Lunes en la Ciencia, 22 de octubre del 2001
Respuesta de Hollywood ante la realidad del carbunco Tecnología, subdesarrollo y terrorismo Victoriano Garza Almanza A raíz de los atentados terroristas contra el World Trade Center y el Pentágono y el desplome intencional de un avión en Pittsburgh, el pasado 11 de septiembre, y después de la declaración de guerra del presidente George Bush contra el terrorismo mundial, comenzaron a registrarse una serie de casos de ántrax en humanos en Estados Unidos, y que al momento de escribir este texto (jueves pasado) ya se habían extendido a Kenia. Las personas con ántrax ųuna murió, otras fueron hospitalizadas y otras más puestas bajo vigilancia médicaų, estuvieron expuestas a un material polvoso contenido en la correspondencia que recibieron o manipularon. Dicho material contenía Bacillus anthracis, agente causal del ántrax. Y aunque no existen pruebas, se estima que se trató de un golpe bioterrorista realizado por los mismos que atacaron a Estados Unidos el 11 de septiembre. Como parte de su respuesta contra el terrorismo, el gobierno de Estados Unidos hizo un llamado a las mentes creativas de Hollywood, durante la segunda semana de octubre, para que ayudaran al país con sus ideas. Les pidió que imaginaran las mil y una maneras que los terroristas podrían utilizar para sembrar la anarquía, el daño y el miedo en la sociedad. En teoría, la propuesta tiene sentido; pero en la práctica, con los lamentables sucesos de las Torres Gemelas y la dispersión intencional del ántrax, está demostrado que la realidad rebasa las quimeras futuristas del "mundo feliz" de Huxley o las ilusiones del "sueño americano". Y esto se debe, en buena medida, a que la educación y formación profesional de los creadores de Hollywood está hecha en una dimensión social de dominio plenipotenciario, de paz y bienestar internos, y en un contexto de descubrimiento y progreso tecnológico, antípoda, todo esto, de la dimensión formativa (o deformativa) del tercermundista, sobreviviente de la precariedad, la enfermedad y el hambre, en un contexto de asedio y violencia cotidianos, como la existente en los países en vías de desarrollo. Si como lo manifestó el Banco Interamericano del Desarrollo, que 100 años de avances científicos y tecnológicos separan a Latinoamérica del primer mundo, entonces, dadas las condiciones miserables de numerosos países africanos y del oriente, Ƒcuantos siglos están retrasados los países más pobres del planeta respecto al adelanto europeo y de EU? De tal manera, las vías de ataque terrorista que los de Hollywood puedan talentosamente imaginar, para el terrorista estratega podrán ser alternativas poco pensables y menos factibles de realizar. Por el contrario, las ideas ofensivas del terrorista tercer-mundista podrán ser vías invisibles o poco detectables a la mente ilusionista del guionista cinematográfico. Un ejemplo. ƑPodrían los ingenieros de Hollywood ųacostumbrados a resolver todo con cientos de millones de dolaresų darle servicio y mantener funcionando una flota vehicular de los 50 sin que se les permitiera comprar refacciones nuevas cada vez que las necesitaran? ƑPodrían idear sustitutos para cada una de las refacciones de esos autos? Eso lo hicieron los cubanos, šni más ni menos que por 42 años!, y lo siguen haciendo. Los carburadores, las bujías, los filtros y todas esas cosas necesarias para el funcionamiento de los autos de hace medio siglo (que además ya no se fabrican en la actualidad), fueron sustituidas por artefactos hechizos manualmente y aún sin nombre en el diccionario. Y eso es tan sólo un ejemplo de cómo la imaginación del tercermundista responde a una situación problemática específica. Una mente brillante ųnacida, criada y educada en el primer mundoų, no tiene la misma perspectiva para la solución de ciertos problemas que una mente subdesarrollada que a diario lucha por sobrevivir en un ambiente hostil. A ese tipo de respuestas prácticas a problemas tecnológicos sesudos es a lo que en la frontera norte de México, específicamente en Ciudad Juárez, se le conoce como jale chicano o chicanada. Es decir, para quien no lo sabe, consiste en la sustitución de un artefacto caro, inalcanzable o inexistente, por otro inventado, diseñado y amañado por quien lo necesita. En esta lógica, no es de descartar el surgimiento de nuevas tácticas de ataque por parte de los terroristas, sorpresivas chicanadas letales o amedrentadoras que agarren fuera de base a las autoridades de Estados Unidos y a sus vecinos México y Canadá. Otra cosa en la que el primermundista piensa, o los analistas tercermundistas que tratan de emularlos, es que la supuesta intención de los terroristas es la de matar a miles de personas, pero que, por lo imposible, afortunadamente no ha sucedido así. Y ese es el asunto, la fortaleza del terrorismo con ántrax no reside en el número de víctimas mortales que causa, sino en los millones de bajas sicológicas que logra. Y esto es fácil de de ver. Los pocos casos de ántrax detectados están trastocando los sistemas de comunicaciones, provocan altibajos financieros, ocupan a miles de estrategas en su entendimiento, merman el pensamiento de los individuos, su seguridad en el trabajo, la tranquilidad de sus familias. Si el terrorismo sicológico dentro de Estados Unidos se sostiene a la par que los bombardeos en Afganistán y en otros sitios donde en el futuro decidan hacerlo, Ƒcuánto podrán vivir los estadunidenses en permanente estado de alerta contra las amenazas de lo desconocido? ƑCuanto podrán soportar la inseguridad y, sobre todo, la falta de confianza entre sí antes de que el estrés haga efecto? El autor es investigador del área de Salud Ambiental de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
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