DOMINGO Ť 21 Ť OCTUBRE Ť 2001

Ť Advierten que si para noviembre no hay respuestas realizarán una movilización al DF

Emplazan cafeticultores a la Secretaría de Agricultura a tener un diálogo más formal

Ť Plantean que industriales y comercializadores dejen de importar grano de baja calidad

MATILDE PEREZ U. ENVIADA

Boca del Rio, Ver., 20 de octubre. Cerca de 300 delegados de organizaciones cafetaleras indígenas de siete estados, lanzaron la advertencia: queremos diálogo más formal con la Secretaría de Agricultura para establecer las reglas de los programas y no atrasar su aplicación, "si no nos movemos más rápido, la baja del precio internacional y la sobreoferta nos afectarán más. Si no hay respuestas, en noviembre habrá una movilización nacional a la ciudad de México y retendremos la producción".

En el marco del Encuentro Nacional Cafetalero y primera reunión del conjunto de las organizaciones indígenas con Roberto Gieseman, presidente del Consejo Mexicano del Café (CMC), los delegados insistieron en la urgencia de "pasar de la fase del diagnóstico a poner orden entre los industriales y los comercializadores para que dejen de importar café verde de baja calidad; iniciar la restructuración del CMC y que el gobierno federal actúe con mayor dinamismo en el marco internacional".
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No queremos que el próximo año vuelvan a convocarnos a otro encuentro para analizar lo mismo y repetir lo que ya todos conocemos; las decisiones son ahora, insistieron los delegados en las cinco mesas de trabajo. Particularmente en la de restructuración del CMC, los delegados indígenas se confrontaron con los representantes del sector privado o industrial, ya que éstos pretendieron interpretarla como su privatización.

Para el presidente del CMC el encuentro es una reunión de "buenas intenciones. Es un encuentro sin precedentes para que quienes se dedican a la actividad nos digan qué les gustaría hacer y en dónde les gustaría vernos en el momento en que los precios se recuperen para que México sea competitivo en el ámbito de la cafeticultura". Y dejó abierta la posibilidad de la restructuración del organismo.

Adelantó que pedirá para 2002 un presupuesto similar al ejercido este año ?mil 400 millones de pesos sumando los programas emergentes?, pero estará sujeto a la discusión de la propuesta de presupuesto para el sector agrario que presente el gobierno federal. "Estamos sujetos a los tiempos del Congreso de la Unión y no a los que quisiera el CMC. Lo importante es que una vez definido, el productor estará protegido ante la gravedad de la crisis del café, ya que la producción se estima en 7.2 millones de quintales, equivalentes a 5 millones de sacos de 60 kilos".

Y mientras algunos delegados hablaban de que la situación de los productores es tan dramática que "ya no tienen para comprar alimentos ni ropa", el presidente del CMC resumió las acciones que en junio empezó a impulsar: 357 millones de pesos para un programa inicial emergente, 350 millones de Alianza para el Campo y 533 millones de pesos para el programa emergente destinado al levantamiento de la cosecha 2001-2001. En menos de ocho meses se asignaron al sector cafetalero mil 400 millones de pesos.

"Es una cantidad sin precedente en la cafeticultura del país; demuestra que el gobierno está completamente consciente de la problemática y lo grave de la situación; en ese sentido cada quien tiene que hacer su tarea, pero no solamente ver lo financiero, sino que el productor actúe para hacer que su café valga más."

Fernando Celis, asesor de la Coordinadora Nacional de Organizaciones cafetaleras, propuso tres acciones a corto plazo: pago diferenciado a las cafeticultores de acuerdo con la calidad del grano; cambiar el modelo de comercialización, y participación en el CMC de las organizaciones que comprueben que tienen productores de café, y que salgan del organismo las agrupaciones que no tienen representatividad en el sector.

Antes, durante la inauguración del encuentro y después en entrevista el director del Instituto Nacional Indigenista, Marcos Matías Alonso, advirtió que la crisis de la cafeticultura ha provocado que 30 por ciento de los 150 mil productores indígenas de café hayan dejado la actividad, y ahora están en un callejón sin salida porque ya tampoco tienen la posibilidad de emigrar a Estados Unidos.

No descartó la posibilidad de un estallido social indígena en el campo cafetalero si no hay una respuesta inmediata para amortiguar la crisis, y por ello insistió en la urgencia de entregar los 533 millones de pesos de apoyo emergente destinados para la cosecha 2001-2002; respaldar con recursos a los productores cuyas plantas no cubren la calidad que ahora demanda el mercado; crear la certificación de origen y fomentar la producción de café orgánico, así como fortalecer las campañas de consumo interno.

Marcos Matías dijo que el Instituto Nacional Indigenista (INI) impulsará la organización de los indígenas que producen café, ya que aún hay vacíos, "no existe una genuina representación de los productores más pobres a pesar de la existencia de las coordinadoras nacionales y estatales".