JUEVES Ť 25 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Anticipa que el Congreso de la Unión aprobará una reforma fiscal modificada
Gil Díaz: política talibanesa, gravar operaciones financieras
Ť Prevé cambios respecto a eliminar la exención del pago de IVA a medicinas y alimentos
Ť Aun sin ésta, el gobierno mantendrá el año próximo un presupuesto equilibrado, asegura
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda y Crédito Público, expresó su confianza en que antes de que concluya noviembre el Congreso de la Unión aprobará una reforma al sistema tributario nacional, aun cuando el documento final tendrá variaciones respecto de la propuesta original del gobierno federal.
Confirmó que se mantiene como parte de la negociación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo la posibilidad de aplicar un gravamen a las ganancias de capital derivadas de operaciones en la Bolsa de Valores, así como elevar el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) en tabaco y bebidas embotelladas.
En cambio, manifestó que ha quedado descartada la posibilidad de aplicar un impuesto a las transacciones financieras, que se refiere a gravar los flujos generados en las operaciones bancarias como emisión de cheques, depósitos y transferencias. "Es difícil comprender cómo a alguien se le puede ocurrir gravar este tipo de operaciones financieras. La podríamos calificar de política fiscal talibanesa".
"No creo que vayamos mal o con retraso en la negociación (de la reforma tributaria), ni creo que haya habido un retraso" en la aprobación, dijo Gil Díaz. "Me hubiera gustado que (los diputados) la hubieran aprobado en abril, pero espero que en el curso del año, ojalá sea antes de que termine noviembre, tendremos aprobada una reforma fiscal", afirmó el funcionario.
El titular de Hacienda confirmó que la reforma tributaria que aprobará el Congreso contendrá cambios respecto de la propuesta original del Ejecutivo, que incluía entre sus principales puntos eliminar la exención del pago del impuesto al valor agregado (IVA) en alimentos, medicinas, libros y colegiaturas, así como reducir la tasa máxima del impuesto sobre la renta de empresas y personas de 40 a 35 por ciento.
El secretario Gil Díaz fue ayer el primer orador en una larga jornada de la 19 Conferencia Monetaria del Cato Institute, un grupo privado de análisis con sede en Washington. El acto, además del Cato Institute, fue patrocinado por Televisión Azteca, la revista británica The Economist y la firma financiera UBS.
Aun con la confianza expresada sobre una eventual aprobación de la reforma fiscal antes de que concluya el próximo mes, Gil Díaz dejó claro que si el proceso legislativo se demora más allá de noviembre el gobierno federal presentará al Congreso una propuesta de presupuesto federal para 2002 sin considerar los recursos que el fisco obtendría con la modificación legal.
El 15 de noviembre vence el plazo legal que tiene el gobierno federal para presentar al Congreso el paquete económico para el próximo año, que incluye los Criterios generales de política económica, además del Presupuesto de Egresos de la Federación y la Ley de Ingresos. La administración del presidente Vicente Fox espera que su propuesta de reforma tributaria genere el próximo año recursos adicionales por 130 mil millones de pesos.
En todo caso, Gil Díaz dejó claro que incluso sin reforma fiscal el gobierno federal mantendrá el próximo año un presupuesto equilibrado, sin incurrir en déficits significativos. Para 2001, se espera un déficit fiscal equivalente a 0.65 por ciento del producto interno bruto.
Hace apenas una semana, la administración del presidente Fox causó enojo entre legisladores de todos los partidos después que, durante una gira por Europa, el coordinador de Políticas Públicas de la Presidencia, Eduardo Sojo, aseguró que la reforma tributaria sería aprobada por el Congreso en "unas dos semanas".