MARTES Ť 23 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť En la primera fase se invertirán 18 mil millones de pesos, afirma la SCT

Se construirá en Texcoco el nuevo aeropuerto

Ť Expropiarán 4 mil 500 hectáreas de terrenos Ť El proyecto se financiará 75 por ciento con capital privado y el resto será participación del gobierno, asegura Cerisola

PATRICIA MUÑOZ RIOS

El gobierno federal decidió que el nuevo aeropuerto internacional se construirá en Texcoco, ya que "presenta la mejor viabilidad aeronáutica, ambiental, técnica, urbana y financiera", anunció ayer el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola y Weber.

El proyecto, aseguró, requerirá en su primera fase de una inversión de 18 mil millones de pesos, "40 por ciento más barato que la otra opción, que era en Hidalgo", así como la expropiación de 4 mil 500 hectáreas de terrenos, la mayoría ejidales.

El decreto expropiatorio se oficializó ayer mismo y se calcula pagar indemnizaciones a los ejidatarios y pequeños propietarios por 800 millones de pesos, puntualizó el funcionario, y explicó que el proyecto "nacerá privatizado", pues se financiará 75 por ciento con capital privado y 25 por ciento será participación gubernamental. Se permitirá, dijo, la entrada de inversionistas extranjeros "hasta en 49 por ciento en forma directa y 100 por ciento con autorización adicional".

Cerisola dio el polémico anuncio en conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado por los especialistas que intervinieron en los estudios, así como por el director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Ernesto Velasco, y el presidente de la Cámara Nacional de Aerotransporte, Fernando Flores, entre otros. Habrá un solo aeropuerto para el valle de México, que será el de Texcoco, pues el actual desaparecerá. Además, senaló, no se tiene contemplada una tercera terminal en Tizayuca.

Diálogo para convencer

cerisola_aeropuertoA los opositores de este proyecto se les convencerá a "base de diálogo", aunque no presentaron argumentos para demostrar que su opción era mejor, sostuvo el secretario, y añadió que durante cinco sexenios se ha pospuesto la decisión de construir la nueva terminal y sería más fácil ahora diferir esta determinación "para evitar la confrontación y la controversia", pero también sería una irresponsabilidad, pues el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) ya llegó al límite de operaciones, está saturado y "no se ha colapsado de milagro".

Respecto al futuro del aeropuerto de la ciudad de México, expuso que se estudiará cómo aprovechar esta área, pero "no será un elefante blanco". Se le buscará una opción de uso social y comercial que le convenga a la capital del país. En este sentido, definió: "Para el rescate de la actual terminal se buscará un proyecto que sea una mezcla de Bosque de Chapultepec y Santa Fe, donde se pueda tener una recuperación económica y ambiental para la ciudad".

En 2002 comenzará la construcción

Al sostener que según estimaciones la construcción de la nueva terminal comenzará el próximo año ?tercer trimestre de 2002?, y que se prevé terminar la primera etapa al final del sexenio, Cerisola refirió que la decisión final sobre la ubicación del puerto aéreo se tomó el pasado domingo, cuando se le presentaron los resultados al presidente Vicente Fox. En este sentido, precisó: "Yo estuve realmente seguro (de que la decisión era a favor de Texcoco) hasta ayer, cuando tuve oportunidad de platicar con el Presidente".

Los argumentos

Las conclusiones generales presentadas a Fox fueron las siguientes: primero, que ambos sitios eran viables, pues ninguno de los dos presentaba problemas sin solución posible. Segundo, que para una mayor confiabilidad en las operaciones de vuelo, una mayor economía de escala en el manejo de personal, equipo de vuelo, programación de itinerarios y conexiones de pasajeros, es mucho mejor tener una terminal integrada que evite la pérdida de tiempo en conexiones y consecuentemente la cancelación de vuelos, por lo que la mejor opción era Texcoco. En tercer lugar, que tanto por inversión inicial como por costos de operación económica también la mejor opción era Texcoco, reveló el funcionario.

Desde su punto de vista, la decisión gubernamental está sustentada en elementos objetivos y demostrables, no de carácter político, y para ello presentó un video en el que los varios expertos hablaban de qué opción era mejor en cada rubro de estudio.

Siguen los concursos

El titular de la SCT explicó que ahora lo dependencia se abocará a trabajar con otros grupos de profesionales "en la mejor forma de hacer los concursos de los proyectos, desde el plan maestro, cada uno de los proyectos arquitectónicos y los proyectos de ingeniería, de tal forma que se pueda contar con toda la capacidad nacional e internacional y se pueda no solamente garantizar la mejor decisión en cuanto a la ubicación, sino el mejor aeropuerto que pueda haber en el mundo".

De hecho -agregó-, ya arrancamos y ahora se empezará a trabajar con los colegios de arquitectos, de ingenieros y de urbanistas, para poder comenzar a ver de qué forma se pueden conducir los concursos. Se creará, dijo, un comité técnico en el que estarán representadas las dependencias que trabajaron en el proceso, y en el que obviamente tendrán una silla la Semarnat, la Sedesol y la Reforma Agraria, además de todos los sectores involucrados.

De las licitaciones

Una vez que se tenga todo el plan maestro -continuó- se van someter a concurso los proyectos para definir cuál es el mejor para el país, y posteriormente las obras a través de "licitaciones públicas de tipo internacional, que serán supervisadas por observadores internacionales que garanticen la transparencia de las mismas". También tendrán una amplia participación los ingenieros, urbanistas y arquitectos mexicanos, añadió.

Incluso, en caso de que el concurso fuera ganado en el aspecto arquitectónico o de ingeniería por algún despacho extranjero, se buscará que se asocie con empresarios mexicanos. La licitación de las obras, aseguró, también será de tipo internacional, pero favoreciendo obviamente a las constructoras nacionales.

Una vez que esté terminado la primera parte del aeropuerto, se licitará la administración del mismo. Se van a tener varias concesiones: una será sobre las terminales de carga, otra sobre las terminales de pasajeros, otra para el área de aviación general y una más para las de hoteles.

El cálculo inicial es que la construcción del aeropuerto llevará entre tres y cinco años, "dependiendo de las complicaciones que pueda haber y de la disponibilidad presupuestal que pueda existir, pero no se llevará más de cinco años la inauguración de la terminal, pues se tendrá que analizar qué aportaciones tendrá el gobierno federal y si parte de estos recursos saldrán incluso de los flujos generados por el aeropuerto de la ciudad de México".

Los grupos interesados en el proyecto

Aseguró que a pesar de los problemas de recesión, hay inversionistas interesados en participar en el proyecto.

Al respecto, el subsecretario de Comunicaciones, Aarón Dycther, comentó que entre los grupos mexicanos interesados en la construcción del nuevo aeropuerto se encuentran ICA, de Bernardo Quintana; Gutsa, de la familia Gutiérrez Cortina, y el Grupo Martínez Hermanos. Además, en cuanto a los grupos interesados en lograr la concesión para la operación aeroportuaria, se encuentran el British Airport y el aeropuerto de Francfort.

El funcionario expuso que de las 4 mil 500 hectáreas expropiadas más de 90 por ciento corresponden a terrenos ejidales, y que las indemnizaciones se empezarán a pagar "ya" con fondos de las Secretaría de Comunicaciones y de la Semarnap.

Añadió que probablemente tendría que haber una ampliación presupuestal para apoyar el arranque del proyecto y que en éste tendrán que participar diversos organismos y dependencias, pues se requerirá de obras iniciales de vialidad y drenaje. Además, aseguró que el proyecto no cancela el del tren suburbano y que las pistas no se van a hacer sobre las parcelas, sino sobre la zona lacustre, que es "totalmente impermeable". No es tierra que esté siendo utilizada en la agricultura. En total, de las más de 14 mil hectáreas de terreno que conforman la zona, sólo se utilizarán 4 mil 500 para el aeropuerto. En mil 500 héctareas estarían los edificios, plataformas y en el resto se tendrían las áreas operacionales.

No hay conflicto de intereses: ASA

Por su parte, el director de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, Ernesto Velasco, apuntó que no hay conflicto de intereses entre la actual terminal y el nuevo proyecto, y que se podrán conjuntar la operación normal y la construcción. Incluso, dijo, se estima que parte de los recursos que genera esta actividad serán destinados para apoyar el Plan Texcoco.

En el mismo tono, el presidente de la Cámara Nacional de Aerotransporte y director general de Mexicana de Aviación, Fernando Flores, expuso que para la aviación comercial, que comprende 52 aerolíneas nacionales y extranjeras, la decisión de que sea un solo aeropuerto en el que se conjunten las operaciones domésticas e internacionales es la adecuada, ya que de lo contrario "las aerolíneas se hubieran negado a operar en dos aeropuertos, en función de la duplicación de gastos en personal, oficinas y otros factores inherentes al manejo de dos terminales".

Además, añadió, se tenían que considerar las molestias y problemas de logística para los pasajeros internacionales y nacionales, lo que hubiera representado tener que desplazarse de un aeropuerto a otro, así como la afectación en los vuelos de conexión, que en México representan un 30 por ciento de las operaciones totales. Para este organismo, la decisión del gobierno federal "fue acertada y se basó únicamente en criterios técnicos, operativos y de servicio a los usuarios".