LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001

REPORTAJE

Cesó a capacitadores y enfrenta dificultades económicas y de organización

Problemas en el IEE crea desconfianza para las elecciones en Puebla

El proceso electoral que culminará con las votaciones del 11 de noviembre para renovar el Congreso y 217 presidencias municipales se ha caracterizado principalmente por la desconfianza de la mayoría de los partidos de oposición hacia el Instituto Estatal Electoral (IEE). Este enfrenta problemas de organización, escasez de recursos económicos y ha sufrido la renuncia de algunos consejeros electorales de municipios y distritos que han cuestionado la capacidad del organismo de garantizar unos comicios trasparentes y sin conflictos.

LA JORNADA DE ORIENTE

Puebla, Pue., 21 de octubre. Con los comicios del 11 de noviembre habrán de renovarse los 217 ayuntamientos del estado y el Congreso local que está conformado por 39 diputados. Por primera vez se disputa la mayoría de la legislatura local, pues el PAN presentó candidatos en 204 municipios y considera tener posibilidades de ganar la mitad de los distritos electorales en los que se concentra la mayor parte del electorado.

El PRI ha reconocido que su reto es triunfar en los principales centros urbanos, como la capital y las ciudades de San Martín Texmelucan, Tehuacán y Atlixco. Estas tres últimas gobernadas por Acción Nacional.

A su vez, el PRD lucha por la supervivencia, ya que su nivel de preferencias electorales entre mayo y octubre descendió más de un tercio. El partido enfrenta un conflicto interno por el cual en la actualidad carece de dirigentes estatales, luego de que los anteriores directivos, Sixto González Benítez, Servando Galindo Ríos y Alejandro Camarillo Beristáin (que encabezaban una Comité Ejecutivo provisional) fueron destituidos, entre otros motivos, por haber malversado cuatro de seis millones de pesos que el IEE entregó de prerrogativas al partido para el gasto de campañas electorales.

La lucha por la capital

FOTOPUE3En lo que se refiere a la disputa por la capital, la lucha es cerrada entre el PRI y el PAN, y se estima que se definirá por un reducido margen de votos. El candidato panista a la alcaldía, Luis Paredes Moctezuma, ha insistido en mostrar unas encuestas en las que está a la cabeza en porcentajes que oscilan entre los 7 y los 13 puntos por encima de su contrincante del PRI, Carlos Alberto Julián y Nacer.

Los dirigentes del tricolor se han abstenido de hablar de cifras y únicamente han dicho que su partido ha logrado remontar la ventaja que llevaba el blanquiazul.

El candidato del PAN, Luis Paredes Moctezuma, es un empresario que de joven perteneció al Frente Universitario Anticomunista y se le asocia con los sectores más conservadores de Puebla. A principios de octubre, al presentar sus propuestas ante el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) -institución de la que fue expulsado como estudiante en 1972 por portación de arma de fuego- ofreció disculpas a quienes dañó durante las luchas entre grupos de izquierda y derecha de los años 70. También se ofreció a declarar ante el Ministerio Público en la investigación que recientemente se reabrió del ocaso del líder universitario, Joel Arriaga Navarro, quien en fue asesinado en 1972, año en que el panista salió de la UAP.

A su vez, el aspirante priísta, Carlos Alberto Julián y Nacer, en el sexenio pasado fue procurador de Justicia y al inicio del actual gobierno estatal estuvo al frente de la Secretaría de Gobernación. Su designación fue por medio de un par de encuestas: de la primera, que sirvió para reducir de seis a dos a los aspirantes, no se conoció el resultado y en la segunda, se dieron a conocer cifras muy escuetas. Por ello, en el proceso de selección interna del tricolor siempre se le consideró como "el candidato del gobernador Melquiades Morales" y su postulación se interpretó como una imposición.

Eduardo Ochoa Jiménez es un empresario dueño de una gasera y es totalmente ajeno al PRD, pero por decisión del Comité Ejecutivo Nacional perredista fue designado candidato a la alcaldía de Puebla, luego de que el grupo del diputado federal Luis Miguel Barbosa Huerta, quien es apoyado por el senador Jesús Ortega, impidió que la postulación recayera en la legisladora local, Susana Wuotto Cruz, que tenía el mejor posicionamiento y era vista con simpatía por sectores que tradicionalmente no apoyan a ese partido.

La guerra sucia

Las campañas han llegado al terreno de la guerra sucia.

Contra el PAN se han utilizado carteles y volantes apócrifos, en donde se distorsionan las propuestas de Luis Paredes. Por ejemplo, se falsificaron los anuncios que utiliza el panista para difundir su proyecto de construir un metro, y en lugar de mencionar que con este servicio de transporte se generarán miles empleos, se puso lo contrario, que se perderán miles de fuentes de trabajo. La dirigencia del blanquiazul ha acusado al PRI de haber fabricado es propaganda falsa.

De otra parte, el PAN presentó una denuncia penal contra el candidato priísta a diputado por el tercer distrito de Puebla, Javier López Zavala, ya que presuntamente está utilizando en su campaña recursos del DIF municipal, dependencia de la que fue director. Los panistas tienen un video en donde el priísta supuestamente está en la inauguración de una tienda de abasto popular que depende del ayuntamiento de la ciudad.

En contraparte, diputados federales del PRI, PRD, PVEM y el PT, suscribieron una carta solicitando a Francisco Barrio Terrazas, titular de Secodam, que inicie una investigación en contra Ana Teresa Aranda de Orea, directora del DIF nacional, pues supuestamente ha destinado recursos públicos a las campañas del PAN.

La efervescencia llegó a lo violento el jueves pasado: hubo un enfrentamiento a golpes entre priístas y panistas, cuando al parecer éstos descubrieron a los primeros colocando propagando apócrifa del PAN. Al día siguiente, se toparon miembros de las avanzadas de los candidatos a diputados Javier López Zavala, del PRI, y Martín Rojas de Acción Nacional, quienes también protagonizaron una riña en la vía pública.

La crisis del IEE

El Instituto Estatal Electoral es producto de una reforma electoral que se promulgó a fines de 2000. El IEE nació cuestionado pues sus consejeros lejos de reunir la condición de ciudadanos apartidistas fueron designados en una negociación entre las fracciones parlamentarias del PRI y el PAN. Al comenzar las funciones del IEE, el Tribunal Estatal Electoral removió a tres de cinco directores de área al no reunir los requisitos para ocupar esos puestos, lo que retrasó las labores del organismo.

NACERLos diputados mediante el nuevo Código Electoral establecieron un IEE con una estructura más grande que la extinta Comisión Estatal Electoral (CEE): ampliaron los plazos de los consejos distritales y municipales, aumentaron los salarios de los miembros del consejo general y el monto de las prerrogativas que se otorgan a los partidos políticos, pero no aumentaron el presupuesto, sino que le otorgaron los mismos recursos que estaban programados para la CEE.

En los consejos distritales y municipales hay múltiples protestas por el bajo monto de las dietas de perciben los consejeros, así como de carencias de vehículos, líneas telefónicas, papelería, tinta para impresoras, viáticos y vales de gasolina.

La situación se complicó cuando se despidieron a más de 150 auxiliares electorales, ya que se dificultó la labor de capacitación de los ciudadanos que serán funcionarios de casillas y se estima que la ausencia de ese personal podría provocar graves problemas de organización el día de los comicios, denunciaron consejeros distritales.

El problema de los recursos económicos inició desde que el IEE se retrasó varios meses en elaborar su presupuesto y cuando estuvo listo, a mediados de este año, se determinó que era necesario solicitar al gobierno una ampliación presupuestal de por lo menos 72 millones de pesos. En respuesta la secretaría de Finanzas únicamente otorgó 20 millones de pesos.

En tres ocasiones, consejeros distritales y municipales han acudido a las oficinas centrales del IEE a protestar por las carencias económicas. A principios de septiembre un numeroso grupo de encargados de órganos electorales volvieron a presentarse en el edificio del Instituto y después de que una comisión se entrevistó con el presidente del mismo, Alejandro Necoechea Gómez, quien determinó que no se puede solucionar la crisis económica del organismo, renunció Fidencio Aguilar Viques, encargado del consejo distrital de San Pedro Cholula, al indicar que no sería cómplice del fracaso del proceso electoral.

Días antes de este hecho, tres miembros del consejo general del IEE, Mario Iglesias García Teruel, José Manuel Rodoreda Artasánchez y Enrique Ramírez Valverde, habían denunciado que hay un ocultamiento de la información del instituto, por lo que ellos desconocían cuál es la situación real del organismo y si estaba en posibilidades de sacar adelante los comicios del 11 de noviembre.

Después de muchas presiones, la información les fue entregada, en la cual se determinó que con el despido de varios trabajadores y una serie de medidas de austeridad (como el recorte de salarios de consejeros y directivos de la estructura central del Instituto) el IEE cuentan con los recursos mínimos para garantizar el desarrollo de las votaciones.