LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001

Patrullas juveniles en Tláhuac

Entrenados por personal de la SSP, una veintena de niños y adolescentes realizan prácticas de defensa personal

SUSANA GONZALEZ G.

Desde hace casi un mes, una veintena de niños y adolescentes realizan prácticas de acondicionamiento físico, defensa personal y entrenamiento a rapel, así como de manejo de perros entrenados en el cuartel del agrupamiento Fuerza de Tarea, como parte de un proyecto piloto de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) "para reforzar los vínculos de la policía preventiva con la comunidad".

Denominado oficialmente Grupo de participación juvenil, el proyecto mantiene sólo a nivel coloquial su nombre inicial de Patrulla juvenil -omitido ahora por los funcionarios de la dependencia por las implicaciones que pueda sugerir- y está planeado para durar cuatro meses.

"De ninguna manera pretendemos formar 'niños policías'. Queremos que los menores tengan la idea de lo que es la prevención del delito y de las adicciones, que se conviertan en líderes de sus lugares, participen con la comunidad y vean al policía como un amigo y un elemento de apoyo", sentencia Faustino Gómez Lira, creador del proyecto y director de Fuerza de Tarea, uno de los agrupamientos especializados de la policía capitalina, cuyos integrantes son conocidos también como escudos o zorros.

Asimismo descarta que el entrenamiento físico que los niños reciben por parte de policías resulte contraproducente en su objetivo de prevenir la delincuencia: "no queremos crear niños agresivos, sino que contemplen el deporte como una actividad alterna a sus tareas escolares y familiares. Se les da policias_ninos_sa20hlo básico en defensa personal, no de ataque, y no se tiene contemplado enseñarles nada de manejo de armas".

La fase experimental del programa concluirá en enero del próximo año, y si luego de una evaluación es aprobado por la SSP, entonces se pensaría implantarlo en cada uno de los 70 sectores de la policía preventiva que ahora existen en todo el Distrito Federal.

Desde el tercer nivel de una construcción situada al fondo del cuartel que simula un edificio, Ana Peláez -quien tiene 11 años y cursa el quinto año de primaria- se lanza al vacío sujeta con arneses y cuerdas que controlan cuatro instructores a cargo de esta etapa del curso; la observan su hermano Adrián y el resto de sus compañeros, que esperan turno para hacer lo mismo.

Desde que tenía 9 años, dice Ana, decidió que sería policía; la misma respuesta dan al menos otros seis integrantes de este grupo juvenil, pero José Ricardo Olvera, de 13 años, quien vive en la colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, en Iztapalapa, acota: "pero no cualquier policía, sino de los grupos especiales, como los escudos".

Iris Cantú Olvera, la trabajadora social del agrupamiento y responsable del programa, precisa que 60 por ciento de los niños que fueron invitados a participar en el programa habitan en las colonias aledañas al cuartel de Fuerza de Tarea, localizado en las calles Leandro Valle y Piraña, en la colonia Del Mar, delegación Tláhuac, zona limítrofe con Xochimilco y muy cercana a Iztapalapa.

El resto son hijos o parientes de policías preventivos en activo. A todos los niños se les pidió como único requisito presentar una copia de su boleta de calificaciones, "no porque éstas fueran determinantes para aceptarlos, sino para saber cómo estaba su situación académica y asesorarlos en caso de que fueran mal".

Además los menores reciben talleres de prevención de adicciones y al final de cada jornada de entrenamiento -se realizan los sábados a partir de las diez de la mañana y hasta las 15 horas- salen organizados en brigadas a realizar limpieza de pintas en bardas y de basura en camellones y parques cercanos.

La mayoría de los integrantes del grupo son varones de entre 15 y 17 años y hay cinco niñas que siguen todo el entrenamiento programado. Tanto el jefe escudo como Cantú Olvera recuerdan que no es la primera vez que la policía capitalina trabaja con menores, ya que el agrupamiento ha organizado dos cursos de verano a los que acudieron 160 niños en el año 2000 y 180 en este año.

El jefe escudo dijo que en algunos estados fronterizos como Baja California y Nuevo León ya tenían experiencia al respecto "con resultados muy buenos, porque el niño participa mucho y tiene una imagen diferente del policía". La enseñanza también la tomó de Estados Unidos, en concreto de Nueva York, donde recientemente Gómez Lira recibió un curso en el Departamento de Estado de aquel país, enviado por la SSP.

Aunque no es nuestro objetivo principal, la vinculación entre la policía y los niños, que son la parte más vulnerable de la sociedad ante el delito, puede servir "para romper ese tabú y esa mala imagen que hay de los uniformados", mencionó Gómez Lira.

Sin embargo, aunque muchas de las actividades planeadas para el Grupo de Participación Juvenil son similares a las realizadas antes, la diferencia estriba en que ahora están enfocadas a la labor comunitaria, dijo la trabajadora social.

Ambos funcionarios no descartan que surjan críticas contra el proyecto, pero como no ha sido difundido por la SSP debido a que está en etapa experimental, legisladores y representantes de organizaciones de derechos humanos optaron por guardarse su opinión al respecto por no conocerlo.

No obstante, Dione Anguiano, diputada local por el PRD e integrante de la Comisión de Seguridad Pública de la ALDF, consideró que el Grupo de Participación Juvenil es "correcto" en tanto se trata de vincular a los niños con la policía y, a reserva de pedir más información al respecto, dijo que todo intento de prevención debe ser bienvenido, y qué mejor que se atienda a la población joven. Previó que con estos programas podría desarrollarse la policía de barrio.