos en un fideicomiso para el arranque del proyecto se prevé que en no más de cinco años la nueva terminal que sustituirá al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México entre en operación.

Empresarios piden aplazar proyecto

Ante las protestas desatadas a raíz de que el 22 de octubre se dio a conocer la selección de Texcoco para la construcción del nuevo aeropuerto, el presidente de la Confederación Nacional de Empresarios y Prestadores de Servicios Turísticos (Conepstur), Rafael Suárez Vázquez, se manifestó a favor de aplazar el proyecto ''hasta que el país salga del bache económico''.

Propuso que en tanto, los recursos económicos previstos para la construcción del nuevo aeropuerto se inviertan en ampliar la infraestructura de caminos, producción agrícola, captación de agua, reactivación del mercado interno o el fortalecimiento de la actividad turística, que tendrían un mayor impacto social, permitirían el crecimiento económico y se expresarían en amplios beneficios para el país.