MIERCOLES Ť 24 Ť OCTUBRE Ť 2001
 
Ť Gastamos hasta 20 veces más que el premio que recibe la ganadora, señalan

La vanidad, más que el dinero, lleva a las fisicoconstructivistas a desarrollar los músculos

Ť Nos pasamos todo el año con dietas de faquir por sólo 10 minutos arriba de una pasarela, coinciden Almela, Bermúdez y Ayala Ť Desinflar músculos, la gran proeza, advierten

JORGE SEPULVEDA MARIN/ II Y ULTIMA

Los músculos son una parte del cuerpo que con ejercicio e ingesta adecuada de proteínas y complementos alimenticios, así como vitamínicos, se desarrollan más.

Sin embargo, si los físicoconstructivitas consumen también anabólicos-esteroides y anfetaminas y hormonas, el incremento de masa muscular será más rápido y puede llegarse a perder el control.
FISICULTURISMO-1
Esta es la voz común entre quienes se dedican a tener cuerpos muy desarrollados, de grandes músculos, con ayuda.

La opinión médica de Jorge Ernesto Avendaño, con 18 años de experiencia en este campo, señala que es por demás sabido entre los pesistas que a la larga les hará daño ingerir algunas sustancias dopantes, como anabólicos, hormonas y algunos otros productos considerados "apoyo necesario", aunque de momento los hacen sentir bien porque les procuran ventaja ante otros competidores.

Y es que la vanidad es uno de los grandes motivos de las fisicoconstructivistas para desarrollar el cuerpo.

Quieren verse y sentirse bien, y si pueden ayudarse con algo para acortar su camino al máximo desarrollo lo hacen y se arriesgan con tal de ganar, pese a que algunas desarrollarán vello como bigote o barba, se les engrosará la voz, las facciones de la cara se les harán más cuadradas y, en casos extremos, luego de algunos años puede llegar una muerte prematura.

Las competidoras Mónica Almela, campeona iberoamericana 2000, Lulú Bermúdez, monarca nacional durante siete años consecutivos, y Valeria Ayala, ganadora Miss Perfección en 2001, coinciden en que se pasan todo el año haciendo dietas tipo faquir ?comen lo estrictamente necesario?, privándose de fiestas, vida social y hasta hacen de lado a sus familias.

Lo anterior, con el fin de obtener sólo 10 minutos de gloria arriba de una pasarela con miles de aplausos y, si ganan, hacerse acreedoras a un premio de 3 mil pesos.

Admiten que ninguna de ellas ha participado por el interés de llevarse a casa el dinero, porque en un año de preparación invierten 10, 15 o hasta 20 veces más de lo que obtendrían económicamente.

En realidad, lo hacen para saber que fueron las mejores de su categoría, para ser observadas en su máximo desarrollo y porque es su diversión, no su obligación, ya que quien así lo sienta seguramente no llegará a la cúspide.

Las entrevistadas muestran su desacuerdo en que se les pague menos a las fisicoconstructivistas, ya que tanto trabajo les cuesta a ellas como a los hombres llegar a ser las mejores. Sin embargo, reciben una paga menor, cuando en casi todos los deportes se premia por igual a ambas ramas.

El regreso, igual o más difícil
pollo3
Las competidoras admiten que si les costó trabajo desarrollar sus músculos, lo mismo o más tendrán que hacer para "desinflarlos", pues deberán recorrer idéntico camino de regreso, sólo que en vez de "jalar" mucho deberán hacer las mismas repeticiones pero con menos peso.

Y si antes comían hasta seis veces al día ?en la etapa precompetitiva sólo pollo hervido y agua sin sales?, ahora podrán seguir igual, sólo que con otro tipo de alimentación que no las haga crecer tanto.

Otra alternativa, plantea Francisco Cabezas, presidente de la Federación Mexicana de Fisicoconstructivismo, es que entrenen ahora para participar como fitness, con lo que su labor será más ligera y lucirán muy hermosas, además de moverse con mayor seguridad; el medio ambiente que las rodea ya no será tan hostil como antes.

Mónica Almela y Lulú Bermúdez califican "el regreso" de mayor compromiso y sacrificio, ya que si antes las admiraban por estar desarrolladas y verse muy bien, ahora la obligación será mayor, porque si las ven sin músculos y con alguna gordura serán censuradas.

Así es que de nuevo se meterán a una autocompetencia, donde deberán lucir como siempre, pero con el cuerpo limpio de grasa.

Almela Lieja va más allá, al asegurar que en esta segunda etapa de sus vidas como fisicoconstructivistas es importante que la gente las vea como triunfadoras, como mujeres que además de poseer un cuerpo excepcional tienen una carrera, un negocio, que pueden vivir con lo que han logrado en su trayecto deportivo.

Además, demostrarán que no sólo son una cara y un cuerpo bonitos, sino que saben mantenerse con sus profesiones, que en su caso es la venta de complementos alimenticios.

Lulú Bermúdez y Valeria Ayala, ambas casadas con fisicoconstructivistas, son administradoras de sus gimnasios, donde cuidan que no se distorsione la preparación con el consumo de anabólicos esteroideos ni anfetaminas, como ocurre actualmente en varios lugares del Distrito Federal, acusa la segunda de ellas.

Los riesgos del dopaje

Ayala dice que en varios gimnasios de pesas de la ciudad de México se venden las sustancias mencionadas y se recomienda su consumo ?no da nombres ni direcciones?, por lo que exige que se haga una investigación a fondo en las competencias del fisicoconstructivismo, lo cual siempre ha negado Francisco Cabezas. Además pide exámenes sorpresa como se estila en otros deportes, para evitar daños a los pesistas.

El galeno Avendaño Reyes advierte que si bien los anabólicos esteroideos son medicamentos empleados en personas de la tercera edad y en dosis pequeñas, debe reglamentarse su venta y su ingesta, porque de esa forma se evitarán grandes consumos.

Sugiere que deberá ponerse mayor atención en la mercancía procedente del exterior, ya que ni siquiera se sabe si sus permisos y contenidos están en orden.

Propone que los halteristas respeten el uso de aquellas sustancias, ya que si bien a algunos no les harán daño, a otros les ocasionarán cáncer, que puede llevarlos a la muerte o a padecer serios problemas de salud.