MIERCOLES Ť 24 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Desde los atentados en EU suman ya 2.5 millones los que han llegado
Niega Pakistán haber deportado a afganos
Ť Afirma que sólo devolvió a quienes han participado en protestas contra Estados Unidos
REUTERS, DPA, AFP Y AP
Islamabad, 23 de octubre. Pakistán negó hoy que haya expulsado a refugiados afganos, pero admitió que ha deportado a aquellos que han participado en manifestaciones contra los ataques de Estados Unidos sobre Afganistán, y criticó a la comunidad internacional por su indiferencia sobre este problema.
En paralelo, aliados musulmanes de Estados Unidos, como Indonesia y Pakistán, llamaron a Washington a terminar ya su campaña de ataques contra el país centroasiático antes del mes sagrado del Ramadán el 17 de noviembre, al advertir que esto puede desatar una mayor ira contra los agresores.
El ministro paquistaní Abbas Sarafaraz Khan reconoció que han expulsado a afganos que participan en huelgas que afectan la ley y el orden, y las deportaciones se elevan hasta la fecha a unas mil 300 personas.
Aun cuando las fronteras con Afganistán se mantienen cerradas, se ha permitido la entrada de muchas personas entre las que destacan mujeres, niños y ancianos, señaló un vocero de la cancillería.
Pero el hecho es que hasta la fecha asciende ya a 2.5 millones el número de refugiados, y desde los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos se contabilizó el ingreso de unos 50 mil refugiados.
Al criticar a la comunidad internacional por lo que calificó como "indiferencia" ante al creciente flujo de refugiados, Khan se preguntó qué hará el Alto Comisionado de Naciones Unidas para establecer campamentos y atender los miles de refugiados afganos que siguen llegando a Pakistán.
Ante el creciente flujo en el puesto fronterizo paquistaní de Chamán, Kabul acordó con Islamabad levantar campos de refugiados en territorio afgano para aliviar la situación de las personas que se agolpan a lo largo de la frontera entre ambos países.
Mientras, el régimen paquistaní reprimió este día a bastonazos una marcha de militantes islámicos en contra de la presencia militar estadunidense en Pakistán, que amenazaban con irrumpir en una base paquistaní utilizada por Estados Unidos para agredir a Afganistán, con saldo de 14 heridos y un centenar de detenidos.
La represión se produjo en Jacobabad, cuando los manifestantes del partido Jamaat-e-Islamic coreaban "Osama es nuestro héroe" y "Estados Unidos debe parar las atrocidades contra Afganistán".
El líder partidista Qazi Hussain Ahmed, a quien no se le permitió participar en la protesta, amenazó con encabezar una gran marcha en Islamabad para derrocar al régimen militar paquistaní.
"Emocionalmente será, creo yo, explosivo... si se continúa con las acciones militares en Afganistán" durante el Ramadán, señaló el ministro indonesio de Relaciones Exteriores, Hasan Wirayuda.
En términos similares se pronunció el presidente paquistaní, Pervez Musaharraf, quien advirtió sobre una fuerte reacción musulmana si continúan los ataques en el Ramadán, por lo que abogó para que en esa fecha acabe la campaña y haya calma.
"Llamo al presidente Bush y a los dirigentes de la coalición antiterrorista a revisar su decisión sobre la continuación de los bombardeos en Afganistán durante el mes del Ramadán", por ser una fecha sagrada para los musulmanes, indicó desde El Cairo el jeque Fauzi al Zefasaf, presidente del comité para el diálogo entre las religiones monoteístas de la Universidad de Al Azhar, la más influyente autoridad sunnita.
Y mientras Estados Unidos anunció una ayuda suplementaria de unos 26 millones de dólares a los afganos para antes del in-vierno, Rusia envió 50 toneladas de ayuda a Afganistán a través de Tadjikistán, cuya zona es dominada por la oposición afgana.
A su vez, el Banco Mundial autorizó un crédito de 300 millones de dólares para Pakistán en apoyo a su sistema bancario y un plan de privatización, de cara a las promesas estadunidenses y su respaldo a las operaciones militares contra Afganistán.