LUNES Ť 22 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Indonesia y Malasia temen las consecuencias de los bombardeos estadunidenses
Sin aludir a las acciones en Afganistán, la APEC expresa solidaridad sin precedente a EU
Ť Putin respalda la incursión en ese país Ť "Progresos" en discusiones del ABM: Bush
AFP, AP, REUTERS Y DPA
Shanghai, 21 de octubre. El presidente George W. Bush obtuvo este domingo en Shan-ghai una declaración de solidaridad sin precedente de los países de la zona Asia Pacífico para su campaña antiterrorista, pero Rusia fue incluso más allá, otorgando a Estados Unidos un voto de confianza en su incursión militar en Afganistán.
En cambio, dos grandes naciones musulmanas manifestaron su temor a las consecuencias de los ataques estadunidenses si éstos prosiguen durante el mes sagrado de Ramadán.
El presidente ruso, Vladimir Putin, fue uno de los partidarios más firmes de Bush en la cumbre de 20 de los 21 líderes de los países que integran el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico, con la ausencia de Taiwán, que boicoteó la reunión porque Pekín no invitó al representante de su elección.
Al término de la cumbre, Bush y Putin se reunieron durante 90 minutos en un encuentro en el que lograron "progresos" en sus discusiones sobre el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM).
George Bush acentuó la presión para que Moscú abandone el ABM, firmado en 1972, al insistir en que no es más que un "vestigio superado, e incluso peligroso" de la guerra fría, que impide el despliegue de sistemas de defensa antimisiles capaces de proteger a Estados Unidos y sus aliados contra el uso, por parte de terroristas, de armas de destrucción masiva.
Putin, que dijo estar dispuesto a discutir sobre el futuro del tratado ABM, subrayó tras la reunión que los argumentos de Bush para justificar el despliegue de su escudo antimisiles no le parecieron muy convincentes: "Para mí sigue siendo muy difícil creer que terroristas puedan apoderarse de misiles intercontinentales y dispararlos", declaró.
Protección contra chantajes políticos
Bush, de todos modos, afirmó que se discutieron "recortes importantes en los arsenales de armas nucleares dentro de un contexto que incluya defensas limitadas, capaces de proteger nuestros territorios de chantajes políticos y ataques terroristas".
Además, colmó de elogios al presidente ruso, de quien dijo que había sido el primero en llamar tras los atentados: "Eso es lo que hace un amigo, llama cuando lo necesitan y él llamó", señaló en la rueda de prensa conjunta, antes de emprender el regreso a Estados Unidos tras su primera visita oficial a China.
Al referirse a los ataques, Putin calificó de "mesurada y adecuada" la respuesta militar de Washington a Afganistán, que entra ya en su tercera semana.
El presidente chino, Jiang Zemin, sumándose al coro de respaldo, condenó los atentados de septiembre como "una afrenta a la paz, la prosperidad y la seguridad de todos los pueblos", y sostuvo que el terrorismo "se ha convertido en un problema público internacional".
Después de los atentados, los dirigentes chinos iniciaron un espectacular acercamiento a Washington, denunciando estos ataques y aprobando la decisión de Bush de emprender la lucha contra el terrorismo.
Sin embargo, pese a todos los esfuerzos de persuasión desplegados, Bush no consiguió el apoyo explícito del foro del APEC para las acciones militares que lanzó desde el 7 de octubre contra el régimen talibán en Kabul, que alberga al líder fundamentalista Osama Bin Laden y su red Al Qaeda, considerados por Washington responsables de los atentados.
La declaración, si bien condenó "en los términos más duros" los ataques de Nueva York y Washington, no mencionó la aprobación de la acción militar en Afganistán ni a Bin Laden.
Estados Unidos, que según analistas deseaba hacer aprobar su derecho a represalias militares, debió renunciar a ello para tener en cuenta las reservas de China y de los principales países asiáticos islámicos del foro, Indonesia y sus 185 millones de musulmanes, y Malasia, que cuenta con unos diez millones.
El ministro indonesio de Relaciones Exteriores, Hassan Wirajuda, advirtió hoy que si las acciones militares estadunidenses continúan durante el Ramadán, el mes de ayuno musulmán que comienza a mediados de noviembre, "sería explosivo".
Un tanto conciliatorio, el primer ministro de Malasia, Mahatir Mohammad, dijo que considera que el uso reciente de tropas de infantería estadunidense es preferible a los bombardeos, porque reduce las probabilidad de muertes civiles. "Objetamos especialmente lo que llaman bombas y cohetes inteligentes", señaló en conferencia de prensa. "Nos hemos dado cuenta en el pasado que no son tan inteligentes." También dijo que prefería una participación de la Organización de Naciones Unidas en Afganistán.
Pese a estos llamados, en sus distintas intervenciones públicas en Shanghai, Bush se mostró satisfecho y dijo que "la coalición es amplia, sólida y determinada", mientras que un funcionario estadunidense dijo que Washington se dijo "complacido" con la declaración de APEC, que dice "todo lo que queríamos".