JUEVES Ť 18 Ť OCTUBRE Ť 2001
Ť Un poder islámico simpatizante con los talibán compite con autoridades religiosas
Vacilante posición saudiárabe por diferencias internas
AFP
Dubai, 17 de octubre. Arabia Saudita, que vacila en comprometerse con la lucha antiterrorista estadunidense, sufre la presión de un poder islámico favorable a los talibán que compite con el clero oficial.
Este poder oculto está representado principalmente por el jeque Hmud ben Okla Al-Chuaíbi, cuyas posiciones son saludadas por la organización del fundamentalista islámico Osama Bin Laden, Al Qaeda.
"Apoyamos las fatwas emitidas por los grandes imán de Arabia Saudita, principalmente el jeque Hmud ben Okla Al-Chuaíbi, que prohibió toda cooperación con los judíos y los cristianos", lanzó el vocero de Al Qaeda, Sulaiman Abu Ghaith, el sábado en la cadena de televisión árabe Al-Jazeera.
El jeque Chuaíbi, prolífico en esos decretos religiosos llamados fatwas, legitimó los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y llamó a los musulmanes a defender a sus "hermanos talibán".
"Estados Unidos es un Estado no creyente, enemigo del islam y de los musulmanes, y es lamentable que numerosos hermanos ulemas hayan privilegiado la piedad y la simpatía y olvidado o aparentado olvidar las matanzas y destrucciones perpetradas sin piedad por este Estado infiel en varios países islámicos", declaró este jeque en otra fatwa difundida por Internet.
Criticaba así al gran mufti de Arabia Saudita, el jeque Abdelaziz ben Abdalá Al-Cheij, la más alta autoridad religiosa del reino, quien condenó enérgicamente el 15 de septiembre los atentados que calificó de "contrarios a la sharia" (ley islámica), pero no se manifestó contra los bombardeos en Afganistán.
Una media docena de religiosos siguieron los pasos del jeque Chuaíbi, ponderando la incomodidad de las autoridades de Riad que condenaron los atentados contra Estados Unidos, pero se niegan a implicarse en la guerra internacional.
El jeque Abdalá ben Abderrahman ben Jibrin llamó por su parte a los mahometanos a "ayudar a los talibán con dinero, hombres y plegarias para la victoria", en una fatwa dictada a comienzos de octubre.
Estas actitudes antiestadunidenses en esta monarquía conservadora cuya población es muy sensible a los discursos de los ulemas han arrastrado al clero oficial.
Así, por ejemplo, el jefe del Consejo Supremo de la Magistratura, el jeque Saleh Al-Lahidan, llamó a los musulmanes a no apoyar a los opresores que matan inocentes en Afganistán, aunque criticó el llamado a la jihad (guerra santa) lanzada por Bin Laden, así como la negativa de los talibán de entregar al jefe de Al Qaeda.
La divergencia entre los ulemas independientes y los oficiales ha desacreditado a estos últimos ante los ojos de muchos jóvenes sauditas, según Saad Faqih, vocero del Movimiento por la Reforma de Arabia, opuesto a Riad, que agrega que esto es peligroso para un régimen que "afianza su legitimidad en la sharia islámica".