MIERCOLES Ť 24 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Comandos de oposición se mantienen varados cerca de Mazar-e-Sharif
Confirma la ONU que aviones de EU destruyeron un hospital militar en Herat y que peligran civiles
Ť Continúan los bombardeos en las afueras de Kabul para respaldar a la Alianza del Norte
AFP, DPA, PL Y REUTERS
Kabul, miercoles 24 de octubre. Estados Unidos continuó los bombardeos de día y de noche sobre Kabul, Kandahar, Herat y en torno a Mazar-e-Sharif, donde la oposición se mantiene inmovilizada, mientras Naciones Unidas confirmó informes del talibán de que los aviones estadunidenses destruyeron un hospital militar en las afueras del Herat, y afirmó que las zonas civiles de Kabul se volvieron peligrosas ante los ataques.
La aviación estadunidense lanzó ataques desde las seis de la mañana del martes sobre Kabul, aunque luego se centró contra el frente norte del talibán en las afueras de la capital, por tercer día consecutivo, en un afán por respaldar a la opositora Alianza del Norte. Por la noche lanzó nuevas bombazos sobre la ciudad y los continuó en la madrugada del miércoles.
Los ataques se dirigieron contra un supuesto bastión de seguidores de Osama Bin Laden al norte de Kabul, en la aldea de Uzbashi. Según un vocero opositor, allí habría un campamento de Al Qaeda y se cree que en la zona el núcleo de las fuerzas talibán estaría formado por combatientes árabes.
Las fuerzas afganas respondieron ante los ataques estadunidenses disparando contra sus enemigos de la Alianza del Norte al accionar cohetes, morteros y artillería, a unos 50 kilómetros al norte de Kabul, cuyo resultado fue de un civil muerto y otros 14 heridos en Charikar, dominado por los opositores. Allí el talibán reforzó sus posiciones y las acercó a los opositores para confundir a la aviación estadunidense.
En cuanto a las explosiones que se escucharon dentro y fuera de Kabul, en el norte y nordeste y cerca del aeropuerto, en sucesivas incursiones que se presentaron, las baterías antiaéreas volvieron a disparar en forma intermitente.
En Karachi, una fuente del grupo radical islámico paquistaní Harakat ul Mujaidín afirmó que 35 de sus miembros murieron en los bombardeos del lunes en Kabul, cuando esos combatientes que habían ido a participar en la jihad estaban en su residencia. Al grupo en cuestión se le atribuyen lazos con Bin Laden.
Pero la oposición armada no pudo ocultar su frustración al considerar los ataques estadunidenses de "limitados", según el comandante Esmarai, quien dijo que además los talibán reforzaron sus posiciones con más de mil hombres en torno a la base aérea de Bagram, en una táctica para evitar bajas.
"Sólo lanzan bombas y varias nos caen encima", se quejó el responsable militar opositor en Qalai Zahir, Amir Abdul Wahid, tras el error estadunidense de la víspera al ser atacados ellos mismos por los bombardeos aéreos. "Los estadunidenses deberían darnos la mitad del dinero que están gastando y mañana no habría más talibán", afirmó.
Los bombardeos en el norte y sur de Afganistán dejaron en las últimas 24 horas un saldo de 70 civiles muertos, de los cuales 35 perecieron en Kandahar, 30 en el distrito provincial de Damaan y cinco en Herat. Además, los estadunidenses atacaron un convoy de camiones cisterna que transportaba petróleo, cerca de Kandahar, y provocaron la muerte de cinco transportistas.
Este martes una bomba que cayó en la ciudad de Herat destruyó una mezquita, matando a unos 15 fieles e hiriendo a varios más. La agencia oficial Bajtar indicó que otras 15 personas murieron en los ataques de la noche pasada sobre la localidad, en cuyas afueras la víspera fue demolido por los bombardeos un hospital militar, como confirmó la ONU y que según el talibán causó 100 muertos.
La vocera de la ONU en Islamabad, Stephanie Bunker, indicó que los informes recibidos señalan que se trataba de un hospital militar y que fue totalmente destruido el lunes, aunque declinó informar sobre el eventual número de víctimas. Otras fuentes señalaban que el nosocomio habría sido una institución de ancianos, sin que esto se confirmara plenamente.
La vocera admitió que las zonas civiles en Kabul se han vuelto peligrosas ante el desplazamiento de las fuerzas talibán por el área, pues varias bombas cayeron en puntos residenciales como Jair Jana, cercanas a centros médicos y alimenticios, así como en la zona residencial de Macroyan.
Con lo anterior la vocera pareció sugerir que los ataques son lanzados sobre cualquier zona civil, obedeciendo sólo al paso de los talibán.
Los aviones de combate estadunidenses lanzaron nuevamente fuertes ataques sobre posiciones de la milicia gobernante en los frentes de las norteñas provincias de Balkh y Samangan, haciéndolos coincidir con una ofensiva de la Alianza del Norte que atacaba cerca de Dara-e-Sauf, pero fue rechazada por los talibanes.
El comandante opositor Mohammad Atta también confirmó que los aviones estadunidenses atacaron posiciones del talibán en Keshendé, a 70 kilómetros de la estratégica ciudad norte de Mazar-e-Shairf, en lo que fue un "ataque aire-tierra" coordinado y emprendido después de que la milicia repelió una ofensiva opositora nocturna.
Los reportes indican que en los últimos días Estados Unidos ha cambiado su estrategia, al sacar aviones que atacaban zonas urbanas para enviarlos a hostigar las posiciones del talibán y Al Qaeda, y cuyo objetivo sería que la Alianza del Norte avance hacia Kabul y Mazar-e-Sharif para quebrar la resistencia de la milicia gobernante.
El ex ministro de Defensa del anterior régimen afgano pro soviético, Shah Nawaz Tanai, declaró en una entrevista con el diario paquistaní The News que Estados Unidos no podrá derrotar al talibán sin lanzar una operación terrestre a gran escala, que significaría el despliegue de por lo menos unos 100 mil soldados.
Apuntó que si bien Estados Unidos tiene una superioridad inconmensurable en términos de armamento y tecnología, subrayó que los talibanes tienen la ventaja de luchar en su tierra, de contar con 25 años de experiencia guerrillera y de tener "por encima de todo, el arma de la fe". Recordó que los soviéticos fracasaron también en sus acciones de comandos frente a guerrillas, en los años 80.
Mientras, el régimen talibán anunció la quema por la población de la propaganda lanzada por Estados Unidos y reportaba la detención de un periodista japonés en Kunar. El vocero Amir Khan Muttaqi criticó a los organismos de derechos humanos por guardar silencio ante la muerte de civiles inocentes todos los días.