MARTES Ť 23 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Presentará bancada priísta una queja ante la CDHDF
Quintero anuncia movilizaciones en rechazo a la decisión del gobierno
MARIA ESTHER IBARRA Y BERTHA TERESA RAMIREZ
La decisión final de construir el nuevo aeropuerto en Texcoco dividió a los coordinadores de PRD y PAN en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), mientras que la del PRI evadió a la prensa.
El perredista Armando Quintero anunció movilizaciones ciudadanas en rechazo y advirtió que se interpondrá controversia constitucional ante la Corte, mientras que la panista Patricia Garduño calificó la determinación de "acertada", y llamó a todas las fuerzas políticas en ese órgano legislativo a "respetar y respaldar" la disposición dada a conocer por el secretario de Comunicaciones y Transportes (STC), Pedro Cerisola.
El dirigente capitalino del PAN, José Luis Luege Tamargo, respetó la decisión gubernamental, pero solicitó que se den las garantías necesarias para que se obtengan recursos económicos suficientes destinados a la reactivar el Plan Lago de Texcoco.
La postura de la coordinadora del PAN trastocó un acuerdo que firmó con PRD y PRI, mediante el cual las fuerzas políticas en la ALDF, a través de la Comisión de Gobierno, decidieron oponerse a que la terminal aérea se construyera en Texcoco.
Más allá del papel, los coordinadores y dirigentes locales de esos tres partidos políticos acudieron a diversas reuniones, la última apenas un par de semanas atrás, con los secretarios de Gobernación y Comunicaciones y Transportes, Santiago Creel y Pedro Cerisola, a quienes les refrendaron su rechazo conjunto hacia Texcoco.
De hecho para el PAN ese acuerdo le ocasionó que aflorara la división en el grupo legislativo, pues los diputados Jacobo Bonilla y Walter Widmer pasaron por alto la postura inicial de su coordinadora, y se pronunciaron abiertamente a favor del ex proyecto mexiquense. Llegaron incluso a organizar tours con los reporteros de la "fuente", a quienes llevaron a sobrevolar ese lugar para que constataran los beneficios de construir ahí la nueva terminal.
"Vean, teníamos razón", festejó un sonriente Jacobo Bonilla ante reporteros que lo interrogaron ayer por la decisión del gobierno federal. Al parecer, seis diputados locales, de los 17 de la bancada del PAN, sabían desde el domingo que sería Texcoco, pues acordaron junto con el priísta Edmundo Delgado y el del PVEM, Arnold Ricalde, otorgar un "voto de confianza" a Vicente Fox en torno al lugar final.
La coordinadora Patrica Garduño dijo estar segura de que se tomaron en cuenta todas las opiniones técnicas de los especialistas en la materia. De igual modo descartó que su cambio de postura fuera a ocasionar división entre su bancada, al recordarle que se tenía un acuerdo de los panistas de oponerse a ese sitio.
"Son cuestiones opinables", dijo en entrevista en sus oficinas, y confió en que el problema hidrológico para la ciudad de México que pudiera derivarse de esta decisión tendrá que ser atendido de manera conjunta por las autoridades locales, federales y del estado de México.
El perredista Armando Quintero advirtió que el grupo legislativo y el PRD lucharán política, jurídica y socialmente para que el gobierno federal dé marcha atrás a un "claro jugoso negocio", que se hará con cargo a la ciudadanía y sin importar que se "arruine" el actual aeropuerto capitalino, cuya cancelación implicará un costo de entre 4 y 5 millones de dólares en un país de pobres.
Por eso insistió que en los próximos días convocarán a la población a movilizaciones públicas en contra de la decisión, aparte de interponer una controversia constitucional cuando se dé el proceso de licitación, debido al daño que se le está causando a la ciudad de México, no sólo en lo económico, sino también en cuestiones ambientales.
Esta postura fue apoyada por el vocero de los diputados locales, Alejandro Sánchez Camacho, quien por la mañana acudió a la sede del gobierno capitalino e informó que enviarán un punto de acuerdo a la Cámara de Diputados para que todas las fuerzas políticas exhorten al jefe del Ejecutivo federal a rectificar su decisión. Por lo pronto, anticipó que una de las primeras manifestaciones la harán ante la STC.
Quien no dio señales fue la priísta María de los Angeles Moreno, quien después de tener en guardia por dos horas a los reporteros salió por el elevador privado del edificio alterno de la ALDF en el Zócalo capitalino. Se mencionó como motivo sus "múltiples compromisos", aunque éstos no le impidieron conceder una entrevista a un canal de televisión por cable.
En el ínter se distribuyó la versión de una conferencia para dar a conocer la "posición" de la bancada del PRI, en la que se calificó la decisión de "muy lamentable", y se hizo el anuncio de interponer, el lunes próximo, una queja en la Comisión de Humanos del Distrito Federal, a fin de que este órgano emita una recomendación dado que "nunca encontraron (las autoridades federales) los mínimos elementos para fundamentarla".