MARTES Ť 23 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Hasta el presidente Vicente Fox se encargó de enfriar o calentar el tema

La decisión sobre el nuevo aeropuerto, tras enfrentamientos, cabildeos y especulaciones

VICTOR CARDOSO

Cuando el jaloneo político en torno a la ubicación del nuevo aeropuerto internacional de la ciudad de México comenzó a tomar cariz de enfrentamiento, el presidente Vicente Fox trató de calmar los ánimos en los estados de Hidalgo y México, y declaró que la decisión se llevaría "todo el sexenio", aun cuando el proceso completaba su tercera década de discusión y análisis.

Finalmente ayer se dio a conocer la decisión largamente esperada, tras un amplio despliegue publicitario de los gobiernos de las dos entidades.

La discusión por el nuevo aeropuerto estuvo caracterizada por frases publicitarias como el eslogan gubernamental "una decisión con los pies en la tierra", y la del secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, de que ninguna opción "está libre de pecado".

Todos opinaron, aunque oficialmente la decisión estuvo basada en rigurosos análisis científicos, técnicos, ecológicos, económicos y sociales, y después de que en marzo pasado expertos presentaron a diputados y senadores, en una reunión en la que estuvo Pedro Cerisola, estudios que favorecían la opción de Texcoco.

"Es una decisión que hay que tomar basada en los hechos, en las realidades, en los rendimientos y en el mejor resultado para nuestro país", declaró el presidente Vicente Fox un mes antes, el 14 de febrero, en Tizayuca, Hidalgo, durante una reunión con el sector empresarial de la entidad.

El mismo Presidente se encargó de enfriar o calentar el asunto. Al clausurar el primer foro de legisladores del PAN, en Puerto Vallarta, el pasado 25 de agosto, confió a los integrantes de su partido que la decisión "se va a llevar todo el sexenio".

Apenas la semana anterior, durante su gira por Europa, declaró que su gobierno daría a conocer finalmente la ubicación del nuevo aeropuerto el viernes pasado.

A raíz de esa declaración el secretario de Comunicaciones y Transportes tuvo que desmentir al mandatario y en Cancún, luego de inaugurar el 32 congreso mundial de la Asociación Internacional de Ejecutivos de Finanzas, declaró a la prensa que desconocía si sería el viernes cuando se hiciera el anuncio.

Casi desde su llegada a la SCT, en diciembre de 2000, Cerisola y Weber se comprometió a que en junio de 2001 se tendrían los estudios completos para tomar la decisión. Pasó el tiempo y a finales de ese mes dijo que sería en julio. Ese mismo mes señaló que "será a finales de agosto o a principios de septiembre". El 9 de agosto aseveró que después de tener los estudios "me tardaré tres semanas para integrar la recomendación definitiva". Pero finalmente, para acabar con el apremio, el funcionario expresó que las fechas las había puesto la prensa y no él. No obstante, apuntó que sería en la primera semana de octubre. Pasó la fecha y la decisión seguía sin llegar.

Mientras tanto, las presiones arreciaban y otras personalidades opinaban. Cuauhtémoc Cárdenas expresó: "Ni Tizayuca ni Texcoco. Hay que ampliar el aeropuerto actual". Andrés Manuel López Obrador, por su parte, dijo que "no se bajará la cabeza", ante la inminente decisión de que sería en Texcoco. María de Los Angeles Moreno, diputada priísta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, se manifestó en contra de Texcoco: "Los órganos de gobierno de la ciudad recurrirán a frentes de defensa jurídica".