VIERNES Ť 19 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Pide al gobierno de México que "no se enrole en alianzas para la guerra"
El combate al terrorismo no puede justificar ataques que comprometan la paz mundial: CEM
JOSE ANTONIO ROMAN
El combate al terrorismo no puede justificar acciones bélicas que comprometan la paz del mundo, sostuvo la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), que pidió que México mantenga su tradición pacifista "sin enrolarse en alianzas para la guerra", buscando siempre preservar la paz y el orden mundial mediante acciones políticas y diplomáticas.
Al fijar su postura respecto de la situación de violencia y guerra, luego de los actos terroristas del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos, la jerarquía católica del país sostuvo que "la religión no puede nunca ser fuente de conflictos".
En un comunicado dado a conocer ayer en conferencia de prensa por el secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado, los obispos declaran que la mayoría de los musulmanes son creyentes sinceros, comprometidos con la paz; que de ninguna manera se puede identificar Islam con terrorismo, y que la lucha contra éste tampoco puede confundirse con una lucha entre culturas, civilizaciones o religiones.
El texto, de tres cuartillas y 13 numerales, reconoce el derecho que tiene el gobierno de Estados Unidos de pretender capturar a los culpables de los atentados terroristas y llevarlos a juicio ante alguna corte nacional o internacional, siempre que se llegue a demostrar la culpabilidad de los sospechosos y se les garantice un juicio imparcial.
Agrega que aun cuando hay una opinión generalizada de que Estados Unidos tiene derecho a tomar represalias por la gravísima agresión sufrida en su territorio, esto es a condición de que no se trate de una acción militar indiscriminada que implique una masacre de la sociedad civil y la muerte de millares de inocentes.
"No debe prevalecer el odio y el deseo de venganza o el querer aplicar la ley del talión del ojo por ojo y diente por diente. El terrorismo no se puede combatir con terrorismo, porque sólo conduciría a mayor violencia. Es urgente formular acuerdos internacionales para prevenir y evitar, de manera efectiva, este mal en todas sus formas; sólo así podrá asegurarse la paz y conjurarse el peligro de nuevas guerras", dice el mensaje del Episcopado, firmado por su presidente y arzobispo de San Luis Potosí, Luis Morales Reyes, y el secretario general, Abelardo Alvarado.
Más adelante, los obispos mexicanos hacen referencia a la "recesión económica" que ya se venía dando en los últimos meses y que "seguramente se agravará", a consecuencia de los atentados y la "guerra iniciada". Todos estos sucesos hacen ver la vulnerabilidad económica de nuestro país y la necesidad, por tanto, de prevenir estas crisis, fortaleciendo nuestra economía para poder, en su momento, atender a las personas que son afectadas por alguna catástrofe, como es el caso de los trabajadores mexicanos residentes en Estados Unidos.
Los obispos, a través de este mensaje al pueblo de México, expresan su convicción de que después del 11 de septiembre, fecha en que ocurrieron los atentados, el mundo ha cambiado, y de este proceso surgirá un nuevo orden mundial, nuevas alianzas entre los pueblos y nuevos acuerdos, un equilibrio de fuerzas económicas y políticas.
"Hacemos votos y oramos a Dios, nuestro padre común, para que todos nos esforcemos en la construcción de una humanidad más fraterna y solidaria, más justa y humana, más amante de la vida y de los grandes valores que la dignifican. En este día oscuro para la historia de la humanidad, hemos aprendido que todos los seres humanos somos frágiles y más semejantes de lo que pretendemos ser".
Por ello, el Episcopado exhorta a crecer en el conocimiento y el aprecio de las demás culturas, creencias y razas, repudiando toda actitud de menosprecio o discriminación hacia cualquier otra persona. "Cultivemos, desde la niñez en nuestros hogares y escuelas, parroquias y movimientos, actitudes y valores que nos ayuden a garantizar la convivencia pacífica y armónica entre los individuos y los pueblos. Necesitamos fomentar en todos los ciudadanos el respeto y la aceptación de todos nuestros semejantes. Educar en la tolerancia es tarea común de todas las religiones e iglesias".